Desde hace 50 años, hoy 22 de abril conmemoramos el Día Internacional de la Madre Tierra, con la finalidad de crear empatía y conciencia sobre el impacto que los seres humanos generamos al planeta, con acciones como la sobrepoblación, la destrucción de los bosques, la contaminación del aire, agua y suelo por la industrialización poco amigable con el ambiente, la caza y captura ilícitas de fauna al punto de su extinción, y otros que implican y generan una huella ecológica en el planeta.
La Tierra, como toda madre, nos acoge a pesar de nuestras acciones, que muchas veces han causado daños irreversibles a ecosistemas completos por ejemplo los bosques de Australia, la Amazonia y la selva en Petén; sin embargo, todo tiene un límite. Nuestra madre, está respondiendo a los cambios que han generado nuestras conductas extractivistas y poco sostenibles.
El cambio climático es un claro indicador que todo está variando y esto se debe a que los efectos generados por la humanidad han alterado tanto al planeta en el último siglo, que algunos expertos indican que estamos iniciando una nueva época, el Antropoceno, en la cual el futuro del ser humano es incierto.
En ese sentido, Guatemala como parte del Planeta Tierra, está considerado, según el Índice Global de Riesgo Climático de Germanwatch, como uno de los países con mayor vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático; para contrarrestar esta problemática el PNUD en Guatemala apoya con proyectos que priorizan la conservación de la biodiversidad, el desarrollo sostenible y la reducción de la vulnerabilidad ante el cambio climático. El Proyecto Promoviendo Territorios Sostenibles y Resilientes en Paisajes de la Cadena Volcánica Central en Guatemala, contribuye en el bienestar de las poblaciones locales mediante la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y los bosques en paisajes boscosos/productivos de la cadena volcánica central en Guatemala; asimismo el apoyo en el cumplimiento de los ODS, específicamente lo referente al objetivo 13 sobre la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, promoviendo la aplicación de políticas y estrategias en los programas de las entidades gubernamentales que se vinculan al tema.
Hoy más que nunca debemos reflexionar sobre las enfermedades, la desnutrición infantil, las abismales desigualdades económicas y sociales, los cambios de temperaturas a nivel mundial, las sequías, las inundaciones y su relación con nuestras acciones. Debemos parar y hacer una autoevaluación y preguntarnos ¿cómo ayudamos a nuestra madre Tierra?, puede ser con pequeños o grandes cambios, pensemos que los pequeños cambios tienen la capacidad de ser generadores y replicadores de conductas positivas, todo cambio exitoso empieza con algo pequeño. Seamos ejemplo para nuestras futuras generaciones, respetemos al prójimo sin importar la especie, vivamos el tiempo que tenemos por delante luchando por vivir en armonía, contribuyendo a la conservación de nuestro mundo, porque al final de todo es la madre tierra, nuestro planeta, nuestro hogar.
Escrito por: Isolda Flores Pardo
Abogada y Notaria, con más de diez años de experiencia en temas ambientales, consultora y asesora ambiental, con experiencia en diversos temas como, áreas protegidas, cambio climático, diversidad biológica, carbono, madre comprometida en formar dos seres humanos que luchen por la conservación. Actualmente brinda apoyo técnico y jurídico al Proyecto Promoviendo Territorios Sostenibles y Resilientes en Paisajes de la cadena Volcánica Central de Guatemala, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) cuyo implementador asociado es el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales -MARN- y la agencia implementadora es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-.