12 de septiembre de 2024, Santiago de Chile.

Desde su creación en 2011, el Fondo Chile se ha consolidado como una pieza clave en la promoción de la Cooperación Sur-Sur, alineando sus acciones con los principios de solidaridad, autosuficiencia y colaboración entre países en desarrollo. Este fondo, gestionado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), responde a la necesidad de abordar de manera conjunta los desafíos globales, en torno a los principios de respeto mutuo, igualdad, no condicionalidad y beneficio mutuo de los países del Sur. A través de este enfoque, Chile ha logrado compartir su experiencia y conocimientos en áreas clave con otras naciones, contribuyendo al bienestar común y a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En sus más de diez años de implementación, el Fondo Chile ha financiado 63 proyectos de cooperación, basado en un enfoque de solidaridad y con un fuerte énfasis en el desarrollo social y la modernización institucional, pilares fundamentales de la cooperación Sur-Sur. Estos proyectos no solo buscan mejorar las condiciones de vida en países con menor índice de desarrollo humano, sino también fomentar la autosuficiencia y el intercambio de conocimientos entre las naciones del Sur Global, uno de los objetivos clave del Plan de Acción de Buenos Aires (BAPA), base fundacional de esta modalidad de cooperación.

La Agenda 2030, suscrita por Chile y otros 192 países, es un marco rector que guía las intervenciones del Fondo Chile, en su esfuerzo por promover el desarrollo sostenible en todo el Sur Global. Uno de los logros más significativos del Fondo Chile ha sido su alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las iniciativas impulsadas por el fondo han contribuido directamente a metas globales como la Educación de Calidad (21%), el Fin de la Pobreza (17%), y el Hambre Cero (11%), Salud y Bienestar (11%) , Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (11%), entre otras, demostrando el impacto concreto de la cooperación Sur-Sur en la transformación de las sociedades.

El Fondo ha destinado un total de 9,3 millones de dólares a la implementación de estos proyectos, con el objetivo de compartir soluciones prácticas y adaptadas a las realidades locales de los países asociados.

Desde el punto de vista de los ejes estratégicos de la Política Exterior de Chile en materia de Cooperación Internacional, cerca del 44% de los proyectos financiados han abordado temas relacionados con el Desarrollo Social, mientras que el 13% se ha enfocado en el Medio Ambiente, Recursos Naturales y Energía, y un 11% en el Fortalecimiento Democrático y la Modernización Institucional, entre otros. Estas áreas de intervención responden a la necesidad de construir capacidades propias en los países en desarrollo, potenciando la autosuficiencia colectiva, otro de los principios esenciales de la cooperación Sur-Sur.

En paralelo a la cooperación para el desarrollo, el Fondo Chile también ha sido una herramienta fundamental para proporcionar ayuda humanitaria en situaciones de emergencia, una función que refleja el principio de solidaridad de la cooperación Sur-Sur. Para ello se han destinado 32 Ayudas Humanitarias de las cuales, el 62% han sido dirigidas para responder a Desastres Naturales, mientras que el 16% se ha destinado a Conflictos Armados y un 13% a Crisis Sanitarias, entre otras. En total, se han movilizado 3,2 millones de dólares para asistir a países que enfrentan estas crisis, siempre respetando el principio de no interferencia en los asuntos internos de las naciones receptoras.

Tanto el Componente de Asistencia Técnica, como las Ayudas Humanitarias, se han radicado prioritariamente en América Latina y el Caribe.

El éxito del Fondo Chile se basa en su capacidad para generar sinergias regionales y fortalecer las capacidades de las organizaciones, así como aportar a  la autosuficiencia colectiva, alineando cada proyecto con las prioridades de desarrollo de las naciones asociadas. Este enfoque ha sido fundamental para promover un mayor intercambio de conocimientos y el desarrollo de capacidades técnicas en áreas clave como la educación, la seguridad alimentaria y el fortalecimiento institucional, reforzando el compromiso de Chile con el fortalecimiento de alianzas entre países en desarrollo. 

A medida que el mundo enfrenta desafíos cada vez más complejos, como los impactos del cambio climático y las crisis sanitarias, la cooperación Sur-Sur emerge como una solución eficaz para abordar problemas globales desde una perspectiva de solidaridad y colaboración entre iguales. Con la puesta en marcha de la tercera fase del Fondo Chile para el período 2023-2026, este continúa proyectándose como un instrumento central en la promoción de la cooperación Sur-Sur. A través de convocatorias abiertas y transparentes, que invitan a organizaciones de la sociedad civil y entidades públicas chilenas a participar en proyectos que contribuyan al desarrollo sostenible y refuercen las capacidades de los países en desarrollo.