Necesitamos urgentemente un cambio global en el paradigma económico para otorgar el verdadero valor que tiene la biodiversidad e impulsar transformaciones en el comportamiento de las personas y las instituciones.
Proteger la naturaleza otorgándole valor económico
18 de Abril de 2024
La economía nos hizo creer que un bosque no es más quemadera extraíble. Todos entendemos que la madera se compra, se vende, y genera ganancias. Es la búsqueda de estas y otras ganancias asociadas al uso del suelo la que lleva a que los bosques se talen, y los ecosistemas se destruyan. Esto sucede porque la madera y otros bienes derivados de los territorios donde se encuentran tiene un valor y un precio en el mercado.
Sin embargo, ese mismo bosque puede también brindarnos un paseo inmemorable, una noche alucinante de camping, o incluso ofrecernos servicios tan básicos y esenciales que permiten nuestra vida, como la producción de oxígeno, la regulación de gases y del clima, entre otros. Muchos de estos servicios tienen un valor fundamental para la economía, e incluso para nuestra propia vida, que no estamos pudiendo cuantificar adecuadamente.
El problema es que, si no los cuantificamos y valoramos económicamente, los bosques seguirán siendo talados, y seguiremos perdiendo sus servicios más esenciales. Por lo contrario, si comenzáramos a cuantificar su valor en términos económicos, podríamos cambiar nuestro comportamiento y preguntarnos si realmente conviene vender la madera o quedarnos con los servicios de un bosque integro.
Más allá del valor intrínseco, invaluable e infinito de la naturaleza, que hace posible la vida y por supuesto cualquier actividad, la economía global depende en gran medida del funcionamiento de los ecosistemas para proveer alimentos, combustibles, agua, recursos naturales, regular el clima, la calidad del aire y muchos otros insumos y servicios esenciales.
Con esto en la mira, desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de BIOFIN, realizamos tres publicaciones que tienden a analizar este fenómeno en Argentina y realiza su aporte para encontrar oportunidades para el financiamiento hacia la biodiversidad en el país.
Según un informe del Word Economic Forum, 44 mil millones de dólares de generación de valor económico (más de la mitad del PBI mundial) depende moderada o altamente de forma directa de la naturaleza y sus servicios, y por lo tanto también están expuestos a la pérdida de esta.
Por estos motivos, necesitamos urgentemente un cambio global en el paradigma económico para otorgar el verdadero valor que tiene la naturaleza e impulsar transformaciones en el comportamiento de las personas y las instituciones. Lamentablemente, aún la economía no lo está contemplando adecuadamente, sin embargo, se están realizando cada vez más esfuerzos en este sentido, como el del informe de La riqueza cambiante de las naciones del Banco Mundial (2021), por el cual se amplía el concepto de riqueza de los países incorporando el conjunto de activos naturales y humanos, que se convierten a valores monetarios. Otro de los antecedentes es el Informe ¨ The Economics of Biodiversity: The Dasgupta Review (2021), que sugiere que las naciones necesitan adoptar un sistema de cuentas económicas que registre una medida ¨inclusiva¨ o ¨integral¨ de su riqueza, que dentro de la definición de ¨riqueza¨ a la Naturaleza como un activo.
En una dirección similar, la Administración de Parques Nacionales (APN) de Argentina aplicó una metodología científica de valoración económica de los servicios ecosistémicos (regulación de gases, regulación de clima, regulación de disturbios, suministro de agua, formación de suelos, ciclado de nutrientes, control de erosión, tratamiento de residuos, polinización, control biológico, producción de alimentos, refugio y hábitat, turismo y recreación, cultura, materiales crudos) a las hectáreas con superficie protegida del país.
Los resultados son sorprendentes, ya que la estimación concluyó que los servicios ecosistémicos de las superficies protegidas de la jurisdicción nacional representan casi 24 mil millones de dólares anuales (específicamente unos USD 23.933.300.386), lo que equivaldría a 3,8% del PBI de 2022, que no estarían siendo contemplados por el sistema de cuentas nacionales, ni tampoco estarían siendo monetizados de manera alguna.
¿Cuán rico sería nuestro país si comenzaramos a aplicar metodologías de este estilo en las cuentas públicas nacionales? ¿Y si las aplicamos a las hectáreas totales de nuestras ecorregiones?
A nivel global, se estimó que el gasto actual en conservación de la biodiversidad en 2019 osciló entre 124 y 143 mil millones de dólares por año, frente a una necesidad total estimada de entre 722 y 967 mil millones de dólares al año. Esto deja un déficit de financiación de entre 598 mil y 824 mil millones de dólares al año.
Aunque la brecha entre lo que se estima actualmente invertido y lo necesario puede parecer muy grande, es importante enfatizar que, las necesidades financieras en el peor de los escenarios podrían representar un bajísimo porcentaje del PIB mundial, de entre un 0,005% y un 0,008%.
Al margen del rico debate en torno a las cuentas nacionales, cada vez existen más instrumentos financieros innovadores de pagos por servicios ecosistémicos (PES) que valoran los servicios de activos naturales, logrando que de esa manera tengamos cada vez más incentivos a protegerlos y conservarlos. Algunos ejemplos son los ya conocidos bonos de carbono, pero también comienzan a afianzarse los créditos de biodiversidad, entre muchos otros.¿Seguiríamos incentivando prácticas productivas extractivas insostenibles si pudiéramos valorar adecuadamente y obtener recursos de los servicios ecosistémicos que nos brindan?
Para entrar en el debate, los invitamos a descargar y leer los siguientes informes realizados por BIOFIN (PNUD):
Publicaciones de Biofin
Informe de Revisión de Política e Institucional (PIR)
El Informe de Revisión de Política e Institucional (PIR) analiza la relación entre el estado de la naturaleza y el marco fiscal, económico, legal, normativo e institucional de nuestro país y en particular de las provincias de Chaco y Misiones.
Informe de Revisión de Gastos e Inversión en Biodiversidad (BER)
El Informe de Revisión de Gastos e Inversión en Biodiversidad (BER) se propone generar información valiosa sobre presupuestos y asignaciones a favor de la biodiversidad, para promover mejores políticas, financiamiento y resultados a favor de esta. Se analiza tanto a nivel nacional como subnacional, específicamente en las provincias de Chaco y Misiones.
Brochure Informes de Revisión Política
Un resumen institucional de los informes anteriores en versión editorial.