Afrontar retos sociales y medioambientales en un mundo muy interconectado supone desafíos particulares. Hace poco, una simulación llevada a cabo por la Universidad de Johns Hopkins descubrió que un virus “medianamente contagioso y letal” podría aniquilar a 150 millones de personas en 20 meses. Y si no se encuentra una vacuna, en última instancia podría matar a 900 millones.
No son solo los brotes de enfermedades lo que pueden crear un rápido impacto global. Las crisis financieras, las perturbaciones económicas, el desplazamiento de gente a causa de conflictos y la crisis climática, entre muchos otros desafíos, comienzan en un lugar y se extienden sin mucha consideración por las fronteras políticas, y a una velocidad y formas que nunca se habían visto.
¿Cómo nos protegemos en un mundo muy interconectado? Y, si la interconexión nos está volviendo más vulnerables, ¿la estamos utilizando para hacernos más fuertes y responsables al mismo tiempo?
Tal como surgen nuevos retos, nos enfrentamos a problemas para los que no tenemos respuestas. Cuando probamos una forma de abordar el plástico marino o ayudar a la gente en la transición hacia la nueva economía, ¿cuánto tardamos en saber si estamos generando el impacto correcto? ¿saberlo nos lleva años, meses o semanas?
El desarrollo de una “respuesta inmunitaria” global para los retos sociales y medioambientales del siglo XXI, una con su misma magnitud y velocidad, requiere acelerar de forma drástica la velocidad con la que nos damos cuenta de si algo funciona o no.
Hoy en día aprendemos sobre desafíos del desarrollo de forma específica para cada país. Lo que aprendemos lo escribimos en PDFs que se mandan a la sede, se publican en internet o se comparten a través de conferencias con la esperanza de que alguien busque el término correcto o la persona adecuada esté en la conferencia adecuada. Esto no saca todo el partido de nuestra interconexión.
Aprender de una forma en la que se aproveche nuestra interconexión requiere reformular la forma en la que aprendemos. Parte de la respuesta del PNUD a esto son los Laboratorios de Aceleración, una red que abarca 78 países. Estos Laboratorios son un experimento para construir la mayor y más rápida red de aprendizaje con una alianza amplia de socios.
Tenemos iniciativas que van desde convocar a gente para aprender de otros, a construir y probar prototipos y a inspirarse en otros campos.
Lo más importante es que compartimos estas cuestiones con la esperanza de trabajar con otros que también piensan en ellas.
En la Red de Laboratorios de Aceleración hay casi 1.000 personas, y esperamos a cientos más. Imagina unirte a un grupo de WhatsApp de este tamaño. Lo más probable es que no pudieras mantenerte al día con la cantidad de mensajes. Separar la red en grupos pequeños y según temas puede llevar a conversaciones más relevantes, pero en un mundo de desafíos interconectados donde, por ejemplo, el cambio climático está acelerando la resistencia antibiótica, esto implicaría la pérdida de algunas lecciones importantes.
La investigación lo respalda. Las “redes pequeñas mundiales” son más rápidas que las redes totalmente integradas porque es más probable que la gente preste más atención. Aprendemos como si fuéramos una gran mente.
No importa el número de personas inteligentes que haya en una red, siempre habrá más fuera de la red. Tenemos la responsabilidad de usar el conocimiento de otros en el desarrollo, pero también de las compañías telefónicas, las redes sociales y los verdaderos expertos, estos últimos los más afectados por los desafíos.
Esta forma de compartir solo puede ocurrir con confianza y buena reputación de la gente involucrada. Necesitamos aprender cómo construir de forma eficiente plataformas donde grupos de confianza interesados en asuntos particulares puedan reunirse
Simone Cicero desde el Platform Degisn Toolkit (Plataforma de diseño de herramientas) ha estado planteando cómo podría ser la organización sin fronteras. En lo que respecta al sector público, el Laboratorio de Gobierno en Chile ha mostrado cómo podría ser el aprendizaje en red en la innovación del sector público con Innovadores Públicos.
Por cada boletín que llega a tu bandeja de entrada, estás considerando tu “retorno sobre atención” cuando piensas en abrirlo. ¿Te aporta algo relevante e interesante? ¿O lo borras o lees solo si tienes tiempo libre?
Muchas herramientas para compartir conocimientos institucionales, como Yammer, van directamente a la papelera por nuestro limitado “retorno sobre atención”. Tenemos que capturar la atención a través de una amplia variedad de intereses.
Para construir una red de aprendizaje mundial más rápida estamos siguiendo tres estrategias.
La primera es convocar a personas para intercambios fructíferos de ideas. Este mes hemos juntado a aquellos que han pensado sobre estas cuestiones en negocios, gobierno y desarrollo para compartir lo aprendido. Esta será la primera de muchas reuniones.
En segundo lugar, estamos creando prototipos para explorar estas cuestiones con los Laboratorios de Aceleración. Tenemos un prototipo activo que está probando maneras de recopilar aprendizaje de los equipos semanalmente en vez de sobre metas de proyectos específicos.
La tercera estrategia es inspirar nuestro pensamiento con enfoques de campos como biodiversidad y evolución, inmunología, tecnología nueva y emergente, antropología y psicología. Esto incluye clases de dibujo por parte de gente como Deborah Gordon, quien estudia el “anternet” y el comportamiento de las hormigas, así como Adrienne Maree Brown, quien escribe sobre “conexiones críticas sobre masa crítica” y el poder de los helechos y los dientes de león para dar forma a los ecosistemas.
Descifrar esto no es algo que podamos hacer solos. Buscamos explorar estos asuntos con otros que estén tan entusiasmados y comprometidos en resolverlos como lo estamos nosotros.
Si estás interesado en unirte a nosotros, por favor ponte en contacto a través de Twitter (@leursism, @ElaMi5, @kaliper, @UNDPAccLabs).
Gracias a John Hagel, Shreenath Regunathan and Glenn Fajardo por sus comentarios sobre nuestra opinión sobre este trabajo.