Emergencias como la pandemia COVID-19 y las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal, en el año 2020, reafirmaron la resiliencia y creatividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) en El Salvador, así como su gran importancia en la economía del país.
Al mismo tiempo, evidenciaron y profundizaron las brechas digitales y financieras que las afectan, particularmente a aquellas empresas dirigidas por mujeres. Aunque las mujeres son propietarias del 64% de las microempresas y del 29% de las medianas y grandes empresas, generalmente reciben menos ganancias que los propietarios hombres y participan en los sectores más afectados por las crisis, como el turismo, la industria cultural y los servicios educativos, entre otros.
Teniendo en cuenta estas brechas, pero sobre todo el enorme potencial de las MIPYMES salvadoreñas para dinamizar la economía y contribuir al desarrollo sostenible, el Gobierno de El Salvador, la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en El Salvador impulsan una alianza que busca consolidar las capacidades de generación de productos y servicios turísticos en las comunidades, a través de la digitalización inclusiva, la innovación y el empoderamiento de las mujeres.
El proyecto “Desarrollo de micro y pequeñas empresas dinámicas para la reactivación económica de El Salvador” tendrá entre sus principales resultados la creación de un Centro de Innovación en Emprendimiento Digital (CIED), que apoyará a las MIPYMES en temas de transformación digital, prototipado de productos y servicios, comercio electrónico y digitalización de negocios.
“Nuestra visión es convertir la crisis en oportunidad y aprovechar este momento histórico de potencial tecnológico, creatividad y resiliencia para acelerar los procesos de innovación y transformación digital de las MIPYME, creando sinergias entre las instituciones de gobierno y la cooperación internacional, sumando nuestra experiencia, capacidad técnica y recursos”, enfatizó la Representante Residente del PNUD, Georgiana Braga-Orillard.
Este nuevo proyecto ha sido desarrollado con base a la metodología del Laboratorio de Innovación del PNUD, que impulsa la exploración, el mapeo de soluciones, la inteligencia colectiva, la experimentación y el escalamiento de iniciativas exitosas. Una de esas iniciativas viene del proyecto Digi-Chiquihuites, impulsado por el PNID para la digitalización inclusiva y el empoderamiento de mujeres, del que se retomarán y escalarán soluciones como las “canastas digitales” que incorporan el acceso a herramientas, servicios y formación de capacidades en tecnología.
El proyecto también facilitará el desarrollo tecnológico de las MIPYMES a través de nuevos servicios que incorporen la adopción de herramientas para marketing digital, comercio electrónico agroindustria y turismo, entre otros. Asimismo, promoverá emprendimientos dinámicos e innovadores priorizando la equidad de género, la sustentabilidad ambiental y la inclusión social.
El proyecto empoderará a mujeres emprendedoras, micro y pequeñas empresarias para para generar negocios innovadores, fortalecer sus habilidades comerciales y consolidar redes de emprendimientos, acelerando estos procesos a través de la tecnología, formación y capital semilla. También se concentrará en otros grupos vulnerables como las personas migrantes y personas retornadas, previniendo la migración irregular y generando oportunidades que faciliten la reintegración.
Específicamente, a través del proyecto se apoyará a 100 mujeres, con formación en áreas de tecnología, creación y desarrollo de empresas innovadoras y sostenibles; a 150 emprendedores, con iniciativas sostenibles en turismo, agroindustria, tecnología e innovación y alimentación; y a 200 MIPYMES turísticas de los sectores de alimentación, alojamiento, transporte, recreación e información.
En línea con las prioridades nacionales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Programa País del PNUD, la implementación de este proyecto contribuirá a la reducción de la pobreza y las desigualdades, así como al desarrollo sostenible de las comunidades locales, promoviendo el trabajo decente y los medios de vida sostenibles, en un entorno de transformación económica inclusivo, innovador y sostenible.