Conversamos con la especialista italiana sobre la creciente influencia que tienen las redes sociales en los procesos electorales en el mundo.
Elecciones y redes sociales: Entrevista a Alice Colombi
23 de Diciembre de 2024
Entrevista por Sebastián Sevilla Ferrari
Las elecciones son momentos decisivos en toda democracia, ya que representan la instancia en que la ciudadana elige a sus representantes. En los últimos años, las redes sociales han tenido un rol cada vez más importante en las campañas electorales de todo el mundo, incluido el Perú. Comprender su naturaleza, las oportunidades y riesgos que plantean es fundamental para la integridad de las elecciones.
Alice Colombi es consultora de medios y comunicación digital con más de 15 años de experiencia en el campo de elecciones, democracia y gobernanza. Ha participado en 25 misiones de observación electoral con la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Latinoamérica y otras regiones del mundo. Para Alice, el Perú no es cualquier país, pues fue aquí donde ejerció por primera vez como analista de redes sociales dentro de una misión de observación electoral, en el marco de las elecciones congresales de 2020.
La experta italiana estuvo en el Perú durante cuatro días para compartir con especialistas de la academia y de la sociedad civil la metodología de observación de redes sociales aplicada a procesos electorales. Las sesiones fueron organizadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Unión Europea, y tuvieron como objetivo fortalecer los conocimientos y herramientas de las y los participantes de cara a futuros procesos electorales.
Las misiones de observación electoral de la Unión Europea están a la vanguardia en el desarrollo de su metodología de observación ¿desde cuándo y por qué se incorporó el monitoreo de redes sociales como parte de la observación electoral?
La Unión Europea incorporó a un analista de redes sociales para sus misiones de observación electoral en el 2019. Desde los años anteriores era evidente que las redes sociales tenían un papel muy importante para las campañas, la opinión pública y los organismos electorales. Es así como desarrollamos una metodología específica para las redes sociales.
Antes, me desempeñaba como analista de prensa y medios tradicionales, pero cada vez era más claro que los riesgos propios o característicos de las redes sociales estaban muy presentes y necesitaban su propio seguimiento y especialización.
¿Qué rol juegan las redes sociales durante los procesos electorales?
Las redes sociales son herramientas tecnológicas y, como tales, se les puede dar un buen uso o un mal uso. Pienso en que una red social permite que más personas accedan con más facilidad a la información de sus candidatos o autoridades.
Sin embargo, las redes sociales no tienen la regulación legal que sí tienen los medios tradicionales, como la televisión y la radio. Eso genera que se configuren como espacios en que, bajo el principio de respetar la libertad de expresión, se puede difundir todo tipo de contenido, desde material privado hasta campañas de odio que se divulgan fácilmente.
Fenómenos como la desinformación o la polarización no son nuevos ni nacieron con las redes sociales ¿qué efecto han tenido las redes sociales en la manera en que se propagan hoy en día?
Efectivamente, no estamos hablando de fenómenos nuevos. De hecho, ya estaban presentes y con mucha fuerza en los medios de comunicación tradicionales y en el debate público. Sin embargo, hay estudios que dan cuenta de que cómo en redes sociales la comunicación tóxica puede alcanzar a un enorme número de personas en muy poco tiempo.
Una campaña de desinformación que no es advertida a tiempo puede afectar severamente la credibilidad de un proceso electoral, esto ha puesto en cuestión la capacidad de los organismos electorales para hacerles frente y de la ciudadanía para denunciarlo y no compartirlo.
La ciudadanía tiene la responsabilidad de saber discernir entre la información falsa y la verdadera.
Sí, definitivamente han surgido retos para la ciudadanía y para los organismos electorales, en la medida en que estamos en un contexto en el que el contenido se crea y se difunde con mucha rapidez. Es necesario profundizar en la alfabetización mediática digital, esto es algo que debe comprometer a los Estados, ya que muchos sectores de la sociedad que se pueden convertir fácilmente en víctimas de campañas obscuras.
A esto se suma que los organismos electorales deben estar preparados para contrarrestar las campañas de desinformación, que afectan su credibilidad.
¿Existen casos en los que las redes sociales hayan definido una elección?
En mi experiencia no puedo decir que haya visto una elección en la que las redes sociales hayan definido el resultado final de una contienda electoral. Pero no es algo que podamos descartar, en lo absoluto, porque la tecnología sigue avanzando y generando nuevos escenarios. El desarrollo de la inteligencia artificial propone preguntas que ya se plantean en las democracias del mundo.
Por eso, los actores del Estado no pueden descuidar este campo. Durante mucho tiempo no había una estrategia definida para abordar estas plataformas ni se contaba con una metodología propia. Hoy en día, se conoce mucho más y hay acciones que se ponen en marcha de forma preventiva para justamente reducir o limitar el potencial impacto negativo de las redes sociales en los procesos electorales.
¿Las redes sociales, además de ser una plataforma para que la ciudadanía se exprese, son también actores con intereses políticos?
Sí, definitivamente las redes sociales tienen una agencia, no son neutrales, como tampoco lo son los medios de comunicación tradicionales. Por ello, se les debe exigir que asuman una responsabilidad. Ya ha terminado el momento en que las redes surgieron y no rendían cuentas sobre lo que los usuarios publicaban o los criterios bajo los que se puede viralizar un determinado contenido.
Las redes sociales se deben sentar en la mesa con las autoridades y las organizaciones sociales, porque no se puede dejar que solo aprovechen un modelo de negocio que tiene un impacto enorme en la sociedad en contextos complejos, pues se pueden producir dinámicas que afectan negativamente el equilibrio social, como lo hemos visto ya en muchos lugares del mundo en donde a través de las redes sociales se han alimentado campañas que han generado conflictos, que han generado violencia.
El Perú está a poco más de un año de vivir un superciclo electoral, con elecciones nacionales y subnacionales con pocos meses de diferencia, ¿qué claves recomendaría para afrontar dichos comicios?
Un aspecto clave es el de la prevención, anticiparse a los problemas que pueden acontecer cuando lleguen las elecciones. Para ello, deben reunirse con los actores más importantes del proceso, como los partidos políticos y candidatos, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, empresas tecnológicas, la cooperación internacional, etc.
Con todos los actores sentados en la misma mesa, se deben plantear cuáles son las problemáticas más importantes de cara a los procesos electorales y qué acciones son las que competen a cada una. Pienso, por ejemplo, en la alfabetización digital para la ciudadanía o un pacto ético de conducta para partidos políticos.
Usted formó parte de la misión de observación de la Unión Europea de cara a las elecciones del 2020 en el Perú, la cual formuló recomendaciones sobre diversos temas, entre ellos sobre la normativa y el uso de las redes sociales ¿cómo evalúa el trabajo de los organismos electorales peruanos en los últimos años para hacer frente a los desafíos que plantean las redes sociales?
Creo que hay un trabajo muy importante por parte del Jurado (Nacional de Elecciones) con su Comité Técnico de Fact Checking (CTFC) que es muy activo en redes sociales y que ha recogido las experiencias positivas que se han dado en otros países, creo que es muy importante que estas buenas prácticas se mantengan y se potencien, al margen de los cambios que pueda tener su presidencia, pues debe ser una política de comunicación permanente.
Los organismos electorales peruanos tienen ejemplos muy interesantes en la región como en México, en el que se han establecido canales de comunicación con las empresas tecnológicas y con diferentes actores de la sociedad. Eso no significa que se puede eliminar por completo la desinformación o la violencia en redes sociales, que se traslada también fuera de ellas, pero sí mitiga sus efectos.