Resiliencia Climática: el compromiso del PNUD hacia un futuro sostenible y equitativo

A través de nuestra iniciativa Promesa Climática 2025, el PNUD está comprometido con el apoyo a los países en la alineación de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) con los objetivos del Acuerdo de París.

31 de Octubre de 2024

La resiliencia climática se ha convertido en un pilar clave para el desarrollo sostenible. En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entendemos la resiliencia climática como la capacidad de las personas y las comunidades para resistir, adaptarse y recuperarse frente a los impactos del cambio climático. Esto no solo significa enfrentar desastres socio-naturales, sino también superar desafíos que agravan la pobreza y la vulnerabilidad, un enfoque particularmente relevante en octubre, mes en que se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre).

A través de nuestra iniciativa Promesa Climática 2025, el PNUD está comprometido con el apoyo a los países en la alineación de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) con los objetivos del Acuerdo de París. Estas contribuciones son esenciales para limitar el calentamiento global y garantizar un desarrollo que beneficie tanto a las personas como al planeta. Al trabajar con más de 125 países, hemos ayudado a mejorar la ambición climática, asegurando que las NDC no solo respondan a los retos globales del clima, sino que también promuevan la resiliencia a nivel local.

El ejemplo más claro de este enfoque se puede ver en Ahuachapán Sur, donde el Ministerio de Medio Ambiente, con la asistencia técnica del PNUD ha implementado el proyecto "Fortaleciendo la Resiliencia Climática de las comunidades y de los ecosistemas en Ahuachapán Sur" para fortalecer la resiliencia climática con el apoyo financiero del Fondo de Adaptación. Ubicado en el corredor seco de El Salvador, Ahuachapán Sur, se caracteriza por su vulnerabilidad a eventos climáticos extremos como: sequías, lluvias extremas, erosión del suelo e inundaciones y otros. En contraste, es una de las zonas más importantes por sus reservas naturales y áreas ricas en biodiversidad.

A los desafíos se suma el hecho que es el municipio con mayor índice de pobreza multidimensional a nivel nacional, el 73% de la población reside en el área rural y las personas ocupadas con empleo informal asciende al 86%. Este panorama de desequilibrios sociales, económicos y ambientales interconectados, profundizan las condiciones de pobreza y ejercen una “carga doble” sobre las personas: son más vulnerables a la degradación ambiental, así como los efectos del cambio climático y tienen que hacer frente a las dificultades en sus propios contextos.

A través del proyecto "Fortaleciendo la Resiliencia Climática de las comunidades y de los ecosistemas en Ahuachapán Sur" en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales -MARN- se ha trabajado en la restauración de paisajes, la protección de fuentes de agua y la mejora de la seguridad alimentaria. Esto ha permitido no solo que las familias mejoren su calidad de vida, sino que también protejan los recursos naturales de los que dependen e incrementen su resiliencia. A la fecha, más de 10 mil habitantes de la zona (4,790 mujeres y 5,528 hombres) han participado en actividades de restauración de paisajes.

A la vista de este ejemplo, las NDC no solo establecen compromisos globales, sino que también se materializan en acciones locales, como las que hemos visto en Ahuachapán Sur. A través de iniciativas como Promesa Climática, apoyamos a los países en el desarrollo de estrategias que integran la conservación de la biodiversidad y la restauración de tierras con acciones climáticas. Este enfoque integrado es fundamental, ya que no habrá un clima estable sin un medio ambiente sano ni un desarrollo sostenible sin ecosistemas saludables.

Uno de los ejemplos más inspiradores de este trabajo es el de Doña Rosa Artero, quien ha transformado su pequeña parcela en el caserío Chagalapa, mejorando tanto la producción agrícola como la salud de su tierra. A través de prácticas resilientes como la siembra de zacate para alimentar a su ganado y la instalación de cercas corta fuego, Doña Rosa ha reducido su vulnerabilidad frente a incendios y ha mejorado la fertilidad del suelo. Estas innovaciones, no solo aseguran su sustento, sino que también protegen los ecosistemas de la zona.

Financiamiento y resiliencia

Finalmente, sin financiamiento adecuado, los esfuerzos por construir resiliencia climática no podrían escalar en otras comunidades ni alcanzar el impacto necesario. El PNUD ha liderado a nivel mundial la movilización de fondos para la biodiversidad y el clima, desbloqueando más de mil millones de dólares a través de iniciativas como BIOFIN. Estos fondos no solo ayudan a cumplir con los objetivos de las NDC, sino que también garantizan que las soluciones sean inclusivas, equitativas y centradas en las personas, especialmente en comunidades vulnerables, mujeres y pueblos indígenas.

El camino hacia un futuro resiliente y sostenible no será fácil, pero es posible. La resiliencia climática, junto con la implementación de las NDC, es una de las formas más efectivas de abordar los desafíos del cambio climático y la pobreza. En el PNUD, seguiremos conectando a las personas con el planeta, apoyando tanto a los gobiernos como a las comunidades para que, juntos, podamos construir un futuro más equitativo y seguro para todos.

"Las NDC no solo establecen compromisos globales, sino que también se materializan en acciones locales, como las que hemos visto en Ahuachapán Sur. A través de iniciativas como Promesa Climática, apoyamos a los países en el desarrollo de estrategias que integran la conservación de la biodiversidad y la restauración de tierras con acciones climáticas".
Maribel Gutiérrez/ Representante Residente PNUD El Salvador