Creencias sobre el ambiente
El Antropoceno trae aparejado una serie de presiones planetarias, entre las que se encuentran el cambio climático y la crisis ambiental que genera. El “Resumen para los responsables de la formulación de políticas” del Sexto Informe del IPCC explica que “el cambio climático inducido por los seres humanos, incluidos los eventos extremos más frecuentes e intensos, ha causado daños generalizados, impactos y pérdidas, y daños relacionados con la naturaleza y las personas, más allá de la variabilidad climática natural” (IPCC, 2022, pág. 9). Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas describe en su informe “Nuestra agenda común” la gravedad de la situación ambiental desde diversos puntos de vista, definiéndola como una guerra contra la naturaleza: “Corremos el peligro de traspasar un umbral sin posible vuelta atrás y de acelerar crisis que podrían tardar siglos o incluso milenios en solucionarse” (Guterres, 2021).
El informe del IPCC da cuenta de diversas acciones para gestionar el impacto proyectado del cambio climático, pero advierte que su implementación depende de la capacidad y la eficacia de los procesos de gobernanza y toma de decisiones. De esta manera, destaca que el desarrollo resiliente al clima es facilitado cuando existe cooperación entre todos los actores, incluyendo a las comunidades y a la sociedad civil. Esto implica, además, que reciban respaldo del liderazgo político y de las instituciones, y que cuenten con los recursos, información y herramientas de apoyo para la toma de decisiones. En esta misma línea, el Acuerdo de Paris reconoce el rol fundamental tanto de los gobiernos nacionales y subnacionales, como de la sociedad civil y del sector privado para hacer frente al cambio climático.