En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria de este año conmemoramos el 20º aniversario del atentado mortal contra el Hotel Canal de Bagdad.

Aquel día infausto perdimos a 22 compañeros, entre ellos el Representante Especial Sergio Vieira de Mello.

La tragedia marcó un antes y un después en la forma en que actúa el personal humanitario. 

Y es que en la actualidad, y pese al respeto con el que se les trata en todo el mundo, los trabajadores humanitarios están expuestos a los ataques de quienes quieren causarles daño.

Este año, las operaciones humanitarias mundiales pretenden llevar una ayuda vital a 250 millones de personas en 69 países, diez veces más que cuando se produjo el atentado en el Hotel Canal. 

Desgraciadamente, la financiación dista mucho de ser la ideal. En un momento en el que se multiplican las crisis, es inaceptable que el personal humanitario se vea obligado a reducir la ayuda que presta a millones de personas necesitadas. 

Otros problemas se han multiplicado también en los últimos veinte años: 

• las tensiones geopolíticas, que son cada vez más acusadas;

• el abierto desprecio por el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos;

• campañas de agresiones deliberadas y de desinformación.

• El concepto mismo de humanitarismo es objeto de ataques.

Pero esas dificultades no han conseguido sino fortalecer a la comunidad humanitaria mundial.

Los trabajadores humanitarios, en su mayoría personal de contratación nacional que trabaja en sus propios países, están aún más cerca de las personas a las que sirven. 

Son ellos los que encuentran nuevas formas de adentrarse en regiones asoladas por catástrofes y de llegar hasta la primera línea de los conflictos, espoleados por el único propósito de salvar y proteger vidas.

En este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, rendimos homenaje al valor y la dedicación de los trabajadores humanitarios de todo el mundo. 

Reafirmamos nuestro pleno apoyo a sus decididos esfuerzos por salvar vidas en todo el mundo.

Aplaudimos su inquebrantable dedicación al servicio de TODAS las personas necesitadas, en cualquier circunstancia, independientemente de quienes sean y allí donde se encuentren.