"Fue horrible. Sentía que por debajo de la tierra había olas. Como navegante, mi casa se había transformado en un barco e inmensas olas la iban a hacer estallar. Todo se movía y de pronto se fue la luz; quedé en total oscuridad y pensé que era el fin” relata Victoria Demera, integrante del grupo de jóvenes Unidos por el Desarrollo de la Comunidad (UPC) Las Gilces, en la provincia de Manabí, una de las zonas costeras severamente afectadas por el terremoto que azotó a Ecuador el 16 de abril.
"Pasamos la noche en una loma, por temor a un tsunami. Con cada réplica sentíamos mucho miedo. Quedamos sin electricidad, sin agua y con miedo de regresar a las casas,” agrega Victoria.
En la inmediatez del terremoto, los jóvenes se organizaron para atender las necesidades de la comunidad, en apoyo al Presidente de la Comuna. Durante los días que la comunidad permaneció sin electricidad, 23 jóvenes trabajaron día y noche para filtrar agua y abastecer a las 641 familias que habitan la comuna.
Aspectos destacados
- Las zonas más afectadas son las provincias de Manabí, Esmeraldas, Santa Elena, Guayas, Santo Domingo y Los Ríos, para las cuales el Gobierno ha declarado estado de emergencia.
- La Secretaría de Gestión de Riesgo (SGR) reporta a la fecha: 659 personas fallecidas, 34,678 heridas y 29,067 que han perdido sus hogares y se encuentran albergadas.
- El PNUD promueve la creación de ingresos comunitarios de emergencia con un aporte inicial de US$300,00, apoyando de manera inmediata el proceso de reactivación social y económica de las comunidades rurales afectadas.
Más de 400 viviendas e infraestructura económica clave como el Centro de Turismo Comunitario y puestos de comercio sufrieron daños. Sin electricidad ni agua potable, las familias de Las Gilces, cuyos medios de vida dependen de las salineras, la pesca y el turismo, se vieron en dificultades.
Para iniciar el proceso de recuperación lo antes posible, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) arrancó la iniciativa de trabajo comunitario de emergencia para la gestión de escombros en zonas rurales afectadas por el terremoto.
La iniciativa del PNUD es el primer esfuerzo de manejo de escombros que se realiza de manera participativa en las comunidades afectadas. Tras la realización de un Plan Comunitario diseñado por la comunidad de Las Gilces, la iniciativa arrancó con la participación de 30 mujeres y hombres, quienes reciben un ingreso por el trabajo de limpieza de escombros. La misma fue coordinada con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Rural (MIDUVI), el Ministerio Coordinador de la Producción, Empleo y Competitividad (MCPEC), el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social (MCDS), con la OIT y el Ministerio de Trabajo (MINTRAB), quien emitió un acuerdo estableciendo una modalidad especial de contratación con seguridad social para el trabajo comunitario de emergencia.
"Las personas de la comunidad necesitan un ingreso para reactivar su vida, y en este momento no hay trabajo. Por eso esta iniciativa es muy importante para nosotros,” agrega Victoria. Mientras los jóvenes priorizan su gasto en transporte y otros asociados para asistir a la universidad, las madres y padres de familia piensan en los víveres, útiles escolares y en reparar sus viviendas.
El PNUD promueve la generación de ingreso comunitario de emergencia con una inversión inicial de US 300.000, apoyando de manera inmediata el proceso de reactivación social y económica.
"La gestión de escombros es el comienzo del proceso de recuperación, en el cual la promoción de los medios de vida y la reconstrucción de hogares juegan un rol vital” explica Nuno Queiros, Representante Residente Adjunto del PNUD. "Con este fin, el PNUD vincula la respuesta humanitaria con el desarrollo humano desde el inicio de los esfuerzos.”