Las empresas participantes actualizaron sus conocimientos sobre las últimas tendencias en producción segura, abarcando el diseño higiénico de plantas de procesamiento, mantenimiento preventivo, y programas de limpieza y desinfección, todo ello adaptado a estándares internacionales como el Codex Alimentarius y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Representantes del Ministerio de Salud (MINSA) proporcionaron orientación sobre permisos y licencias sanitarias, mientras que el MICI resaltó los beneficios del logotipo “Hecho en Panamá”, un incentivo clave para elevar la percepción y calidad de los productos nacionales.

La participación en estos programas subraya el compromiso de las empresas panameñas por elevar la competitividad de la agroindustria, permitiendo que los productos locales cumplan con las exigencias de los mercados internacionales. Además de proteger la salud pública, la mejora en la inocuidad alimentaria fortalece la capacidad de Panamá para aumentar sus exportaciones, atraer inversiones y consolidarse como un actor relevante en el comercio global.

Este tipo de talleres proporciona a los agricultores, procesadores, distribuidores y reguladores, las herramientas necesarias para implementar prácticas seguras en todas las etapas de la cadena alimentaria. La correcta aplicación de estas prácticas no solo previene enfermedades transmitidas por alimentos, sino que también alivia la presión sobre los sistemas de salud y mejora la calidad de vida de la población.

Desde el PNUD, reafirmamos nuestro compromiso de asistir a la agroindustria panameña, promoviéndola como un pilar clave para el desarrollo económico inclusivo, asegurando, además, que la producción agrícola y la transformación de alimentos se mantengan a la vanguardia de las tendencias globales en seguridad alimentaria y sostenibilidad. Estas iniciativas no solo impulsan la economía nacional y el fomento de trabajos decentes, sino que también contribuyen directamente al bienestar y la salud de las futuras generaciones.