Cumplir con la promesa

Encontrar esperanza en la acción climática en los años más calurosos jamás registrados

En el implacable avance del cambio climático, la Tierra se calienta más rápidamente que nunca. A medida que sube la temperatura, también aumentan los riesgos para la humanidad.

 

Desde los años 80, cada década ha sido más cálida que la anterior. El año pasado fue el más caluroso jamás registrado, y 2024 podría serlo aún más. 

El primer período de 12 meses en el que se registraron temperaturas medias mundiales superiores a 1,5 °C por sobre de los niveles preindustriales fue el comprendido entre febrero de 2023 y enero de 2024, debido a los efectos combinados del cambio climático y El Niño. Aunque este nuevo máximo es temporal, debería ser una advertencia de que nos estamos acercando peligrosamente a puntos de inflexión a largo plazo. De hecho, hay un 80 % de probabilidad de que en uno de los próximos cinco años se vuelva a superar transitoriamente el umbral de 1,5 °C y 2023 ya no sea el año más caluroso jamás registrado. 

+1.5
+0

En resumen, 1,5 no es solo un número.

es un presagio de profundas consecuencias para la humanidad  y el planeta, y un llamado de atención para que seamos más ambiciosos en materia climática.

Los informes de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) trazan varios escenarios basados en nuestras acciones, cada uno de ellos con una imagen distinta del futuro. Si continuamos en esta trayectoria, las consecuencias serán nefastas:

1

Fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y más intensos

2

Pérdida generalizada de biodiversidad

3

Crisis sanitarias exacerbadas

4

Agravamiento de los conflictos por unos recursos cada vez más escasos

Habida cuenta de ello, si nos unimos y actuamos urgentemente para reducir las emisiones en gran escala, todavía tenemos una oportunidad de estabilizarnos en 1,4 ºC de calentamiento antes de finales de este siglo y garantizar un planeta habitable para las próximas generaciones

No cabe duda de que la crisis climática supone una amenaza existencial para la humanidad. Pero no es demasiado tarde para alejarse del precipicio. Todavía podemos hacer realidad la promesa del Acuerdo de París adoptando medidas urgentes, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas naturales, y aumentar la resiliencia. 

Ya tenemos soluciones

 

Hay esperanza en medio del pesimismo. Ya sabemos lo que hay que hacer para lograr el cambio.

La crisis climática puede parecer abrumadora y aterradora, pero tenemos las soluciones que necesitamos para hacer frente a este desafío, y los países en desarrollo de todo el mundo están liderando el camino. Lo que necesitamos ahora es ampliar audazmente estas soluciones.

– Cassie Flynn, Directora Mundial del PNUD para temas de Cambio Climático

1

Energías renovables

Una transición rápida hacia fuentes de energía renovable será primordial para reducir las emisiones de GEI y mitigar el cambio climático. La buena noticia es que estamos bien encaminados, ya que la energía renovable representó la cifra sin precedentes del 30 % de la electricidad mundial en 2023, pero tenemos que mantener y mejorar nuestros esfuerzos. Invirtiendo en energía solar, eólica y otras energías renovables, podemos descarbonizar nuestros sistemas energéticos y allanar el camino hacia un futuro mejor y más verde. 

Solar panels
Windmills

 

 


2

Repensar el consumo

Además, tenemos que replantearnos por completo nuestros modelos de producción y consumo, avanzando hacia economías circulares y más sostenibles. Esto implica adoptar decisiones más inteligentes, como reducir la cantidad de residuos, especialmente los plásticos, minimizar el consumo de recursos y dar prioridad a los productos y servicios con menor huella ambiental. 

Plastic waste

 


3

Hacer las paces con la naturaleza

Tenemos que hacer las paces con la naturaleza. Las soluciones basadas en la naturaleza, ejemplificadas por iniciativas como el Premio Ecuatorial del PNUD, ofrecen vías prometedoras para combatir el cambio climático y al mismo tiempo promover la biodiversidad y los ecosistemas sanos.

Mangrove planting
Agro-forestry

 

 

Según los modelos climáticos, si no se toman medidas significativas, el mundo se encamina a un aumento de la temperatura de entre 2,5 °C y 2.9 °C sobre los niveles preindustriales este siglo, muy por encima de los límites de seguridad establecidos por los científicos. La demanda de enfriamiento ya está incrementando de manera exponencial. Las personas deberán encontrar soluciones de refrigeración inteligentes, energéticamente eficientes y sostenibles para hacer frente a condiciones de calor extremo. 

Incluso si logramos alcanzar el punto de inflexión de las emisiones globales de GEI antes de 2025 y reducirlas hasta llegar a cero emisiones netas, la historia no acaba ahí.

Las emisiones pasadas y presentes seguirán causando calentamiento durante siglos o incluso milenios, lo que provocará nuevos cambios a largo plazo en el sistema climático. Por eso tenemos que aprender a adaptarnos a los efectos inevitables del cambio climático.

Es indispensable adoptar un enfoque multifacético. Debemos dar prioridad a las estrategias de adaptación al clima, como la inversión en infraestructura resiliente, la implantación de sistemas de alerta temprana y el refuerzo de la resiliencia de las comunidades para soportar las perturbaciones climáticas. La adopción de prácticas agroecológicas y la gestión sostenible de los bosques, junto con soluciones innovadoras relativas al agua centradas en el almacenamiento y la gestión de la demanda, contribuirán aún más a aumentar la resiliencia climática. 

Por otra parte, garantizar la justicia climática debe sustentar todos los esfuerzos de la acción climática, abordando los efectos desproporcionados del cambio climático en las comunidades vulnerables que menos han contribuido a la crisis, y promoviendo la equidad y la inclusión.

Trabajadoras de Malí tras una cosecha fructífera.

Foto: PNUD Malí / Imen Meliane

Nuestra promesa climática para 2025

 

Trabajando con naciones de todo el mundo, en el PNUD encabezamos los esfuerzos para traducir las intenciones en acciones. En el centro de este esfuerzo se encuentran las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés), ambiciosos compromisos climáticos nacionales contraídos por los países para reducir las emisiones de GEI y aumentar la resiliencia climática. Por medio de nuestra iniciativa Climate Promise, en el PNUD estamos trabajando con más de 120 países y territorios para ampliar e implementar nuestros compromisos y trazar la senda hacia la sostenibilidad. Sin embargo, la labor por delante es monumental y los próximos dos años serán decisivos.

Cuando se preguntó a más de 73.000 personas de 77 países de todo el mundo cómo afectaba el cambio climático a sus vidas y qué medidas querían que adoptaran sus dirigentes, los resultados fueron claros. El Voto Popular por el Clima 2024 concluyó que cuatro de cada cinco personas quieren que sus países adoptaran medidas climáticas más contundentes, y una gran mayoría está a favor de abandonar de manera progresiva pero rápida los combustibles fósiles y apoyar a las personas más perjudicadas por el cambio climático.

Ningún país puede hacer frente al cambio climático por sí solo; se trata de un reto mundial que exige una respuesta global. Las decisiones que tomemos hoy repercutirán en las generaciones venideras

¿Sucumbiremos a la inercia y a la apatía, condenándonos a un futuro distópico? Creemos que la respuesta no reside en la desesperación, sino en la acción. Ya tenemos las soluciones. Debemos adoptarlas con urgencia y determinación. 

El mundo no puede permitirse retrasos, indecisiones ni medias tintas.

—António Guterres, 
Secretario General de las Naciones Unidas

Créditos fotográficos

Ya tenemos soluciones
Iniciativa Climate Promise del PNUD
Unsplash / APPA
Unsplash / Naja Bertolt Jensen
Wetlands International
Project Regeneration

Nuestra promesa climática para 2025
Naciones Unidas