23 de Julio 2020
Un modelo piloto de Retribución por Servicios Ambientales que permitirá continuar con la lucha contra la desertificación, la degradación del suelo y la sequía en la Región Metropolitana, podrá en marcha la comunidad agrícola Alhué.
Este trascendental logro fue posible tras la firma de un acuerdo de Subvención inserto en el marco del Programa Nacional ONU-REDD, que permitirá que el PNUD transfiera USD 52.000 dólares a dicha comunidad, cuya responsabilidad será la de administrar estos dineros y al mismo tiempo ejecutar las actividades previstas en el piloto, contando con la asistencia técnica de CONAF.
Esta es la primera vez que la Región Metropolitana recibe un monto de esta magnitud de parte de organismos internacionales y realiza proyectos por Pagos por Servicios Ambientales. La iniciativa tiene una duración de cinco meses y con la posibilidad de extenderse, siempre que cuente con el apoyo de entidades locales.
La ceremonia de firma se desarrolló online y en ella participaron Claudia Mojica; Representante de PNUD en Chile, Rodrigo Munita; Director Ejecutivo de CONAF; y Ernesto Pinto; Presidente de la Comunidad Agrícola de Villa Alhué. Asimismo estuvieron presentes los Seremis de Agricultura RM, José Pedro Guilisasti Palacios del Medio Ambiente, Diego Riveaux Marcet, el Gobernador de Melipilla, Javier Ramírez González y el Alcalde Municipalidad de Alhué, Roberto Torres Huerta.
En la oportunidad, Claudia Mojica, representante de PNUD en Chile, destacó el trabajo desarrollado, recalcando que lo que actualmente se realiza en la comunidad Villa Alhué debe servir de ejemplo para efectuar nuevas iniciativas de este tipo en otras partes del territorio. Al tiempo que indicó que “a través de la iniciativa que suscribiremos hoy, promoveremos acciones que permitan fortalecer la gobernanza local para desarrollar e implementar un modelo de negocio, que ayude a restaurar ecosistemas degradados, y a la vez, permita fortalecer mecanismos de retribución de servicios ecosistémicos, beneficiando a la comunidad en su conjunto, especialmente, los más vulnerables: mujeres, niños, niñas, jóvenes y personas mayores.
El Programa Nacional ONU-REDD es una iniciativa altamente pertinente en el contexto de pandemia en el que nos encontramos. Los ecosistemas saludables están en el corazón del desarrollo, sustentando el bienestar social y el crecimiento económico. Gracias a la gestión sostenible y la protección de la tierra, se contribuye a garantizar el acceso a comida y agua adecuada, la resiliencia al cambio climático y a los desastres; y a la adopción de modelos económicos verdes que promuevan el trabajo en la agricultura-con un especial énfasis en las mujeres”.
Por su parte el director ejecutivo de CONAF, Rodrigo Munita, sostuvo que “estos fondos servirán para la autogestión de un modelo de manejo hidrológico forestal como medida de restauración del paisaje forestal lo que permitirá pilotear las actividades que serían la base para la generación de los Servicios Ecosistémicos y avanzar en una propuesta sostenible de gobernanza, señalando asimismo que el rol de CONAF será de asistencia técnica, acompañamiento en el diseño y ejecución de las actividades, seguimiento y monitoreo de las prácticas, cumplimiento de salvaguardas, formación de capacidades, entre otros. Lo que buscamos –puntualizó- es que este modelo adaptativo se convierta en una propuesta de restauración de bosques que apoye a la resiliencia del ecosistema actual y con él se releven los Servicios Ambientales propios del Paisaje Forestal Local, lo cual no solo beneficiará a los 80 socios que integran la comunidad de Alhué, sino que beneficiará a todos los habitantes de este territorio”.
Ernesto Pinto; Presidente de la Comunidad Agrícola de Villa Alhué, agradeció esta oportunidad que tendrá la comunidad de devolverle lo que le corresponde a la naturaleza, según dijo, ”estamos conscientes de los efectos del cambio climático, lo observamos día a día en nuestros territorios, donde hay mucha sequía, sin embargo, cualquier cosa que hagamos para devolverle a la naturaleza lo que ha perdido, como es la vegetación eso será muy positivo. Asimismo, destacó que con este proyecto, no solo se ha incrementado la mano de obra en la comunidad, sino que una vez que se ponga andar este proyecto piloto los beneficios serán para muchas familias, no solo en lo económico, sino también en lo ambiental”.
En tanto, el director CONAF Región Metropolitana Alex Madariaga resaltó que este es el primer proyecto por Pagos por Servicios Ambientales, que realiza la Región explicando que "Para poder alcanzar los objetivos y desafíos que tenemos para enfrentar el cambio climático, la sustentabilidad y el desarrollo, es muy importante el trabajo en conjunto con las comunidades para manejo, protección y conservación de los recursos naturales. Es por eso que hoy junto a las 80 familias de la comunidad agrícola de Villa Alhué, y junto a ONU REED y CONAF se ha planteado trabajar muy integradamente para consolidar un área de promoción de servicios ambientales a través de un modelo de manejo hidrológico forestal como medida de restauración forestal. Destacar también el gran compromiso y entusiasmo con que la comunidad enfrenta estos desafíos de hoy y que serán claves para el futuro y las próximas generaciones, mejorando la calidad de vida y bienestar de las familias de la comuna y su medio ambiente".
Los Servicios Ambientales son beneficios derivados de los procesos naturales en los Ecosistemas y mantienen toda la vida en el planeta incluyendo al ser humano. Algunos de los Servicios Ambientales que brindan los ecosistemas son: captación, infiltración y provisión de agua de calidad y en cantidades suficientes, mitigación de los efectos del cambio climático, protección de la biodiversidad y refugio de fauna silvestre, retención y formación de suelo, belleza escénica, y regulación de los ciclos biogeoquímicos y mitigación de contaminantes.
El Pago por Servicios Ambientales fue creado como un incentivo económico a los dueños de los terrenos en donde se generan estos servicios, con la finalidad de fomentar su conservación y compensar los costos de oportunidad en los que incurren al dejar de realizar actividades productivas que afectan los ecosistemas, y los costos incrementales de realizar buenas prácticas de manejo del territorio.
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