“La pandemia por COVID-19 tiene consecuencias sociales y económicas devastadoras para las mujeres y las niñas y profundiza las inequidades preexistentes en empleo y trabajo, cargas de cuidado, violencia, protección social, y educación y desnutrición” afirmó Matilde Mordt, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Ecuador, en el Webinar ‘Economía violeta: una apuesta por la igualdad de género’, convocado por la Red Mujer Emprendedora.
En este evento, participaron también Cecilia Chacón, secretaria de Derechos Humanos y Ana María Pesantes, directora ejecutiva del Observatorio y Promoción de la Economía Violeta (OPEV). La moderación estuvo a cargo de María Sara Jijón, subsecretaria de Gobernabilidad de la Vicepresidencia.
Las ponentes destacaron al unísono que la igualdad es un derecho que repercute no solamente en las mujeres, sino en toda la sociedad, creciendo la economía y asegurando el bienestar para toda la comunidad.
Sin embargo, las brechas existentes son profundas y requerirán de esfuerzos conjuntos desde el Estado, la sociedad civil y el sector privado para promover la igualdad.
La desaceleración de la economía traerá graves consecuencias impactando los ingresos y el empleo de las personas y sus hogares, particularmente de aquellos en mayor situación de vulnerabilidad y en especial a las mujeres. Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), muestran que ya había 116 mujeres en extrema pobreza por cada 100 hombres, cifras que sin duda, seguirán en aumento.
Por otro lado, las mujeres deben enfrentarse a normas sociales y patrones culturales, a un mayor grado de exposición frente a la enfermedad por su perfil de trabajo, a la carga de trabajo doméstico y cuidados no remunerada y en la mayoría de los casos no asumidos por otros miembros de la familia, las condiciones materiales de infraestructura en sus hogares, barrios y comunidades y la brecha digital ,entre otras cuestiones.
Entre las medidas propuestas para fortalecer la economía violeta y promover oportunidades para las mujeres y mecanismos para una plena igualdad, en el contexto de la pandemia, están: establecer sistemas de salud resilientes e inclusivos; impulsar el liderazgo de las mujeres en su diversidad, en la toma de decisiones de las políticas; adoptar medidas para garantizar la continuidad de los servicios educativos a distancia; garantizar la existencia de sistemas de protección y de cuidados; proteger los ingresos y empleos de los más vulnerables en su cadena de valor, y emprender campañas de sensibilización.