Lanzamiento del Informe "Caminos: el futuro de la democracia en Colombia"
16 de Septiembre de 2024
Buenos días a todas y todos. Es un verdadero honor para mí estar junto a ustedes en el día de hoy; día que, además de ser la antesala perfecta para el Día Internacional de la Democracia, representa mucho para toda la familia del PNUD en América Latina y el Caribe.
Permítanme que les cuente por qué a través de mi intervención.
La primera razón es que con el lanzamiento del informe Caminos: el futuro de la democracia completamos la trilogía con la cual hemos querido dotar de contenido a los 50 años del PNUD al servicio de las instituciones democráticas y de la ciudadanía en Colombia.
Este informe, junto a los informes sobre Desarrollo Humano “Colombia: territorios entre facturas y oportunidades” y Escuchar la Paz: entre contrastes y anhelos de paz y desarrollo humano -lanzados en mayo y junio respectivamente- más que documentos, son herramientas poderosas al servicio del país con el objetivo de ofrecer evidencia y abrir el espacio para el debate público, el diálogo y la búsqueda de consensos sobre el futuro que anhelan las y los colombianos, partiendo de la premisa de que la democracia es una responsabilidad compartida, que demanda de una ciudadanía activa que constantemente aporte a su perfeccionamiento, a mitigar los riesgos que la amenazan y a garantizar su sostenibilidad en el futuro en favor del bien común.
Una segunda razón es que hoy, desde Bogotá y junto a todos ustedes, celebramos el 20 aniversario del primer informe regional del PNUD sobre La Democracia en América Latina, publicado en el 2004.
Permítanme leerles un breve pero significativo extracto: “si desarrollo humano es el aumento de opciones para que las personas puedan mejorar sus vidas, la democracia es desarrollo humano en la esfera de lo público, es aumentar las opciones de carácter colectivo que inciden sobre la calidad de nuestras vidas. Y así, el aserto de Amartya Sen, ‘desarrollo humano es el proceso de expansión de libertades reales que goza un pueblo’ viene en efecto a ser una definición de democracia.
Estoy segura de que mi querida Marcela Ríos – quien jugó un papel fundamental en la producción de este primer informe - podrá contarles un poco más sobre la relevancia de este en el panel que sigue a continuación.
Cabe notar que en el 2004 el PNUD ya llevaba 40 años en la región acompañando a países en sus esfuerzos por fortalecer – y en algunos casos a restablecer – la gobernabilidad democrática, sin embargo, este primer informe – que vinculó democracia y desarrollo: dos elementos centrales al mandato del PNUD - marcó el inicio de una secuencia de contribuciones que nutrieron nuestra oferta programática al servicio de los países a través de herramientas robustas e innovadoras para conducir análisis políticos y de escenarios prospectivos, metodologías para promover el diálogo democrático y la construcción de consensos, el fortalecimiento institucional y la apertura de procesos de interlocución política – todo inserto en el marco normativo y de valores de las Naciones Unidas.
De acuerdo con el reciente Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD "Salir del estancamiento: Reimaginar la cooperación en un mundo polarizado", una de cada dos personas en el mundo siente que no tiene control sobre su vida, y dos de cada tres creen que tienen poca influencia en las decisiones de su gobierno. Y que, aunque nueve de cada diez personas apoyan la democracia, también ha aumentado notablemente el apoyo a líderes que pueden socavar los procesos democráticos– lo que el informe define como “la paradoja de la democracia”.
Esta paradoja es particularmente marcada en América Latina y el Caribe que, además de ser la región en la que más aumentado la polarización política en los últimos 20 años, // la confianza y satisfacción ciudadana en los gobernantes y las instituciones públicas ha disminuido significativamente ante su limitada capacidad de respuesta a las demandas ciudadanas, alcanzando niveles cercanos al 20%, // mientras que el porcentaje de personas en la región que ven la democracia como la forma preferida de gobierno descendió de 60% en 2000 a 48% en 2023, siendo nosotras las mujeres las más insatisfechas con la democracia con un 70% y las poblaciones de menores ingresos con un 72%, insatisfacción que se traduce en alarmantes niveles de frustración y malestar social.
Vemos también cómo estas grietas en la democracia están abriendo las puertas a regímenes populistas y autoritarios y haciendo nuestras instituciones más vulnerables al crimen organizado y grupos de interés.
Todo esto, mientras la región vive un superciclo electoral que inició en el 2021, marcado por la irrupción de las nuevas tecnologías de la comunicación, las redes sociales y la inteligencia artificial.
Pero no creerán que haya venido hasta acá para alimentar la frustración y lamentarnos por el contexto actual. No. Y es aquí donde entra una tercera razón que hace de hoy, un día importante y especial. Esta tercera razón, tiene que ver con posibilidades y con futuro.
El Informe Global de Desarrollo Humano también nos dice que podemos hacerlo mejor. Sabemos cuáles son los retos que tenemos por delante, sabemos qué opciones ofrecen mejores oportunidades para la paz, la prosperidad compartida y la sostenibilidad, disfrutamos de riquezas, conocimientos y tecnologías sin precedentes.
Con ánimos de explorar cómo desde la región podríamos impulsar opciones audaces y necesarias para la paz y para el desarrollo sostenible a través de la democracia, en el marco de este foro, quiero formalmente anunciar que el PNUD – honrado nuestro mandato, construyendo sobre nuestra larga trayectoria y apalancándonos en nuestra capacidad de convocante independiente y confiable - hemos dado inicio al proceso de elaboración de un nuevo informe regional sobre Democracia y Desarrollo en América Latina y el Caribe, el cual será lanzado en el 2025, de la mano de nuestro próximo informe Regional de Desarrollo Humano, el cual también cuenta con el apoyo del Gobierno de España a través de la AECID.
Este informe pretende revitalizar el vínculo entre democracia y desarrollo a la luz de los retos y oportunidades que ofrece el contexto actual, a partir de un análisis riguroso que considere los profundos cambios de las últimas décadas y sus implicaciones para poder esbozar posibles trayectorias que alimenten el debate público, promuevan el diálogo, la construcción de consensos y la acción colectiva a favor de una visión compartida de futuro.
Desde el PNUD creemos firmemente que cada voz cuenta, tal y como reza el lema de nuestra campaña global para el Día Internacional de la Democracia. Por esto, quiero ser enfática en que más que un informe, se trata de un proceso, que parte de la escucha y consulta con diversidad de actores, desde líderes políticos y tomadores de decisión, hasta aquellos que expresan mayor insatisfacción con la democracia, para comprendernos mejor y a partir de ahí, a través de un ejercicio prospectivo, proyectar el futuro e identificar acciones que permitan ampliar las oportunidades y las opciones que tiene la población para vivir mejor, en dignidad y libertad.
Queridos amigos, queridas amigas, la democracia es una responsabilidad continua de todos para todos y su futuro está en nuestras manos. Perseveremos en esta aspiración compartida para alentar una gobernanza democrática incluyente y efectiva que nos acerque a la sociedad que queremos ser, en la que el respeto al estado de derecho y a los derechos humanos no sea visto como una barrera para la efectividad de las instituciones y las políticas públicas, sino más bien, como una precondición para que dicha efectividad sea real y duradera para todas y todos.
Hoy, juntos damos juntos un paso importante para Colombia, para América Latina y el Caribe y para el futuro de la democracia y el desarrollo. Concluyo reconociendo la profunda vocación democrática de Colombia, agradeciendo la confianza depositada en el PNUD durante estos 50 años y reafirmando nuestro compromiso y disposición a seguir acompañando sus prioridades nacionales del desarrollo.
Muchas gracias.