Hacer periodismo en la propia comunidad o en zonas alejadas, sobre todo en la Amazonía, es cada vez más difícil y peligroso. El incremento de las actividades criminales en territorios críticos involucra a nuevos actores y dinámicas que plantean desafíos tanto para las poblaciones locales como para los reporteros que intentan documentar esta realidad. Nuevas amenazas afectan una profesión que ya estaba entre las más riesgosas en el ámbito internacional, sin que haya señales de que eso vaya a cambiar en el futuro cercano. En el 2023, 45 periodistas fueron asesinados en todo el mundo, mientras que 659 fueron desaparecidos, secuestrados o encarcelados, según la organización Reporteros Sin Fronteras. En Perú, la Asociación Nacional de Periodistas reportó que 352 profesionales del gremio fueron atacados en el mismo año, con amenazas, hostigamientos y agresiones físicas y verbales.

El trabajo periodístico sobre delitos ambientales y cambio climático acentúa condiciones de alerta para la profesión, especialmente en territorios donde el acceso es difícil y los recursos limitados. Un estudio del Instituto Internacional de Prensa (IPI), publicado en febrero de 2024, revela que los periodistas independientes, los periodistas locales y los que trabajan en medios de comunicación pequeños son los más expuestos a ataques y amenazas por la cobertura de estos temas.
Si bien los periodistas no pueden reducir o eludir todos los peligros, pueden y deben estar cada vez mejor preparados para afrontarlos.

Esta guía ofrece un panorama condensado y versátil de buenas prácticas, recursos técnicos, referencias internacionales y criterios de seguridad seleccionados para introducir a los usuarios-lectores en todos los aspectos indispensables de atender con miras a una cobertura segura. Además, incluye referencias procedentes de testimonios compartidos para este esfuerzo por reporteros y editores que ejercen la profesión en zonas complejas de los Andes y la Amazonía.