Los resultados del proyecto PROAmazonía han sido reconocidos a nivel internacional con el Premio Príncipe Talal. Los recursos del premio servirán para apoyar a la Asociación Indígena Shuar "Sevilla Don Bosco".
Ecuador cultiva prácticas sostenibles que transforman vidas y ecosistemas
28 de Noviembre de 2024
En el corazón de la Amazonía ecuatoriana, un paisaje exuberante de biodiversidad y desafíos encuentra esperanza en la acción colectiva. La historia de transformación comienza en 93,105 hectáreas de café, cacao, palma de aceite y ganadería, donde las prácticas agroproductivas sostenibles no solo cultivan frutos, sino también sueños de un futuro equilibrado entre producción y conservación de bosques.
Con un enfoque de género e interculturalidad, estas tierras son un modelo para cadenas de suministro libres de deforestación, un logro que ha llevado al proyecto PROAmazonía a obtener reconocimiento internacional con el Premio Príncipe Talal en la COP16 de Riad, 2024.
La distinción es otorgada por el Programa del Golfo Árabe para el Desarrollo (AGFUND), una organización regional con sede en Arabia Saudita y que cuenta con el patrocino del Reino de Arabia Saudita. Este año esta iniciativa del Ecuador se alzó entre otros 79 competidores.
Iván Pedro Shacaimia, líder comunitario, no oculta su emoción al hablar sobre el premio. “Nos cayó del cielo”, comenta con una sonrisa amplia. Este galardón además de ser un reconocimiento también es una oportunidad: los 400 mil dólares que trae consigo serán destinados a fortalecer a la Asociación Indígena Shuar "Sevilla Don Bosco", donde Ivan es dirigente de tierras y trabaja con más de 48 comunidades para transformar las promesas en acción.
“Hoy tenemos la oportunidad de apoyar a las comunidades y mitigar los problemas sociales que se han ido presentando”, añade Iván, mientras detalla los planes que ya están en marcha. Capacitaciones, consultas con actores clave y talleres prácticos son solo el comienzo de un esfuerzo colectivo por reforestar áreas degradadas y conservar las riberas de los ríos. Estas acciones además de restaurar ecosistemas también asegurarán agua potable para las comunidades, un recurso vital para cinco sistemas de captación que hoy están en riesgo.
El impacto del premio Talal va más allá de los árboles. Entre las acciones planificadas destaca la revitalización del mercado comunitario NUNKUI, un espacio que beneficiará directamente a 27 artesanas locales. Estas mujeres artesanas encontrarán en este mercado un lugar digno para exhibir y vender sus productos; además algunas serán beneficiadas con la rehabilitación de locales en su comunidad.
“Eso queremos repotenciar para que estas mamacitas en sus mismas comunidades puedan tener locales mejorados y puedan visitar los turistas y se sientan cómodos”, explica Iván, con una visión clara de cómo la economía comunitaria puede florecerse al integrarse con la sostenibilidad ambiental.
Para Iván, el impacto será sorprendente. Además de educar en la conservación del bosque, también “atenderemos reclamos comunitarios”, convencido de que estas acciones son el camino hacia un cambio duradero.
Como parte de la revitalización del mercado comunitario NUNKUI también se empoderarán a mujeres y sus familias, beneficiando a más de 2,600 personas. Además, a través de las Escuelas de campo se educará para fomentar prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles libres de deforestación.
Otro pilar del proyecto es la conservación de zonas sagradas, esenciales para la cultura Shuar y la biodiversidad de la región. Las cuencas hidrográficas y las plantas autóctonas serán protegidas, garantizando la supervivencia de los ecosistemas y el fortalecimiento de la identidad cultural de las comunidades.
El reconocimiento internacional de PROAmazonía, un programa de los Ministerios de Ambiente, Agua y Transición Ecológica y de Agricultura y Ganadería, con apoyo de PNUD, además de celebrar los logros de un proyecto con años de trabajo, también posiciona a Ecuador como un ejemplo para el mundo. Se destaca el aporte de PROAmazonía a la implementación del Plan de Acción REDD+, una política pública que contribuye a la proyección de los bosques y mitigación al cambio climático que continúa a través del Proyecto Pago por Resultados REDD+ Ecuador (PPR).Desde la mitad del planeta, este esfuerzo conjunto demuestra que la conservación, el empoderamiento local y el compromiso global pueden converger para construir un futuro más justo y sostenible. La Amazonía ecuatoriana es hoy testigo de una transformación, y su gente es protagonista de una historia que inspira a otros a soñar y actuar por un mundo donde nadie se quede atrás.
Esta nueva iniciativa sumará al éxito alcanzado a través de ProAmazonía:
Más de 70 mil productoras/es agropecuarios y sus familias han encontrado en las Escuelas de Campo Sostenible las herramientas para preservar los bosques y proteger la biodiversidad, al tiempo que mejoran sus medios de vida. Este esfuerzo ha dejado una huella significativa: un incremento promedio anual del 32.15% en las ventas de productos sostenibles desde 2020, y una reducción del 16% en la deforestación entre 2020 y 2022, lo que equivale a una disminución de 313 mil 249 toneladas de emisiones de CO2 en áreas clave de Zamora Chinchipe y Morona Santiago en Ecuador.
De manera similar, los bioemprendimientos de productos forestales maderables y no maderables beneficiaron a más de 3 mil 800 personas, de las cuales el 88% pertenecen a nacionalidades indígenas. Brindando capacitación en administración, comercialización, asociatividad, manejo sostenible y facilitando el acceso a incentivos monetarios y no monetarios, lo que impactó en el aumento de ingresos y la mejora de los medios de vida.
El éxito de ProAmazonía se debe a la incorporación, desde su diseño, de las personas y ONG locales, gobiernos locales, sociedad civil, las instituciones nacionales, con el liderazgo del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, a través de la "Agenda para la Transformación Productiva de la Amazonía - ATPA", el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), mediante la Subsecretaría de Cambio Climático, y la comunidad internacional a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); y los fondos del Green Climate Fund y del Global Environment Facility (GEF).
Además de los ya citados, algunos resultados concretos de este acompañamiento han sido los siguiente:
Escuelas de Campo:
Se fortalecieron capacidades en café, cacao, palma de aceite y ganadería, promoviendo prácticas sostenibles para reducir la deforestación. Esto mejoró la eficiencia productiva, aumentando las ganancias en un 29% con menos hectáreas, logrando sostenibilidad social, económica y ambiental.Subvenciones de Bajo Valor:
Con recursos directos a bioemprendimientos forestales, el 88% de los beneficiarios, de comunidades indígenas (Siona, Waorani, Kichwa, Shuar y Achuar), duplicaron sus ingresos mediante acceso a mercados, insumos y capacitación.Fortalecimiento institucional:
Se capacitaron 169 funcionarios públicos (44% mujeres) en:- Planes de uso de la tierra.
-Coordinación interinstitucional.
-Cambio climático, bosques y REDD+.
Instrumentos de planificación:
Se incluyeron criterios de conservación y producción sostenible en 22 planes y ordenanzas, integrando género, cambio climático e interculturalidad.Normativas de certificación:
Junto al MAG y MAATE, se creó una certificación de producción sostenible y libre de deforestación, otorgando a Ecuador una ventaja competitiva en mercados globales.Manejo forestal:
En las Cordilleras Kutukú y Shaimi, se actualizaron tres informes de gestión y se elaboraron planes integrales para 34,762 ha, priorizando manejo sostenible y conocimiento ancestral.Publicaciones innovadoras:
Cinco guías sobre prácticas sostenibles y planificación fueron difundidas para fomentar su réplica en otros territorios.Crédito sostenible:
Con BanEcuador, se destinaron USD 1.94 millones para financiar producción libre de deforestación, representando el 14.3% del portafolio con criterios ambientales.Acceso a mercados:
La certificación facilitó la entrada a mercados especializados y alianzas comerciales sostenibles con el sector privado.Capacitación financiera:
Se formaron 236 oficiales en crédito verde, análisis de riesgo ambiental y social (SARAS) y género, promoviendo financiamiento responsable.
Esta iniciativa interinstitucional ha demostrado ser un catalizador de cambio en tres áreas fundamentales para sus beneficiarios: el incremento de ingresos, el fortalecimiento de capacidades y el acceso a mercados y créditos. Estos pilares han impulsado una transformación profunda en la planificación y gestión del uso del suelo en la Amazonía ecuatoriana, enfrentando las raíces de la deforestación causada por prácticas agrícolas tradicionales.
Este esfuerzo además de preservar la biodiversidad también abre el camino hacia un futuro más sostenible para quienes han hecho de su hogar esta región única en el mundo. Al promover un Marco de Gobernanza y Producción Sostenible con enfoque de paisaje, la iniciativa optimizó los servicios ecosistémicos, y reforzó los medios de vida de las comunidades locales, garantizando un impacto para el planeta donde nadie se quede atrás.