Pobreza y cambio climático en Perú: Los más vulnerables ante la crisis climática

Entrevista con Franco Villagarcía y Manuel Mavila

16 de Octubre de 2024
a group of people in a field

 

Entrevista por Xiomara Mejía

 

El cambio climático está generando graves consecuencias en las áreas más vulnerables de Perú, exacerbando la pobreza y afectando de manera desproporcionada a las comunidades rurales y costeras (EPCA, 2013). Según el Ministerio del Ambiente, Perú es el tercer país más vulnerable a los riesgos climáticos. Este fenómeno se manifiesta en eventos climáticos extremos, como sequías, lluvias intensas e irregularidades en las temporadas de cosecha, que agravan la situación de las poblaciones ya afectadas por la pobreza. La presencia de fenómenos recientes, como el ciclón Yaku en 2023, afectan directamente a la capacidad de las familias de acceder a la canasta básica, elevando los precios de alimentos esenciales debido a la interrupción de la producción agrícola y los problemas en la distribución. Más del 20% de la población peruana vive en condiciones de pobreza, y los desastres relacionados con el cambio climático desplazan a comunidades y destruyen medios de vida, con más de 656,000 personas forzadas a desplazarse entre 2008 y 2019 (Unesco, 2021

Investigaciones realizadas por la Dra. Astrid B. Stensrud, profesora en el Instituto de Desarrollo Global y Planeamiento Social en la Universidad de Agder, Noruega, destacan que los agricultores a pequeña escala en la sierra peruana son severamente afectados por la reducción del agua de los manantiales y la irregularidad en las lluvias. Stensrud ha observado que el cambio climático intensifica la pobreza, ya que los agricultores pueden perder hasta el 60% de sus cosechas, llevándolos a endeudarse y enfrentar mayores niveles de vulnerabilidad. Además, el acceso desigual a los recursos hídricos acentúa la injusticia, afectando a quienes viven en zonas más altas y tienen menos acceso a los recursos necesarios para adaptarse a estas condiciones adversas (PUCP, 2019)  

La interacción entre el cambio climático y la pobreza en Perú subraya la necesidad de abordar estos problemas de manera integral. Conversamos con Franco Villagarcia Gonzales, Oficial del programa de prosperidad y reducción de la pobreza del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Perú y Manuel Mavila, Coordinador Nacional del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) en Perú para profundizar en cómo el cambio climático agrava las desigualdades y qué se está haciendo para mitigar sus efectos. 

Franco Villagarcia: FV 

Manuel Mavila: MM  

¿De qué manera el cambio climático agrava las condiciones de pobreza en las regiones vulnerables de Perú? 

MM: El cambio climático tiene un gran impacto en las comunidades más vulnerables del Perú-sobre todo en el ámbito rural donde se concentra el 55,1% de la pobreza extrema (INEI, 2023)- ya que estas dependen en gran medida de los ecosistemas y especies de flora y fauna. 

En los últimos 50 años, Perú ha perdido la mitad de su área glaciar, las sequías son más frecuentes, así como las heladas y otros desastres naturales, como precipitaciones extremas, deslizamientos e incendios. 

Estas condiciones provocan la pérdida de ecosistemas y sus servicios, como la provisión de agua, teniendo un gran impacto en las actividades económicas de las comunidades más vulnerables.  En la agricultura, se reduce la siembra en campos de cultivo y se afectan o pierden las cosechas. En la actividad pecuaria, la productividad de pastos es reducida – y por lo tanto la productividad pecuaria- obligando a sacrificar el ganado o a venderlo a un bajo precio. En actividades forestales, se incrementa el riesgo de incendios. Y las actividades acuícolas son igualmente restringidas. Inclusive, en la Amazonia, el transporte es limitado por las sequías extremas.  

Todo ello impacta gravemente no solo en la pobreza monetaria (pérdida de ingresos y ahorros) sino en la pobreza multidimensional, afectando los servicios básicos (agua potable, electricidad), la salud (problemas crónicos, inseguridad alimentaria), la vivienda (expuestas a desastres), así como el empleo. Inclusive, la educación, por el atraso o abandono escolar debido a la migración por falta de oportunidades en el ámbito rural. 

¿Cómo se ven afectadas las personas en situación de pobreza por los efectos del cambio climático en su vida y su capacidad para salir de esa situación? 

MM: La escasez de recursos naturales provocada por el cambio climático – por ejemplo, con la pérdida de biodiversidad, la aparición de nuevas plagas o de especies invasoras- socava la base productiva que es el motor de desarrollo de las comunidades rurales, afectando sus medios de vida e ingresos, así como su capacidad de resiliencia, dificultando cada vez más sus esfuerzos por salir de la pobreza.  

FV: Por otro lado, a nivel de los individuos, por ejemplo, las personas en situación de pobreza dependen de manera significativa de los recursos naturales, en ese sentido; los eventos climáticos como sequías e inundaciones o incremento de temperaturas puede reducir las fuentes de ingresos y aumentando la inseguridad alimentaria. 

MM: Al no tener acceso a recursos suficientes, las familias no pueden invertir en tecnologías o prácticas más resilientes, como sistemas de riego, semillas mejoradas o cultivos diversificados. Esta situación perpetúa el ciclo de pobreza, ya que las poblaciones en el campo incrementan su vulnerabilidad ante futuros impactos climáticos. Incluso algunas familias se ven obligadas a migrar o son desplazadas por efectos del cambio climático y los desastres asociados. 

FV: Asimismo, el cambio climático no solo afecta a las personas y hogares pobres que carecen de los recursos necesarios para adaptarse sino también a las poblaciones vulnerables, quienes frente a posibles choques como consecuencias del cambio climático y la ausencia de políticas adecuadas se ven afectadas en sus ingresos y terminan por debajo de los niveles de pobreza, como es el caso de las comunidades nativas quienes, al no contar con sistemas de protección social pertinentes culturalmente, reorientan sus recursos para superar efectos del cambio climático. 

 

 

¿Qué papel juegan las políticas públicas en Perú para mitigar los efectos del cambio climático en las poblaciones más pobres? 

FV: Entendiendo que la respuesta a este problema es sistémica, se necesita una articulación con las políticas sociales y económicas. Un componente clave es el desarrollo de modelos de protección social adaptativa que respondan a choques producidos por el cambio climático en las poblaciones como por ejemplo transferencias monetarias y el fortalecimiento y desarrollo de nuevas capacidades frente a un nuevo entorno. Un ejemplo de esto es la política nacional de desarrollo e inclusión social que incluye los conceptos de pobreza multidimensional y protección social adaptativa las cuales son fundamentales en un país con altos niveles de riesgo como es el Perú. 

MM: Las políticas públicas en Perú juegan un papel crucial para que las poblaciones más pobres puedan mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático. 

Vinculadas con compromisos internacionales, el país viene desarrollando políticas e instrumentos como la Ley Marco sobre Cambio Climático, la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático, la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica, la Estrategia Nacional de Restauración de Ecosistemas y Tierras Forestales Degradadas, así como el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. 

¿Podría compartir ejemplos o casos de éxito, ya sea en Perú o en otros países, donde se hayan implementado iniciativas que combinen la lucha contra la pobreza con acciones de adaptación y mitigación al cambio climático? 

MM: El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) ha desarrollado iniciativas que incorporan el cambio climático en el sector agrícola. Por ejemplo, el programa Fondo Sierra Azul implementa infraestructura de riego y de almacenamiento de agua, incluyendo micro-reservorios y técnicas de siembra y cosecha de agua, para mejorar la gestión del agua en áreas propensas a la sequía.

El Ministerio de Ambiente (MINAM), en alianza con el PNUD, vienen implementando el Programa de Pequeñas Donaciones del GEF (PPD), que promueve modelos de manejo sostenible con consideraraciones climáticas liderados por comunidades locales. Un ejemplo exitoso es el uso de energía solar en la Sierra para bombear agua, reproducir peces nativos en lagunas remotas y facilitar el hilado de fibra de alpaca. 

FV: Creciendo con su negocio, es otro caso de éxito, un modelo del PNUD, validado internacionalmente, que fortalece las capacidades de gestión de emprendedores. En Perú, incluye un componente de gestión de riesgo de desastres que permita a los emprendedores identificar los posibles riesgos en su entorno y generar acciones de mitigación. Se trabaja en conjunto con emprendedores, gobiernos locales, instituciones nacionales y el sector privado, garantizando su sostenibilidad.