Probablemente, cada vez que en la actualidad informativa se habla de los retos del cambio climático y la seguridad alimentaria, muchas personas suelen dirigir su mirada hacia el cielo, pensando en la capa de ozono; y a los campos de cultivo y explotaciones ganaderas, imaginando una extensiva producción agrícola y granjas llenas de animales; sin embargo, pocas veces el océano y los recursos marinos son recordados en su justa medida e importancia.
De hecho, no podemos tener un planeta saludable sin un océano saludable, pero la salud del océano ahora está en un declive claramente constatable, y muy a pesar de que proporciona oxígeno, regula el clima global, actúa como un sumidero gigante para gases de invernadero, y por supuesto, genera alientos, empleo, medios de subsistencia y en definitiva, bienestar para los seres humanos y el planeta.
Tan solo en Ecuador, si, por ejemplo, hablamos de la pesca, este sector representa una parte importantísima de sus exportaciones y fuente de trabajo y de alimento para millones de familias.
Por todo lo anteriormente mencionado, proteger el océano y sus recursos debe ser una prioridad para que sus ecosistemas se recuperen y regeneren.
Esto es lo que se ha hecho con la Iniciativa de Pesquerías Costeras en América Latina (Ecuador y Perú), que forma parte de un programa global que se ejecuta en Cabo Verde, Costa de Marfil, Senegal e Indonesia, en alianza con seis organizaciones, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Banco Mundial, WWF y Conservación Internacional; y el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).
Desde 2018, en Ecuador y Perú, esta iniciativa ha promovido prácticas de producción y negocios oceánicos más sostenibles con el liderazgo de los Ministerios de Ambiente y Producción de ambos países
¿Cómo?
Por un lado, se han creado las condiciones habilitantes para la mejora de la gobernanza de 5 pesquerías artesanales (atún con caña, concha, cangrejo de manglar, dorado y camarón pomada), en las zonas marino-costeras de las provincias de Manabí, Santa Elena, Guayas y el Oro (Ecuador); y en las zonas costeras de Tumbes y Piura (Perú).
Esta gobernanza se tradujo en planes de acción que incluyen ejes de educación y capacitación, investigación, control y gobernanza con los objetivos de:
1/ fortalecer las buenas prácticas sostenibles y conocer más sobre la trazabilidad de los recursos;
2/ comprender mejor el recurso y la dinámica respecto a los efectos del cambio climático y contaminación ambiental a través de la investigación;
3/ replicar experiencias exitosas, e informar ampliamente a todas las personas que forman parte de la cadena de valor de los recursos, y de mejor manera, sobre las condiciones del recurso y la pesquería, así como también de las recomendaciones técnicas para mejorar las regulaciones;
4/ y finalmente, mejorar los procesos de gobernanza y gobernabilidad a nivel interno en las asociaciones y a nivel macro en conjunto con las autoridades de pesca.
En concreto, el Proyecto ha apoyado en Ecuador a 16,200 pescadores y actores clave de las pesquerías de concha, cangrejo, atún con caña, dorado y camarón pomada, así como a 17,000 personas vinculadas con acciones de planificación espacial marino costera en el Golfo de Guayaquil. Y en Perú a 16,695 pescadores artesanales de Tumbes y Piura, 600 extractores de concha y cangrejo en el ámbito del Santuario Nacional lo Manglares de Tumbes, y 60,690 personas vinculadas a la Bahía de Sechura con acciones de planificación espacial marino costera.
Por otro lado, se crearon y actualizaron herramientas de regulación de las pesquerías para hacer un uso sostenible de los recursos naturales y también planificar, reducir presiones y amenazas del ecosistema marino de la zona de transición entre los Grandes Ecosistemas Marinos de la Corriente de Humboldt y del Pacífico Centroamericano. Esto se hizo de manera participativa, junto con las comunidades, favoreciendo el consenso entre las comunidades científica, de pesca y autoridades, sin que los medios de vida se vean afectados por normas ajenas a su realidad.
Como resultado, actualmente las comunidades pesqueras pueden ordenar su actividad económica, fortalecerse mediante la asociatividad y vender sus productos a mejores precios con una actividad formalmente reconocida.
Augusto López, presidente de la Cooperativa Cañeros de Manta, anunció que, con apoyo del Proyecto, su asociación espera actualmente ser la primera pesquería artesanal del país que cuente con la certificación internacional ‘Comercio Justo’ alcanzando de esta manera nuevos mercados.
Todo esto no tendría sentido ni hubiera sido posible sin el liderazgo de las instituciones de Ecuador y Perú; la cooperación con Conservación Internacional y WWF Ecuador y el trabajo y esfuerzo diario de quienes son parte del sector pesquero artesanal.
Igualdad de género en un sector tradicionalmente masculinizado
Ahora, más que nunca, es imperativo potenciar la igualdad de género en el contexto de la crisis climática por la que estamos atravesando, y que además afecta de manera más grave a las mujeres.
En el Proyecto, las mujeres han visto reforzados su empoderamiento y liderazgo.
Para comenzar, se ha trabajado en visibilizar su participación en la cadena productiva pesquera, mediante la producción y difusión de piezas comunicacionales que relatan testimonios e historias de vida sobre su liderazgo y rol activo.
También se ha capacitado al personal de instituciones y socios del proyecto, como el grupo de 234 funcionarios y funcionarias de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, un hito importante, puesto que trabajan directamente con diferentes actores del sector pesquero, y podrán identificar las desigualdades que existen, generar condiciones para que disminuyan las brechas de género y promover la igualdad de oportunidades.
Asimismo, se ha desarrollado un curso virtual gratuito, abierto para el público en general que está disponible en el sitio Web del proyecto CFI, en el que se comparten herramientas conceptuales para generar una reflexión sobre la igualdad entre hombres y mujeres.
Alianzas para una pesca sostenible
El pasado viernes 11 de marzo, en San Mateo, Manta, se presentaron los resultados de la implementación de este proyecto en Ecuador que tuvo como socios ejecutores a Conservación Internacional Ecuador y a WWF Ecuador, quienes juntamente con el PNUD dieron soporte técnico al Viceministerio de Acuacultura y Pesca y Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica para alcanzar importantes hitos que forman parte de los esfuerzos nacionales por alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.
Durante el evento el viceministro de Acuacultura y Pesca, Andrés Arens destacó el trabajo binacional del proyecto, señalando que esta Iniciativa ha permitido conocer las realidades y desafíos de ambos países y lo fundamental de contar con herramientas regionales de gobernanza.
Por su parte, Matilde Mordt, representante del PNUD en Ecuador enfatizó la importancia del enfoque de gestión holística basada en el ecosistema, pues se ha logrado reducir las presiones y amenazas del ecosistema marino, al mismo tiempo que se han desarrollado mecanismos de gobernanza que permiten a las comunidades acceder a los recursos pesqueros de forma sostenible.