Un breve recorrido por las cifras de pobreza del 2021

27 de Mayo de 2022

 

Por Jaime Urrego / Santiago Plata Diaz

En esta edición de Sabías qué, hacemos un recorrido a través de los resultados de los principales indicadores de pobreza de los hogares colombianos en 2021. Lo ocurrido en este periodo muestra que el país ha ido superando progresivamente los impactos que tuvieron las cuarentenas en la pobreza, evidenciando una reducción sostenida en la incidencia de la pobreza monetaria y la multidimensional a nivel nacional.

En lo comprendido entre 2019 y 2020, la incidencia de la pobreza monetaria en el total nacional pasó de 35,7% a 42,5%, lo que se consolidó como el máximo aumento que ha tenido este indicador desde el año 2010; en número de personas este incremento significó el ingreso de 3,5 millones de colombianas a esta condición. Tras el 2021, se observó una mejoría: Gracias a la reactivación económica, las transferencias específicas y generales del Gobierno Nacional, la pobreza logró caer en 3,2 p.p. llegando a ubicarse en 39.3%, lo cual representó la salida de 1,4 millones de personas de esta condición, generando un consolidado de 19,6 millones de colombianos viviendo en condición de pobreza al cierre del 2021.

Aunque se puede identificar un mejoramiento general a nivel nacional, la recuperación no ha sido homogénea en el territorio colombiano, más aun teniendo en cuenta el ciclo inflacionario que vive el país.

Pobreza monetaria: evolución y cambios en los últimos años

Tal como se menciona en una pasada entrada de Sabías Qué (Crecimiento, inflación y desempleo: sumas y restas para la pobreza) la aceleración en los precios al consumidor afectó de manera considerable la capacidad adquisitiva de los hogares. El costo de la canasta de consumo mínima, para no considerarse en pobreza monetaria, aumentó un 9% y la canasta mínima para suplir las necesidades calóricas de los integrantes de un hogar aumentó un 21% con respecto al 2019 (Ver gráfico 1). Esta última cifra es crítica pues implica que las personas con insuficiencia calórica aún son 3,6 puntos porcentuales más del nivel observado en 2019.

 

Por fortuna, el DANE utiliza una metodología para aislar los diferentes efectos que explican la variación en la pobreza monetaria para los principales dominios geográficos. De esta manera, se obtiene una aproximación al efecto del aumento de los precios en las condiciones de bienestar de los hogares colombianos

Tanto para el total nacional, como para las cabeceras municipales, el incremento en los precios contribuyó positivamente en más de 3 puntos porcentuales a la variación de la pobreza monetaria. Sin embargo, este efecto se vio mitigado por medidas compensatorias. Más específicamente, la reactivación económica restó, en ambos casos, casi 6 puntos a este indicador, así como las transferencias ayudaron a reducir la pobreza en 1.7 puntos (Ver Gráfico 2)

 

Es así, que durante 2022 y en el corto plazo, será importante mantener las transferencias a los hogares para compensar el aumento en los niveles de precios y garantizar los medios de vida de las personas. Al mismo tiempo, será fundamental fomentar la dinámica de reactivación económica para mantener y mejorar el nivel de bienestar de los hogares

 

Diferencias territoriales 1.0

La recuperación de los medios de vida a lo largo del país no ha sido homogénea. Algunas ciudades como Valledupar y Barranquilla aún tienen valores de incidencia de pobreza de más de 10 puntos porcentuales por encima del nivel que tenían previo a la pandemia (2019). En cambio, ciudades como Popayán y Villavicencio se han recuperado de manera mucho más acelerada.

 

Tras dos años de muchas dificultades ocasionadas por la pandemia del COVID-19, estas diferencias regionales resaltan los cambios en la calidad de los hogares colombianos. Por un lado, en el agregado nacional se percibe una senda hacía la recuperación de las condiciones del bienestar. Por el otro lado, vemos que esta senda no es homogénea regionalmente, por lo cual es y será importante trabajar mancomunadamente con y en estos dominios para lograr que las mejoras en este aspecto lleguen a todos los colombianos

 

Pobreza multidimensional: evolución y cambios en los últimos años

Los medios de vida son una forma de aproximarse al bienestar de las personas, no obstante, el ingreso por sí solo no contempla otras dimensiones que contribuyen a caracterizar las condiciones de vida los hogares. Es por ello que los colombianos y colombianas cuentan con otro indicador que complementa y amplía las mediciones del bienestar con el fin de capturar esas dimensiones.

El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) mide las carencias en dimensiones, como la educación, la salud, acceso a agua potable y calidad del trabajo, caracterizando a los hogares según las privaciones que experimentan y que evitan que las personas logren aquello que cada cual considera valioso o importante.

El IPM como un indicador de la pobreza multidimensional también tuvo variaciones en últimos años y evidencia diferencias territoriales. La pobreza multidimensional pasó de 18,1% en 2020 a 16% en 2021, lo que significó que 971 mil personas salieran de la pobreza. Frente al periodo anterior a la pandemia (2019), actualmente hay 482 mil colombianos y colombianas que no viven privaciones en la niñez y juventud, educación, salud, trabajo y sus viviendas.

 

Tras haber iniciado la pandemia por COVID-19, luego de un periodo de encarecimiento de las condiciones de vida, se percibió una recuperación durante el 2021: muchos hogares colombianos vieron disminuir las carencias que se vivieron durante el 2020 en algunas de las dimensiones de la pobreza multidimensional. Más concretamente, al desagregar los resultados del IPM por sus dimensiones, entre 2020 y 2021 la variable que más disminuyó fue la inasistencia escolar, la cual aportó al 71,9% de la reducción del IPM a nivel nacional, resultado del retorno a la presencialidad del sector educativo que se dio durante el último periodo.

 

Entre los dos años hubo un componente coyuntural, pues no solo se mantienen similares los niveles de las privaciones, sino que se observa un comportamiento estático en el 70% de las variables del indicador. Se observa un comportamiento homogéneo en las privaciones en el trabajo informal, bajo logro educativo y rezago escolar, siendo las dimensiones de Trabajo y Condiciones de niñez y juventud en las que mayores privaciones se presentan a nivel nacional.

 

Diferencias territoriales 2.0

Desde la pobreza multidimensional, también existen marcadas diferencias territoriales. En este sentido, y para un entendimiento de las carencias regionales, es importante considerar otros bienes y servicios esenciales para los hogares colombianos y que toda la población alcance una vida digna.

Una de las ventajas del IPM está en que permite conocer la magnitud de la privación (la proporción de personas que experimentan privaciones), o más específicamente la intensidad, la cual muestra el número de privaciones simultáneas que experimentan las personas. Para 2021, dentro de los grandes dominios se observa que la privación ha bajado transversalmente, no obstante, se aprecian diferencias regionales. En las zonas rurales, la privación es 1,1 veces mayor que la de las zonas urbanas; así mismo se observa que el nivel de privaciones es alto a nivel nacional: 40,8%.

 

Las diferencias también se aprecian entre departamentos. La reducción del IPM se ha concentrado principalmente en las zonas céntricas del país, mientras que en las zonas litorales y fronterizas este indicador no ha cambiado y en algunos casos, como en La Guajira, ha aumentado.

 

Por regiones se encuentra que las mayores incidencias las presentan la región Caribe 26,8%, seguida por la región Pacífica (sin el Valle del Cauca) con 22,7%. Entre 2020 y 2021, la mayor reducción del IPM se dio en la región Pacífica ( -8,2%) y la región Central (-3,2%).

 

Consideraciones Finales

Sin lugar a duda Colombia cuenta con mejores condiciones de bienestar para la población pues se aprecia una reducción significativa de las principales medidas de pobreza. Lo anterior se debe ya  sea por el mejoramiento de los medios de vida, o la provisión de los diferentes bienes y servicios que garantizan una vida digna de los hogares,. La sociedad colombiana está experimentando una progresiva recuperación social y económica ante lo ocurrido en los últimos años por cuenta de la pandemia por COVID-19.

No obstante, las persistentes diferencias territoriales sugieren la apremiante necesidad de la acción conjunta como sociedad para “No dejar a nadie atrás”, de tal manera que todos y todas las colombianas estén en capacidad de realizar  todo aquello que consideren valioso para sus vidas. Los avances en las condiciones mínimas para la calidad de vida deben trascender a las nuevas formas de satisfacer las necesidades de la población; los contextos sociales, económicos y culturales dan cuenta de nuevos paradigmas sobre el desarrollo en el que el acceso no es suficiente, la calidad es importante y significativa para el logro de las capacidades aumentadas de los últimos y próximos años, orientados al logro de la Agenda 2030.

Entre los dominios urbanos y rurales, entre las ciudades y entre los departamentos, ante la tímida recuperación de las medidas de pobreza, e incluso en algunos casos su empeoramiento en últimos años, es necesario fortalecer los cursos de acción que han dado resultado y complementar con otras medidas inclusivas que permitan recuperar y mejorar las condiciones de vida con el fin de  gozar de mayores y mejores niveles de bienestar.