A pesar de tener un presente sombrío, la prosperidad aún es posible en Haití

Después de años de eventos graves, una nueva transición ofrece una ventana para planificar el éxito de la sociedad.

4 de Julio de 2024

Haití tiene dos grandes fuentes de potencial indiscutible: su juventud y su geografía.

PNUD Haití

Las aparentemente insuperables dificultades de Haití son bien conocidas, pero se avecina una historia diferente. A pesar de la violencia de las pandillas de los últimos años que llevaron al virtual colapso del Estado, el país más pobre del hemisferio occidental puede tomar un rumbo diferente mientras se lleva a cabo una nueva transición política. ¿Aprovecharán sus líderes este momento?

Se ha establecido un nuevo consejo de gobierno, y el primer ministro interino Garry Conille, un alto funcionario de la ONU que sirvió como primer ministro de 2011 a 2012, está decidido a restablecer la seguridad y realizar elecciones confiables el próximo año, dando una nueva oportunidad a que la nación desarrolle su potencial. Mientras la comunidad internacional acompaña estos esfuerzos, también necesita la visión de la nación para asegurar que cualquier oportunidad creada no se desperdicie. Una vez que se establezca una base de seguridad, el paso inmmediato debería ser una inversión sostenida en instituciones, infraestructura y en la juventud del país.

La llegada de una Misión de Apoyo Multinacional de Seguridad (MSS, por sus siglas en inglés) hace unos días es una oportunidad histórica para mejorar la seguridad y prevenir un mayor deterioro. Un informe de UNICEF publicado esta semana señaló que más de 300.000 niños han sido desplazados desde marzo, lo que significa que un niño es desplazado cada minuto en este país mientras persiste la violencia armada. En total, más de 580.000 personas están sin hogar debido a la prolongada crisis de seguridad pública, ya que las pandillas aún controlan la mayor parte de la capital de la nación y sus principales puntos de acceso.

Aún así, la MSS no puede arreglar el país por sí sola. La Policía Nacional de Haití necesita trabajar junto a ellos, pero para hacerlo de manera efectiva, requerirá herramientas, tecnología y capacitación. Necesitan un cuartel general moderno para coordinar operaciones, vehículos especializados, drones de vigilancia y comunicación confiable. La comunidad internacional está apoyando a la policía nacional con financiamiento, asistencia técnica y asociaciones estratégicas para complementar su valentía frente a estos grandes desafíos.

La nueva misión es la cuarta intervención extranjera a gran escala desde 1915. Esta vez, se debe implementar una mayor coordinación y monitoreo para evitar las dificultades del pasado. El éxito a largo plazo dependerá de si las fuerzas de seguridad pueden ganarse la confianza de sus comunidades. Los espacios para el diálogo entre las autoridades y las comunidades que buscan asegurar, serán fundamentales para el progreso. Por su parte, el sistema de justicia debe demostrar que puede llevar a cabo procesos eficientes y exitosos. Para lograr esto, será esencial un compromiso sostenido de la comunidad y la reforma judicial.

Una vez que la violencia esté bajo control, las autoridades transitorias de Haití deben abordar la corrupción y llevar a cabo elecciones justas y transparentes en 2025. Esta es la mejor y quizás única manera de reconstruir la fe en el gobierno y la democracia del país. El gobierno de Conille ya ha anunciado una estrategia concreta contra la corrupción, enfatizando las reformas de gobernanza para mejorar la transparencia y fortalecer las instituciones y participando activamente con la sociedad civil en la supervisión. Este compromiso anticorrupción y la amplia participación de las partes interesadas podrían mejorar la confianza pública en el gobierno.

La inclusión es vital para el futuro del país y las elecciones. Los vote planners (planificadores de votos) deben involucrarse con las facciones políticas establecidas, la sociedad civil y los grupos marginados para fomentar un sentido de unidad nacional. Esto no se trata sólo de emitir un voto, sino de construir una sociedad más cohesiva donde todos se sientan parte de un bien mayor.

 

De la transición a la transformación

Haití tiene dos grandes fuentes de potencial indiscutible: su juventud y su geografía. El país es una potencia demográfica, con el 54% de su población menor de 25 años. Si a los jóvenes de Haití se les proporciona una educación adecuada y programas de capacitación laboral, esto potenciará una cultura ya emprendedora que ha creado una vibrante economía informal. Varios programas exitosos de capacitación laboral pueden usarse como modelos. CodersTrust, una plataforma global de EdTech, ha implementado campamentos de codificación en Kenia, por ejemplo, donde equiparon a jóvenes con habilidades digitales de alta demanda y les encontraron empleo. Programas de desarrollo de habilidades como estos, con tutoría y asistencia para la colocación laboral, podrían desempeñar un papel significativo en la revitalización del empleo juvenil.

Las pequeñas empresas podrían florecer si se les concede acceso a financiamiento, tecnología y mercados. Imagina una aplicación móvil que conecte a los agricultores haitianos con empresas de drones agrícolas. Los agricultores podrían acceder a análisis de cultivos impulsados por drones a precios asequibles y recibir asesoramiento individualizado, reflejando cómo los caficultores de Ruanda utilizaron blockchain para asegurar mejores precios. Este enfoque impulsado por la tecnología podría empoderar a la población joven y conocedora de la tecnología de Haití y aumentar la productividad agrícola. Haití tiene una tasa de finalización secundaria muy baja, muy por debajo de la región y del promedio mundial.

Equipar a los jóvenes con habilidades digitales y fomentar las startups tecnológicas pueden crear nuevos empleos y conectar a las empresas haitianas con el mercado global, mientras que un ecosistema de comercio electrónico próspero crea empleos e impulsa el crecimiento económico. Iniciativas similares ya están echando raíces en las favelas de Brasil. G10 Bank, el primer banco digital nacido dentro de una favela, empodera a los residentes, especialmente a los jóvenes emprendedores, con servicios bancarios móviles y financieros, demostrando el potencial de las fintech para cerrar la brecha económica y alimentar economías locales lideradas por jóvenes conocedores de la tecnología.

La posición geoestratégica de Haití en el Caribe también puede ser un punto de inflexión. Las inversiones estratégicas en puertos de aguas profundas, junto con mecanismos de infraestructura y facilitación del comercio, podrían transformar a Haití en un nodo crítico en las cadenas de suministro regionales y globales. Esto no sólo impulsaría la economía de Haití, sino que sería un beneficio para toda la región.

Haití también podría capitalizar su capacidad de energía solar para empoderar a las comunidades rurales, combatir el cambio climático y reducir la dependencia local de las importaciones de combustibles fósiles. Una planta de energía solar a gran escala en el llamado Altiplano Central del país, cofinanciada por haitianos, socios privados y otros socios internacionales, podría ser una idea que puede encender un nuevo amanecer económico. Tal iniciativa proporcionaría energía confiable para hogares y negocios, y posicionaría a Haití como un líder sostenible y un destino para empresas ecológicamente conscientes.

 

Escuchando el llamado de Haití

La gobernanza efectiva es el núcleo del camino hacia la prosperidad. La transparencia y la inclusión son esenciales para dirigir políticas e implementar reformas que construyan la unidad nacional y el dinamismo económico.

Las historias de éxito de otras naciones ofrecen lecciones valiosas. Haití puede revelar su verdadero potencial abrazando la buena gobernanza, sentando las bases para la seguridad y la paz, invirtiendo en la juventud y la educación, y persiguiendo un desarrollo económico estratégico.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo está listo para apoyar a Haití porque creemos en su potencial. Se avecinan desafíos significativos en el país, pero se pueden superar. La nación nos está diciendo: "Wi, Ayiti toujou kapab". Sí, Haití aún puede hacerlo.

 

 

Publicado originalmente en inglés en la revista Americas Quarterly.