Las inundaciones en el Pakistán hacen patente la necesidad de abordar el desarrollo desde una perspectiva diferente
7 de Febrero de 2023
Las devastadoras inundaciones del año pasado en el Pakistán le costaron al país más de 30 mil millones de dólares de los Estados Unidos (USD); o cerca de 6,4 billones de rupias (Rs).
Todo el Programa de Desarrollo del Sector Público (PSDP por sus siglas en inglés) para 2021-2022 se valoró en 900 mil millones de Rs. En otras palabras, significa que las inundaciones acabaron con las ganancias de desarrollo por valor de más de seis PSDP. Esto afecta de manera desproporcionada a los segmentos vulnerables de la sociedad, especialmente a las mujeres, las niñas, las personas mayores y las personas con discapacidad.
El impacto extenuante de las inundaciones que ha tenido en las mujeres puede explicarse mejor a través del ejemplo de Sakina Bibi, quien reside en el distrito Kacchi de Baluchistán. Su esposo trabaja en su pequeña granja y complementa sus ingresos trabajando como peón en un almacén. Las inundaciones arrastraron su casa y destruyeron sus cultivos. También perdió su trabajo cuando el negocio cerró debido a los daños causados por las inundaciones.
Embarazada y desnutrida, Sakina Bibi perdió la ayuda nutricional suplementaria que le brindaba su centro de salud rural. También fue arrasado por las inundaciones.
Sus hijos estudiaban en la escuela primaria administrada por el Gobierno, que se encontraba entre las 17.205 instituciones educativas afectadas por las inundaciones en todo el país. A la espera de rehabilitar el edificio, desde los últimos cinco meses está manteniendo a sus hijos sin escolarizar. Solía recibir una asignación del programa de red de seguridad social del Gobierno, pero ahora no está segura de si continuará. Algunas ONG visitaron su aldea después de las inundaciones y le proporcionaron refugio temporal, alimentos y medicinas, pero se han agotado y no sabe cuándo recibirá más apoyo para poder reconstruir su vida.
Millones de mujeres se enfrentan a los mismos desafíos que Sakina Bibi en las áreas afectadas por las inundaciones de Sindh y Baluchistán. Su historia destaca la vulnerabilidad de la zona y de sus comunidades pobres a los impactos de los desastres y el cambio climático. Todo ello requiere un replanteamiento del proceso de planificación del desarrollo si queremos garantizar que la infraestructura productiva, social y de prestación de servicios existente sea resiliente a tales impactos en el futuro.
Las pérdidas repetidas de varios desastres han puesto de relieve la necesidad de abordar el desarrollo desde una perspectiva diferente.
En primer lugar, es necesario garantizar que todo el desarrollo sea resiliente al clima y a los desastres. Lograr este objetivo es posible y no cuesta ni mucho tiempo ni recursos. Se puede alcanzar teniendo una mejor idea del perfil de amenazas de riesgos múltiples del área y planificando en consecuencia.
En segundo lugar, al planificar proyectos de desarrollo, ya sean grandes o pequeños, es necesario asegurarse de que la infraestructura no contribuya a aumentar el riesgo en esa zona en particular. Esto se puede lograr mediante la incorporación de la resiliencia ante los desastres y el cambio climático en los procesos de planificación del desarrollo en todos los niveles: desde los distritos, hasta el nivel nacional.
El PNUD en el Pakistán lanzó su Programa de Recuperación de Inundaciones 2022 (en inglés) con el objetivo de ayudar en la transición y acelerar la recuperación resiliente, sostenible y de manera integrada en las áreas afectadas por las inundaciones. Este programa se basa en cuatro pilares principales diseñados para restaurar la vivienda y la infraestructura comunitaria, los medios de subsistencia y los servicios gubernamentales, al tiempo que aumenta la resiliencia ante los desastres y garantiza la protección del medio ambiente. Cada pilar tiene como objetivo avanzar en el proceso de recuperación al satisfacer las necesidades de recuperación más básicas y sentar las bases para un desarrollo resiliente e inclusivo a largo plazo, centrándose en los poblaciones más vulnerables que se han visto afectadas por las inundaciones.
El Pakistán presenta oportunidades para hacer frente a los ecosistemas sensibles al clima y las amenazas naturales: el daño y la pérdida se pueden evitar o al menos retrasar en gran medida al reducir los factores de riesgo que aumentan su vulnerabilidad al cambio climático.
El factor humano es igualmente esencial para adaptarse y construir resiliencia ante los desastres. Al reconocer que los seres humanos dependen de los bienes y servicios que proporcionan los ecosistemas sensibles al clima, se abre un abanico de opciones de adaptación que se pueden implementar para evitar pérdidas y daños con mayor frecuencia a través de una combinación de tecnologías, cambios en los medios de vida y mejoras en las condiciones sociales y económicas.
Estas opciones incluyen prácticas que reducen la dependencia de los recursos sensibles al clima o mejoran la libertad de adaptación de las personas, como la protección social y las garantías de ingresos en tiempos de crisis, los programas de reestructuración industrial, las mejoras de infraestructura y la introducción de una gama de opciones de financiación del riesgo de desastres. También incluyen tecnologías que reducen la sensibilidad al riesgo climático, como defensas costeras y fluviales, irrigación y mejores diseños de infraestructura.
Lee más acerca de la relación entre la igualdad de género y la crisis climática en el Pakistán (en inglés).