"Nuestro mayor desafío es que no nos ven. Tengo que trabajar el doble para que la gente pueda conocer lo que es mi empresa", comenta María Elizabeth Esposito, micro empresaria.
En 2020, María Elizabeth Esposito (Eli) quería lanzar su línea artesanal de accesorios en Santo Domingo, República Dominicana. Su tienda online pasó a tener un espacio físico y esperaba obtener ganancias que le permitirieran montar un taller para trabajar nuevas piezas.
Eli es una mujer micro empresaria dominicana, negra y lesbiana, propietaria de varias tiendas en línea, y miembra de la organización Mujeres Sociopolíticas Mama Tingó, que colabora en la prevención de uniones tempranas de niñas, adolescentes y jóvenes de barrios y bateyes de Santo Domingo.
En marzo de 2020, el gobierno dominicano y otros países del mundo tomaron medidas de prevención para mitigar los efectos de salud de la pandemia por COVID-19, lo que incluyó un cese temporal de las actividades económicas. Las mipymes como las de Eli sufrieron un impacto negativo; sus planes fueron postergados.
‘’Cuando llegó la pandemia, la gente pensaba que se iba a acabar el mundo, y ya mi negocio como no era algo esencial a adquirir, las personas no tenían interés en mis productos. Yo me preguntaba qué yo voy a hacer, yo no sabía qué hacer. Después que yo he pasado tantas cosas, no puede ser que mis sueños llegaran hasta ahí’’, reflexionaba Eli.
Según nuestra encuesta Mipymes, realizada junto al Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) el año pasado, el 50% de las personas empresarias consideraban que el negocio que dirigían podía declararse en bancarrota como consecuencia de la crisis.
La pandemia nos afectó a todos de diferentes maneras
Para las personas que vivían en una situación de mayor desigualdad, la crisis sanitaria y socioeconómica no solo puso en peligro sus sueños, sino que creó incertidumbre sobre su seguridad alimentaria y sustento.
Nuestro informe sobre el impacto socioeconómico de la COVID-19 en personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales (LGBTI) en la República Dominicana, reveló que en el 26% de hogares con personas LGBTI, al menos un miembro había perdido su trabajo de manera permanente, y un 54% debió disminuir el número de comidas al día debido a la reducción del ingreso familiar.
‘’Yo tengo 37 años, en este país cuando llegas a cierta edad no te contratan. Las puertas que toque no se me abrieron. Al yo ser negra, lesbiana y apoyar la lucha de los derechos humanos, se me presentan obstáculos para acceder a oportunidades de trabajo, aunque muchas personas te digan que no tienen problema con eso. Pero recuerdo que mi exjefa me decía que yo no tenía la cara para trabajar en la recepción’’, dice.
El pasado lunes primero de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Cero Discriminación, un llamado de las Naciones Unidas para poner fin a las desigualdades que nacen ante la ausencia del respeto a los derechos humanos. Las mujeres, personas con discapacidad, migrantes y personas LGBTI conforman algunos de los grupos que son el mayor objeto de discriminación y exclusión en el país y el mundo.
"La gente le tiene miedo a lo diferente. Los prejuicios te impiden conocer personas maravillosas y la posibilidad de cambiarles la vida", opina Maria Elizabeth Esposito.
La discriminación crea barreras que obstaculizan el desarrollo humano. Estas deben ser enfrentadas cada día por personas con discapacidad en República Dominicana. Antes de la crisis, habían más de un millón de personas con discapacidad, de las cuales 64% no tenía acceso a trabajo, siendo el porcentaje de mujeres con discapacidad no ocupadas (77.5%) mayor al de hombres con discapacidad (55.3%).
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), durante la pandemia, el 75% de la población del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros de mayoría haitiana había perdido sus ingresos y cerca de 90 mil migrantes de nacionalidad venezolana habían sido afectados.
Programa de Recuperación Inclusiva
Ante esta realidad, el PNUD implementó un Programa de Recuperación Inclusiva, con el financiamiento de la Embajada de Canadá, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) y el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y MiPymes. El programa tuvo el propósito de apoyar a las mipymes de dichas poblaciones, a través del fortalecimiento de su resiliencia, alianzas y acceso a recursos e información.
Dicho programa fortaleció las capacidades de gestión y resiliencia de 273 personas con ideas de negocios, emprendedoras y dueñas de mipymes.
Eli, quien participó en la Semana de Negocios Inclusivos, tuvo la oportunidad de estructurar su idea de negocio y resultar seleccionada para recibir apoyo técnico, que le permitirá retomar sus planes que habían sido truncados a inicios de la pandemia.
"La parte que más me encantó fue la Semana de Negocios Inclusivos. Fue la semana que más construyo en mí, con ella pude elaborar mi carpeta de negocios. Deben existir estos procesos que nos dan más visibilidad y apoyo. Esto es un impulso para mí", indica Esposito.
La clave es la inclusión
Para el PNUD, la recuperación de todos los países debe tener como clave la inclusión de todas las personas, esto implica un enfoque de respuesta a la COVID-19 basado en los derechos humanos (participación, inclusión, transparencia, igualdad y no discriminación), colocando a los grupos vulnerabilizados en el centro de la recuperación.
‘’Se le deben de abrir las puertas a las mipymes de grupos vulnerabilizados y comprarles sus productos. Los procesos deben tomar en cuenta las desigualdades que viven las personas trans o las personas con discapacidad. Se necesita un mayor acercamiento con los barrios y los sectores populares. Tenemos que pensar cómo hacer que los procesos lleguen a más personas’’, dice Eli.
Desde PNUD, seguiremos con el compromiso de promover la inclusión y los derechos humanos en el marco de la recuperación nacional, con el interés de que podamos retomar el camino hacia el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y asegurar una República Dominica más sostenible e igualitaria, sin dejar a nadie atrás.