"No luchamos solas, las nuestras son luchas colectivas", dice Bertha Jauregui.
Durante los últimos dos años, Jauregui, un activista peruana, ha estado trabajando con un gobierno local en Lima para poner fin a la violencia de género. Sus palabras, escuchadas en un breve documental que se proyectó el mes pasado en el Foro de la Iniciativa de Investigación sobre Violencia Sexual (SVRI, por sus siglas en inglés) en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, fue un poderoso recordatorio de que las comunidades de todo el mundo se están organizando y tomando medidas para eliminar la violencia.
La violencia de género es uno de los abusos de derechos humanos más generalizados y afecta a aproximadamente el 35 por ciento de todas las mujeres. Muchos países tienen políticas y marcos nacionales para ponerle fin, pero a menudo existe una brecha entre los compromisos normativos y las experiencias de mujeres y niñas. ¿Qué debe suceder para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5.2 sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas?
El PNUD compartió cuatro respuestas prometedoras en el Foro SVRI, la principal conferencia mundial sobre el fin de la violencia contra las mujeres y las niñas. Estas respuestas se basaron en un proyecto global en curso del PNUD financiado por la República de Corea, "Poner Fin a la Violencia de Género y Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (2018-2020)", que está llevando a cabo proyectos piloto en siete países. Estos pilotos también informarán a la Iniciativa Spotlight, una iniciativa de US$500 millones liderada por la Unión Europea y las Naciones Unidas, incluido el PNUD, para intensificar los esfuerzos para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas. Esto es lo que se compartió en el foro:
Ampliar lo que funciona. Cada vez hay más pruebas que demuestran que la violencia de género es prevenible. Por ejemplo, Indashyikirwa, un proyecto de la iniciativa "Qué Funciona para Prevenir la Violencia contra las Mujeres y las Niñas", financiado por el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido, contribuyó a una reducción del 55 por ciento en las probabilidades de que las mujeres que participaron en el plan de estudios de su pareja reportaran violencia sexual entre parejas, y una disminución del 47 por ciento en las probabilidades de que los hombres reporten violencia física y sexual. El PNUD ha adaptado Indashyikirwa y otras intervenciones basadas en evidencia en el Líbano, la República de Moldova y Uganda.
Transformar las instituciones locales. La violencia de género no ocurre en el vacío y siempre está entrelazada con otras dimensiones sociales, económicas y políticas. Cuando este tema se aborda de manera integral, toda la comunidad se involucra y pueden surgir mejores políticas.
En Perú, el proyecto involucra a Jauregui y a otras personas en asociación con las autoridades locales, para una evaluación conjunta de los desafíos sociales y económicos que enfrenta su municipio. Esto ha permitido un diálogo franco y constructivo sobre posibles soluciones, incluso a través de la transformación de espacios públicos y el desarrollo de una red comunitaria dirigida por mujeres. Otros pilotos también han adoptado un enfoque similar, participativo y dirigido por los ciudadanos para la planificación y presupuestación local, pero con diferentes resultados basados en diferentes necesidades y perspectivas, lo que refuerza la necesidad de soluciones a medida.
Trabajar en todos los sectores y niveles de gobierno. Las políticas y los compromisos nacionales no siempre se cumplen al nivel local. Asimismo, las necesidades, perspectivas y soluciones locales no siempre se comparten a escala nacional o con sectores no tradicionales. Además, la violencia de género es un tema transversal con impacto en todos los sectores, ministerios y geografías, sin embargo, generalmente no se aborda a través de acciones coordinadas. Los pilotos del PNUD en Indonesia, la República de Moldavia y Perú están desafiando este enfoque al reunir a múltiples actores para hablar entre ellos y mostrar los incentivos de los esfuerzos conjuntos y la cofinanciación, conocido como el enfoque de "planificación y pago".
Promover nuevas y diversas asociaciones. A través de su iniciativa piloto en Uganda, el PNUD está abriendo espacios para socios no convencionales. Este piloto integra salvaguardas, así como una intervención inspirada en SASA!, en un proyecto de restauración de humedales del Fondo Verde para el Clima, con el doble objetivo de abordar las normas sociales que excusan la violencia contra las mujeres y las niñas. Los beneficios potenciales de llevar una lente de violencia de género a intervenciones más amplias también se están explorando en un programa de empoderamiento económico en el Líbano y en el sector educativo en Bután.
Las iniciativas inspiradoras mostradas por el PNUD en el Foro SVRI demuestran que la violencia de género es prevenible. A medida que nos acercamos al Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y a los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, que se lleva a cabo del 25 de noviembre al 10 de diciembre, tomemos esta responsabilidad colectiva de escuchar a las sobrevivientes. Actuemos eliminando las barreras que silencian las voces de las mujeres y las niñas, para que puedan ser escuchadas en todos los ámbitos de poder, desde la toma de decisiones a nivel comunitario hasta el nivel nacional y más allá.
La violencia socava todos nuestros esfuerzos para crear un mundo más sostenible, pacífico, justo y equitativo. Los ODS representan la agenda global más ambiciosa hasta la fecha. Con solo 11 años para lograr los ODS, el tema del Foro SVRI, Ahora es el Momento, nunca ha sido más oportuno o más urgente.