COMUNICADO DE PRENSA
Santiago, 15 de diciembre 2020
Nuevo Informe Mundial de Desarrollo Humano evidencia desigualdad de género en Chile y evalúa impacto de los países sobre el medio ambiente
- Chile mantiene el primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) en América Latina y el lugar 43 entre 189 países, lo que ubica al país en la categoría de desarrollo humano “muy alto”. Por otra parte, el país ocupa el puesto 62 a nivel global en el Índice de Desarrollo de Género.
- Cuando el índice es ajustado por las desigualdades del país, Chile cae 11 puestos en el ranking mundial.
- En el nuevo “Índice de Desarrollo Humano ajustado por Presiones Planetarias” (IDHP) desarrollado por el PNUD, Chile sufre un ajuste menor que muchos países de mayor nivel de desarrollo humano, lo que le permite subir 14 puestos en el ranking global.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, lanzó este 15 de diciembre su 30° Informe Global de Desarrollo Humano 2020. Esta edición, titulada “La próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno”, se enfoca en la relación entre el desarrollo humano y sostenibilidad planetaria.
De acuerdo con el informe, el planeta está entrando en una nueva era geológica —el Antropoceno, o la era de los seres humanos— que se caracteriza por el estrés al que la acción humana está sometiendo a los sistemas naturales. La edición 2020 de este reporte anual introduce por primera vez el Índice de Desarrollo Humano Ajustado a las Presiones Planetarias (IDHP), una variante experimental del Índice de Desarrollo Humano (IDH), que hace explícitas las presiones humanas sobre el planeta y es además una herramienta para guiar las transformaciónes requeridas frente a la crisis de sostenibilidad.
El documento sostiene que “vivimos un momento sin precedentes en la historia del planeta, con señales de advertencia parpadeando en rojo. Pero tenemos la opción de utilizarlo para desbloquear las transformaciones sociales, económicas y ambientales necesarias para reequilibrar nuestros sistemas sociales y planetarios, de modo que los seres humanos y el planeta prosperen juntos.”
“El poder que ejercemos los humanos sobre el planeta no tiene precedentes. Frente a la COVID-19, temperaturas que rompen registros históricos, y una desigualdad que se reproduce, ha llegado la hora de utilizar ese poder para redefinir lo que entendemos como progreso, de manera que nuestras huellas de carbono y de consumo dejen de permanecer ocultas”, dice Achim Steiner, Administrador del PNUD.
El análisis muestra que no hay ningún país en el mundo que haya logrado -hasta ahora- la combinación de un desarrollo humano alto y un bajo impacto sobre el planeta. Es una ecuación que los países deben buscar implementar, hoy más que nunca. Con la reciente aprobación de las vacunas para prevenir la COVID-19, el mundo pronto comenzará a dejar atrás la peor fase de la pandemia, pero esto no puede significar una vuelta a la “vieja normalidad”. Seguir viviendo como antes, simplemente no es una opción viable: debemos reconstruir mejor. El reporte muestra cómo los desbalances planetarios interactúan con desigualdades estructurales y cómo ambos desbalances, sociales y ambientales, se refuerzan.
El Informe presenta a los líderes mundiales una cruda realidad: “Este informe nos señala la urgencia de hacer una transformación sistémica que nos ayude a repensar cómo nos relacionamos los humanos con el planeta, y a cambiar las normas sociales y los sistemas de gobernanza para crear sociedades productivas, inclusivas y resilientes que trabajen de la mano de la naturaleza.” afirmó Luis-Felipe López-Calva, Director Regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
Esta generación cuenta hoy con una oportunidad única de optar por un cambio, para lo cual el informe propone y describe tres mecanismos:
- Cambios en las normas y valores sociales: se debe expandir la agencia y empoderar a las personas a través del desarrollo humano, estableciendo nuevas normas que otorguen mayor peso al equilibrio planetario y la sostenibilidad. Ejemplos recientes son el enorme cambio en las normas sociales asociadas al uso del tabaco, o el aumento acelerado de las prácticas de reciclaje.
- Cambios en los incentivos y regulaciones: los gobiernos pueden, mediante sus políticas, promover o disuadir acciones que ayuden a las personas a actuar en consecuencia con sus valores. Una enorme mayoría quiere proteger el medio ambiente, pero no todos pueden hacerlo, especialmente quienes tienen menos recursos y menos opciones entre las cuales elegir. Incentivos para que las personas usen combustibles menos contaminantes o hagan un uso más sostenible del agua y de los suelos son ejemplos de esto.
- Nuevas soluciones basadas en la naturaleza: que busquen proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible los ecosistemas, pueden crear un círculo virtuoso entre el desarrollo humano y la salud planetaria, proporcionando simultáneamente bienestar a las personas y beneficios de la biodiversidad. Algunos ejemplos son la reforestación, la captación de aguas lluvia, el uso sostenible de los suelos, entre otros.
Los datos sobre Chile
El informe establece que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) para Chile en 2019 fue de 0,851, por lo que el país se mantiene en la categoría de países de desarrollo humano “muy alto”, en la que hay otros tres naciones latinoamericanas: Argentina, Uruguay y Costa Rica. En términos globales el país comparte con Croacia el lugar 43 de 189 países, misma posición que ocupaba en 2018. Los tres países de mayor desarrollo humano a nivel mundial son Noruega, Irlanda y Suiza.
El país está 16 puestos más arriba en el ranking de IDH que en el ranking de Ingreso Nacional Bruto, reflejando los buenos resultados del país en salud y educación, relativo a su nivel de ingreso.
Para explicar los resultados que ponen a Chile a la cabeza de este ranking en América Latina conviene desagregar las variables que componen el índice y su evolución en el tiempo: entre 1990 y 2019 la expectativa de vida al nacer creció en 6,7 años (73,5 a 80,2), la media de años de educación en 2,5 años (8.1 a 10.6); los años de escolaridad esperados crecieron en 3,5 años (12,9 a 16,4) y producto nacional bruto aumentó en 155% (9.130 a 23.261 PPP USD $ 2017).
Cuando el Índice de Desarrollo Humano es ajustado por Desigualdad (IDHD) se aplica un “descuento” a cada dimensión del índice original, dependiendo del nivel de desigualdad observado para cada indicador. Esto da cuenta de la “pérdida de desarrollo humano por desigualdades”. De esta manera, al tomar en cuenta la desigualdad el IDH cae de 0.851 a 0.709, representando una pérdida de 16,7% en la medida. La mayor pérdida se produce por la desigualdad de ingresos, luego en educación y luego en salud, lo que finalmente implica que el país caiga 11 puestos en el ranking mundial por efecto de la desigualdad, hasta el lugar 54. En términos comparados, la pérdida promedio en países de IDH muy alto es de 10,9% y en América Latina y el Caribe es de 22,2%. Argentina perdió 13,7% y Perú un 19,2%.
Nuevo Índice de Desarrollo Humano ajustado por Presiones Planetarias (IDHP)
Para medir este índice se aplica un factor de descuento al valor de cada dimensión actual del IDH de acuerdo con las “presiones” que el país ejerce sobre el medio ambiente. En concreto, el IDH pierde parte de su valor mientras mayores sean: (i) las emisiones de dióxido de carbono per cápita como consecuencia de las actividades productivas, y (ii) la “huella material” per cápita (la fracción de la extracción global de materiales explicada por la demanda final del país). Al contemplar las presiones planetarias, el IDH de Chile cae de 0.851 a 0.774, lo que representa una pérdida de 9% en la medida. Sin embargo, dado que esta pérdida en el valor es menor que en muchos países de mayor nivel de desarrollo humano, el país termina subiendo 14 puestos en el ranking global para esta nueva medida.
En efecto, al incorporar el impacto sobre los sistemas naturales, este nuevo índice “reordena” el ranking global de desarrollo humano. Noruega, por ejemplo, que en el ranking de desarrollo humano ocupaba el primer lugar, cae 15 puestos luego de ajustar por presiones planetarias. Islandia, que ocupaba el cuarto lugar, cae 26 puestos, mientras que Australia lo hace 72 puestos. En el otro extremo, Dinamarca pasa del lugar 10 al 5 y el Reino Unido del lugar 13 al 3.
En términos comparados, la pérdida promedio en países de IDH muy alto es de 15,4% y en América Latina y el Caribe es de 6%, con Argentina perdiendo un 7,9% (sube 20 puestos en el ranking), Uruguay un 13,8% (cae 20 puestos), Costa Rica un 3,8% (sube 37 puestos) y Perú un 4,4% (sube 28 puestos).
Existen esfuerzos recientes en el país, en términos de soluciones basadas en la naturaleza (acciones dirigidas a proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales), buscan aumentar el desarrollo humano y reducir las presiones planetarias. Estas protegen los ecosistemas, a la vez que generan empleos y buscan mitigar los impactos negativos del cambio climático en las personas y comunidades.
Índice de Desarrollo de Género (IDG)
Como en versiones anteriores, el Informe de Desarrollo Humano 2020 incorpora medidas de desigualdad de género. El IDG se define como la razón entre el IDH calculado para las mujeres y el IDH para los hombres (el valor unitario del IDG implica, por tanto, igualdad de desarrollo humano entre hombres y mujeres; valores menores que uno, implican menor IDH para las mujeres). De acuerdo con el informe, el IDH para las mujeres en Chile en 2019 fue de 0.828, mientras que para los hombres era 0.860, resultando en un IDG de 0.962. Esto pone al país en el lugar 62 a nivel mundial, una mala posición, ya que el IDG de los países de muy alto IDH es de 0.979, mientras que en América Latina es de 0.978 (en Perú es de 0.951 y en Argentina de 0.988). La estimación para el año 2018 del “ingreso nacional bruto per cápita” (dólares PPP de 2011) para los hombres es de casi 29.000 dólares, mientras que para las mujeres es de 15.200 dólares. Es esta brecha la que explica el valor del índice, porque en todas las otras dimensiones del índice prácticamente no hay diferencias de género.
Índice de Desigualdades de Género (IDG)
Este segundo índice enfocado en el género refleja desigualdades entre hombes y mujeres en tres dimensiones: (a) Salud reproductiva, medida por mortalidad materna y la tasa de embarazo adolescente; (b) empoderamiento, medida por la proporción de mujeres en el Congreso y acceso a educación segundaria y superior, relativo a los hombres; y (c) actividad económica, medida por la tasa de participación laboral.
Chile tiene un IDG de 0.288, ubicándose en el lugar 62 de 162 países. Argentina se ubica en el lugar 77 y Perú en el 87. En este ámbito, el país presenta estándares comparativamente altos en la región en temas de salud reproductiva y logro educacional, cifras similares a las de la región en participación laboral y está por debajo del promedio regional en el porcentaje de mujeres en el poder Legislativo.
Para obtener más información acerca del Informe sobre Desarrollo Humano 2020 y del análisis del PNUD sobre el nuevo Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias, por favor acceda a http://hdr.undp.org/. Aquí tambien puedes acceder al resúmen en línea del reporte http://report.hdr.undp.org/es/.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es el principal organismo de las Naciones Unidas dedicado a poner fin a la injusticia de la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. Por medio de nuestro trabajo con una extensa red de expertos y aliados en 170 países, ayudamos a las naciones a construir soluciones integradas y duraderas para las personas y el planeta. Más información en http://undp.org. También pueden seguirnos en redes sociales en @UNDP @PNUDChile .
Descargue el informe completo en Inglés aquí.
Descargue el resumen del informe en español aquí.
El nuevo Índice de Desarrollo Humano ajustado por Presiones Planetarias muestra que los países de desarrollo humano alto y muy alto son los que más presión ejercen sobre el planeta.
- El eje horizontal ordena a los países según su valor en el índice de desarrollo humano, mientras que el eje vertical lo hace según el mismo índice ajustado por presiones planetarias.
- Los países que están cerca de la línea diagonal prácticamente no ejercen presión sobre el planeta (su IDH y su IDHP son casi iguales).
- Los países que más se alejan de la línea diagonal son aquellos que más presión ejercen sobre los sistemas naturales, y por tanto la “caída” en el IDHP es mayor.
- El gráfico muestra claramente que los países de desarrollo humano “alto” y “muy alto” son los que más impacto tienen sobre los sistemas naturales planetarios. Una nueva ruta hacia el desarrollo humano es necesaria.