Al igual que el resto del mundo, Las Bahamas afronta los problemas derivados de la pandemia de COVID-19. El país deberá enfrentar un año muy difícil en lo económico y lo social. El alto abrupto del turismo, la principal industria de las islas, está provocando el alza del desempleo y una caída del PIB histórica. A diferencia de otros países de la región, Las Bahamas presenta una situación más robusta en lo fiscal y lo macroeconómico, lo cual le permite desarrollar una fuerte respuesta ante la emergencia. El Gobierno ha establecido una serie de estímulos a la actividad y al sostenimiento del empleo por un total de 2.37% del PIB, lo cual es bajo si se compara con países de similares ingresos pre cápita. La estrategia, además, pone mucho énfasis en las actividades formales y los empleados registrados, por lo que la población más vulnerable es alcanzada solamente a través de políticas subóptimas.

El presente documento revisa la situación económica y social de Las Bahamas y describe las políticas implementadas para la contención frente a la crisis. Propone a su vez, pasar de la asistencia alimentaria para los sectores sin beneficios contributivos a un seguro de desempleo más amplio que pueda ayudar a mantener el consumo y reducir el número de programas que el Gobierno está llevando a cabo. Este último punto es especialmente importante debido a la falta de registros y estadísticas actualizadas para coordinar la ayuda social.