El uso de redes sociales en Panamá ha traído consigo tanto oportunidades como desafíos, especialmente durante el reciente periodo electoral.
Toxicidad en redes sociales: obstáculo para la democracia y la igualdad
22 de Agosto de 2024
En Panamá, el uso de redes sociales ha alcanzado niveles sin precedentes, con cerca de 2.85 millones de usuarios activos que comparten y consumen información en tiempo real. Sin embargo, esta conectividad masiva también ha abierto la puerta a un aumento significativo de los discursos de odio, especialmente durante el reciente periodo electoral.
El estudio titulado Análisis de la toxicidad en redes sociales durante las elecciones de Panamá 2024, realizado por el Programa de las Naciones Unidas en conjunto con la Universidad Santa María La Antigua, el Tribunal Electoral y el Ministerio de la Mujer, reveló cómo la toxicidad en redes sociales (X, Instagram y Facebook) afectó tanto a las candidaturas presidenciales como a aquellas que aspiraban a otros cargos de elección, exacerbando la polarización y contribuyendo a la desinformación.
El análisis, que abarcó más de 150 cuentas públicas en redes sociales entre marzo y mayo de 2024, dejó al descubierto un panorama preocupante: la violencia digital emerge como una herramienta de manipulación, creando barreras adicionales para la participación igualitaria, especialmente para las mujeres, que enfrentan una doble carga de discriminación y violencia en el espacio online.
La red "X", antiguo Twitter, se destacó como la plataforma con mayor concentración de comentarios groseros, irrespetuosos o irrazonables (52.9%), seguida de Instagram (38.1%) y Facebook (8%). Los ataques incluyeron insultos por razones de identidad de género, ascendencia étnica y afiliación religiosa. Estos generalmente se hacían acompañar de emojis despectivos. En cuanto a los formatos, predominaron los mensajes de texto tóxicos en "X" (97.7%), mientras que Instagram y Facebook presentaron una alta incidencia de videos editados y deepfakes (87.5%).
El monitoreo realizado durante el periodo electoral y post-electoral refleja cómo los ataques se intensificaron en el espacio digital, teniendo connotaciones particulares para las mujeres candidatas y lideresas políticas. Además, esta violencia se amplificó por otras formas de discriminación, como la etnia, la orientación sexual, la identidad de género, la discapacidad y el estatus socioeconómico.
Además, se observó un aumento en el uso de deepfakes y mensajes manipulados que no solo desacreditaban a las figuras políticas, sino que también sembraron confusión y desconfianza entre el electorado. Aunque este fenómeno no es nuevo, su alcance y sofisticación es cada vez más preocupante, alimentando divisiones.
El Magistrado Presidente del Tribunal Electoral, Alfredo Juncá Wendehake, resaltó la importancia de contar con indicadores que permitan desarrollar las herramientas y políticas necesarias para combatir la desinformación.
Por su parte, María del Carmen Sacasa, Representante de PNUD Panamá indicó que “este tipo de violencia es especialmente preocupante cuando se dirigen contra mujeres que participan en la política y en la vida pública, ya que busca desacreditarlas y silenciarlas, así como excluirlas de los espacios de toma de decisiones, perpetuando así la desigualdad de género”.
El estudio dejó claro que la lucha por un debate público más sano y equitativo no se limita a las urnas; también se libra en las redes sociales demostrando la necesidad de establecer mecanismos que promuevan la educación digital y un compromiso colectivo para erradicar la violencia en línea.