Lanzado en febrero de 2019, Plan traza la ruta de Costa Rica hacia las cero emisiones netas en 2050
Costa Rica cumplirá el 83% de las metas de la primera etapa del Plan de Descarbonización para final de este año
24 de Febrero de 2022
(24 de febrero, San José) Pese a la pandemia del Covid-19, Costa Rica cumplirá en un 83% las metas de la primera etapa del Plan Nacional de Descarbonización, lanzado en febrero de 2019. Con esto, el país logra sentar las bases para alcanzar las cero emisiones netas al 2050.
Así lo muestra el informe “Avances en la implementación del Plan Nacional de Descarbonización”, el cual presentaron autoridades de gobierno este 24 de febrero en el Museo de Arte Costarricense, al cumplirse tres años de su implementación.
De acuerdo con el informe, a febrero de 2022, Costa Rica ya completó un 61% de las metas planteadas para la primera etapa del plan. Para el final de año, se proyecta que la cifra llegará a un 83%.
El Plan Nacional de Descarbonización es el instrumento que traza la hoja de ruta de Costa Rica para alcanzar las cero emisiones netas al 2050, apostando por un modelo de desarrollo basado en la bioeconomía, el crecimiento verde, el mejoramiento de la calidad de vida de la ciudadanía y la inclusión social.
El presidente de la República, Carlos Alvarado, destacó el esfuerzo de todos los actores desde lo público y privado para avanzar en esta importante y visionaria iniciativa que, “a pesar de las fuertes dificultades ocasionadas por la pandemia se ha logrado avanzar con los objetivos propuestos en este instrumento”, dijo.
“La implementación del Plan Nacional de Descarbonización contribuye a la construcción de un futuro sano para las próximas generaciones”, aseguró el presidente Alvarado, acotando que se trata de un camino para que Costa Rica logre una recuperación económica sostenible y demuestre una vez más que sí se puede promover un crecimiento sostenible que genere réditos importantes al país.
“El Plan Nacional de Descarbonización ha potenciado esfuerzos públicos y privados para enfrentar los retos que tiene el país y el planeta en tema de cambio climático. Es la ruta para construir una Costa Rica con una economía verde, que mejore la calidad de vida de la población con un desarrollo moderno, innovador y sostenible de cara al 2050”, subrayó por su parte la Primera Dama de la República, Claudia Dobles.
Durante los primeros tres años de implementación, se logró avanzar en sectores clave por sus altas emisiones, tales como el transporte -que genera casi la mitad de los gases de efecto invernadero- y la agricultura. Para mitigar esto, durante la primera fase del plan, se intervinieron 9 carriles exclusivos en rutas troncales, se instaló una red nacional de 43 cargadores para vehículos eléctricos y se incluyeron 1652 fincas ganaderas bajo el programa de bajas emisiones NAMA, entre otros avances.
“Gracias a un trabajo comprometido entre instituciones públicas, privadas, de cooperación y de sociedad civil, hoy ya tenemos formalizada una base sólida, que permitirá poner en marcha cambios todavía más ambiciosos en el futuro. Costa Rica se encuentra encaminada hacia la meta de la descarbonización”, aseguró la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
El Ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado, resaltó que los paisajes recogen la integración de agricultura, ganadería, bosques y urbanidad. A la vez, destacó que, según el Inventario de GEI, las emisiones del sector agropecuario se redujeron en 20,9% entre 1990 y 2017.
“Junto con esa disminución de emisiones, entre 1990 y 2019 el valor de la producción agropecuaria se duplicó. Eso habla de la eficiencia con que las personas dedicadas a la producción agropecuaria en nuestro país están haciendo su tarea. Volviendo las actividades más eco competitivas social, económica y ambientalmente, a la vez que son más resilientes al cambio climática, están mejor adaptadas y son bajas en emisión de carbono”, declaró.
Avances en el plan. La primera etapa del plan —llamada “cimientos”— abarca del 2018 al 2022 y contempla sentar las bases para acciones de descarbonización futuras. Posteriormente, le seguirán las fases de “inflexión” (2023-2030) y “despliegue masivo” (2031-2050).
El Plan Nacional de Descarbonización cuenta con 10 ejes principales y 8 ejes transversales. El informe actual identificó avances específicos para cada uno de estos ejes.
Por ejemplo, en el eje de movilidad basada en transporte público eficiente, 5 de las 8 metas (62%) finalizaron sus acciones a febrero del 2022. Antes de terminar el año, otras 2 metas tienen planificada su finalización, elevando el cumplimiento a un 87%.
Entre las acciones de este eje se incluye el pilotaje de buses eléctricos en 2 rutas de transporte público urbano, los 68 km de carriles exclusivos implementados en 9 rutas troncales y la entrada en operación del Sistema Nacional de Pago Electrónico en el Transporte Público (SINPE-TP).
De manera similar, el eje de modelo ganadero bajo en emisiones cumplió con un 42% de las metas a febrero del 2022, pero un 100% de las metas tienen planificada su finalización antes de terminar el año.
Como parte de estos avances, se incorporó al menos 1.652 fincas ganaderas en el programa de bajas emisiones NAMA Ganadería y se publicará este año una Política de Ganadería Sostenible rectora en el sector, entre otras acciones.
Finalmente, el sector de residuos también experimentó un importante nivel de cumplimiento en las metas, con un 87% de avance. Esto incluye la oficialización del Plan Nacional de Compostaje 2020-2050 y el diseño de un NAMA Residuos, que buscaría mitigar las emisiones de los residuos orgánicos.
Beneficios de descarbonización. Las acciones cumplidas permiten continuar a tiempo con la implementación del Plan Nacional de Descarbonización, el cual entraría a fase de inflexión a partir del 2023.
El plan señala que, durante esta etapa, se realizarán las intervenciones decisivas que redirigirán los mercados hacia cero emisiones. La década de 2020 al 2030, además, es fundamental para la acción climática a nivel global.
Además, estudios muestran que la implementación adecuada del Plan Nacional de Descarbonización traería consigo beneficios económicos importantes para el país, especialmente necesario en un momento de reactivación económica.
Un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que, solo en el sector transporte, implementar el plan tendría costos $37.000 millones, pero otorgaría beneficios por $78.000 millones, para una ganancia neta de $41.000 millones.
Por otro la, un estudio desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través del Climate Promise evidencia que las inversiones en descarbonización acelerarían tanto el empleo como la recuperación económica post-COVID-19. Estas inversiones aumentarían la tasa de empleo y el valor agregado de todos los sectores de la economía para el 2025.