Como nunca antes en la historia reciente, la amenaza sin precedentes de la pandemia de COVID-19 está llevando a muchos países a limitar los derechos humanos. Por ejemplo, unos 90 países de todo el mundo han aprobado leyes o adoptado medidas para restringir la libertad de expresión durante la pandemia. Sin embargo, hemos aprendido que los derechos humanos y los principios como la igualdad y la no discriminación deben ser parte de la solución. Es fundamental que el acceso asequible y no discriminatorio a la vacunación sea una prioridad mundial, aunque todavía está muy lejos de serlo. Como muestra el Tablero Global sobre la Equidad de la Vacuna de la COVID-19 (en inglés), en los países de ingreso alto, 1 de cada 2 personas ha sido vacunada con al menos una dosis. En los países de ingreso bajo, esa cifra es solo de 1 de cada 12. En conjunto, no se trata de un juego de suma cero entre libertades fundamentales y salud. La conclusión es que todos los países deben garantizar que los derechos humanos sean el elemento esencial de la recuperación socioeconómica.
Las Naciones Unidas están al frente de los esfuerzos mundiales para apoyar a los países a proteger, respetar y hacer realidad los derechos humanos de todas las personas. Sin embargo, las represalias contra los defensores de los derechos humanos siguen aumentando. En 2020 fueron asesinados 331 defensores, dos tercios de los cuales trabajaban en la protección de los derechos ambientales, sobre la tierra y de los pueblos indígenas (en inglés). En todo el mundo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ayuda a más de 40 instituciones nacionales de derechos humanos, que también son defensoras de los derechos humanos, a proporcionar a los gobiernos asesoramiento vital basado en los derechos. Lo cierto es que el llamamiento a la acción en favor de los derechos humanos del Secretario General de las Naciones Unidas hace hincapié en la creciente necesidad de respetar los derechos de las generaciones futuras. Como parte de este cambio de mentalidad, los ciudadanos de todo el mundo están empezando a invocar los derechos jurídicos y constitucionales para que sus gobiernos rindan cuentas en esferas fundamentales como el cambio climático. En 2021, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció que tener un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano mundial (en inglés). Sin embargo, es sorprendente que unos 3.700 millones de personas sigan "atrapadas" sin conexión a Internet (en inglés), lo que limita su capacidad para opinar sobre esferas vitales como el cambio climático. Por ello, las Naciones Unidas apoyan los esfuerzos para implementar una Internet de banda ancha asequible (en inglés). Además, ayuda a dotar a las personas de las habilidades digitales que necesitan para participar activamente en las políticas y procesos que afectan a sus vidas y medios de subsistencia, salvaguardando al mismo tiempo sus derechos humanos. De hecho, muchas personas tienen dificultades para acceder a servicios básicos que se están digitalizando cada vez más, lo que afecta negativamente a sus derechos. No obstante, esfuerzos como la iniciativa Tech for Democracy (en inglés) del PNUD y Dinamarca ayudan a identificar nuevas formas de aprovechar la tecnología digital para promover la democracia y los derechos humanos.
Dado que más del 90 % de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) corresponden a obligaciones en materia de derechos humanos, el PNUD apoya a los países para que cumplan sus obligaciones a este respecto, no solo porque es lo correcto, sino también porque es fundamental para alcanzar los ODS. Por ejemplo, en América Latina, el PNUD presta apoyo al análisis de casi 1.500 recomendaciones sobre derechos humanos, con el fin de acelerar el progreso de una serie de metas de los ODS. En el Pakistán, el PNUD y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) contribuyen a hacer un seguimiento digital de los progresos del país en el cumplimiento de sus compromisos relativos a los derechos humanos y los ODS. En Botswana, el PNUD apoyó al Gobierno para que se adhiriera a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad e integrara plenamente los derechos de las personas con discapacidad en el marco jurídico del país. El PNUD también apoya la aplicación de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, que ayudan a los Estados y a las empresas a prevenir, abordar y remediar los abusos de los derechos humanos cometidos en las operaciones comerciales.
A través de nuestro nuevo Plan Estratégico 2022-2025, el PNUD seguirá respondiendo al llamado a la acción en favor de los derechos humanos del Secretario General y trabajará con los países y las comunidades para integrar los derechos humanos en todos los aspectos de nuestro apoyo. Esto significa llegar primero a las personas más rezagadas, como las mujeres y las niñas, los pueblos indígenas, las personas afrodescendientes, las personas LGBTI, los migrantes y las personas con discapacidad, prestándoles apoyo para que elijan su propia senda de desarrollo. De hecho, todo el sistema de las Naciones Unidas reconoce claramente que un enfoque del desarrollo basado en los derechos humanos y en la igualdad, la inclusión y la no discriminación es la mejor manera de reducir las desigualdades y de establecer esa conexión de alta velocidad hacia la Agenda 2030.
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El tema del Día de los Derechos Humanos del 2021 está relacionado con la igualdad y el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".