Tras terminar una de las citas más importantes para la protección de la naturaleza a nivel mundial, la COP16 de Biodiversidad, la actualización de la Estrategias Nacionales de Biodiversidad en los países miembros, se hace una tarea urgente. 

La ENB, por sus siglas en español, es un instrumento de política pública que obedece a acuerdos internacionales donde Chile es un país miembro y, cuya primera versión, nace en 2003 para cumplir con el Convenio de Biodiversidad internacional al alero de CONAMA. Esta estrategia se actualizó en 2015, en el marco de las Metas Aichi 2010-2020, pero solo en 2017 fue aprobada por el Consejo de Ministrospara la Sustentabilidad.

En 2022, en tanto, en la COP15 de Diversidad Biológica, se acuerda el Marco Global de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal (MGB-K) con cuatro objetivos y 23 metas globales al 2030 para detener y revertir la pérdida de biodiversidad. El proceso de actualización actual, liderado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y acompañado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), comenzó en 2023 y culminará en 2025.

Diálogos por la naturaleza

De acuerdo a Daniela Manuschevich, jefa de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, la estrategia es un compromiso y también un instrumento rector por parte de los países miembros de la conferencia de las partes (COP de Biodiversidad), con respecto a pérdidas de biodiversidad en sus naciones. “Actualmente el ministerio lidera un proceso de actualización de la ENB, con un enfoque donde todos los sectores del estado y toda la sociedad cumplen un rol fundamental en la protección de la naturaleza”, afirma.

La actualización de la ENB fue diseñada como un proceso de tres etapas que inició a fines de 2023 y culminará en 2025, con el inicio de la implementación de los Planes de Acción Regionales y Nacional de Biodiversidad. “Proceso fundamentado en la experiencia y evaluación realizada por el Estado, en la evidencia científica y diálogos con actores representantes de movimientos sociales y ONGs especialistas en la conservación de la biodiversidad con expresión en todo el territorio nacional”, explica Alejandra Figueroa, coordinadora del proyecto GEF Actualización temprana de la Estrategia Nacional de Biodiversidad.

El proceso de re-pensar la estrategia nacional ya ha convocado a 37 encuentros con servicios públicos a nivel central, a más 300 actores locales en las 16 regiones del país, junto a profesionales del MMA e investigadores para analizar las Metas del MGB-K y generar propuestas para hacer transversal las temáticas de biodiversidad y asi reducir brecha de protección, de forma efectiva y mejorando la gobernanza. Además, se realizaron seis encuentros, con más de 100 participantes de organizaciones especializadas en conservación de la biodiversidad, movimientos sociales, grupos de jóvenes, centros de investigación y universidades, entre otros.

Voces de la naturaleza

Rayen Rupayan, de la agrupación Wechekeche Ka Itrofillmongen, en tanto, explicó que a nivel mundial los pueblos originarios protegen el 80% de la biodiversidad: “El pueblo Mapuche siempre ha vivido del cuidado de la biodiversidad y hemos sido –junto a otros pueblos originarios –los mayores defensores de la naturaleza. Somos defensores ambientales desde que nacemos hasta que morimos, por eso debemos ser convocados y visibilizados en estas instancias”.

Desde las regiones, apunta el seremi de Medio Ambiente Región de Ñuble, Mario Rivas, ven como una oportunidad participar de la actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad, “pues se puede materializar en medidas concretas que se vinculen con otros planes de conservación, como en el caso de Ñuble, con la protección del huemul. Mientras que la seremi Región O’ Higgins, Giovanna Amaya añade, que este proceso de actualización es una bitácora de los pasos que se darán a nivel nacional en materia de biodiversidad de aquí al 2030.

Parte de estos diálogos convocó a jóvenes por la naturaleza de varias instituciones como el GYBN Chile, que agrupa a las juventudes chilenas en los procesos del Convenio sobre Biodiversidad Biológica. Simón Vadell Teave de la ONG Mo’a Mau de Isla de Pascua  Chile, comentó que los “jóvenes tienen una visión revolucionaria de los temas medioambientales, una visión muy diferente del sistema económico y estamos preparados para dar nuestra opinión y ser un aporte para la ENB”.

Felipe Paredes, Director de Áreas Marinas Protegidas de la ONG Oceana, comenta que la ENB tiene como objetivo conocer, cuidar y restaurar la naturaleza tanto terrestre como marina en Chile, que es un tremendo desafío implementarla, por lo tanto, todos los actores están llamados a participar: la sociedad civil como las ONG, la ciencia y las comunidades locales. “Nosotros las ONG somos un brazo importante para apoyar a Chile en conservación de la biodiversidad, en el caso de Oceana, la biodiversidad marina. Debemos fomentar acciones en la estrategia que apuntes a la sustentabilidad”, advierte Paredes.

Nota por Débora Gutiérrez Arriagada.

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