Panamá, 8 de noviembre-. Panamá es uno de los países pioneros en utilizar el Laboratorio de Biodiversidad de las Naciones Unidas, una plataforma de cartografía interactiva diseñada para geolocalizar información relevante sobre el estado de la biodiversidad. El mapa interactivo fue presentado en julio del presente año y ha sido desarrollado conjuntamente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ONU Ambiente y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
La plataforma proporciona acceso libre, gratuito y en tiempo real a una base de datos georreferenciada con datos y análisis sobre un abanico de temas relacionadas con la situación de la biodiversidad y los riesgos ambientales: especies en peligro de extinción, impacto humano en los ecosistemas, áreas protegidas, almacenamiento de carbono y seguridad alimentaria e hídrica, entre otros asuntos.
“Es una herramienta con enorme potencial para ayudar a los países a alcanzar las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, explica el coordinador de proyectos de Biodiversidad del PNUD en Panamá, José De Gracia. Actualmente muchos países carecen de acceso a datos geoespaciales debido a limitaciones en la disponibilidad de datos y la capacidad técnica. Con esta innovadora herramienta, se prevé que los Gobiernos mejoren sus capacidades para entender las causas de la pérdida de biodiversidad, evalúen las tendencias y tengan la capacidad de tomar decisiones clave en conservación y desarrollo ambiental, afirma De Gracia.
La Oficina País del PNUD acompaña al Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) en el logro de las metas ambientales que Panamá se ha fijado en tanto que signataria del CDB. El país actualmente se encuentra en fase de preparación del Sexto Informe Nacional de Biodiversidad, un informe que se presentará en diciembre de 2018 y que se centra en las medidas y los progresos realizados por el Gobierno panameño de cara al cumplimiento de los objetivos fijados en el Convenio.
Panamá es uno de los países más avanzados cuando se trata de usar datos espaciales con fines de conservación. El técnico de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE), Darío Luque, indica que el software supone un respaldo a la labor que se viene realizando: “Estamos trabajando en el desarrollo de mapas para localizar las especies amenazas como el jaguar, el águila arpía, y de mamíferos marinos como las ballenas y delfines”.
La superposición de capas con información georreferenciada permitirá el análisis de la conectividad entre áreas protegidas, lo cual ayudaría a verificar áreas de corredores biológicos. Este ejercicio también tomará en cuenta la capa de zonas ya identificadas como vulnerables al cambio climático. “En adición, se espera realizar otro mapa relacionado con las zonas degradadas y las áreas donde en la actualidad y a futuro se tienen proyectos de restauración y conservación de ecosistemas importantes, a fin de precisar lugares que se estén quedando fuera de los planes de restauración”, explica Luque.
Las impulsoras del Laboratorio de Biodiversidad, Christina Supples y Annie Virnig, indican en un informe que actualmente la mayoría de los países partes de la CDB no incluyen mapas en sus informes nacionales o no identifican con datos geoespaciales las áreas que requieren protección o restauración prioritarias. Se espera que el desarrollo de esta tecnología suponga un respaldo decisivo para que los Gobiernos y otros actores hagan frente a la pérdida de biodiversidad acelerada que está experimentando nuestro mundo.
El Laboratorio de Biodiversidad de las Naciones Unidas es una iniciativa financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) que utiliza tecnología de MapX y reúne datos espaciales del Centro de Monitoreo de la Conservación Mundial del Medio Ambiente de la ONU, la Base de Datos de Información de Recursos Globales (GRID-Ginebra), la NASA, las agencias de la ONU y otras instituciones de investigación.