“Es necesario, desde un enfoque territorial y de género, diseñar y focalizar políticas de seguridad ciudadana”

Marcela Smutt, especialista en seguridad ciudadana del PNUD en América Latina y El Caribe, explica las múltiples acciones que vienen desarrollando en Centroamérica y República Dominicana para prevenir y atender esta problemática.

21 de Mayo de 2024
 

Por Diana Bueno Mercado

 

En América Latina y El Caribe existe un alto grado de inseguridad ciudadana ocasionada, principalmente, por los altos índices de criminalidad y violencia, que afectan la vida de las personas y, por consiguiente, el desarrollo sostenible y económico de los países. De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), la región tiene la tasa de homicidios tres veces superior al promedio mundial; más del 50% de la población afirma no sentirse segura; y estos niveles de violencia criminal le cuestan 3,5% del PBI anualmente, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Perú no es ajeno a esta realidad. El último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que el país ha retrocedido casi 7 años en la lucha contra la inseguridad ciudadana, ya que las cifras son cercanas a las registradas en 2017. Así, entre los años 2021 y 2023, la cantidad de ciudadanos(as) víctimas de algún hecho delictivo pasó de 18,2 % a 27,1 %. La situación es más grave aún para las mujeres, ya que, por ejemplo, Lima es una las ciudades más peligrosas del mundo para ellas, según el último ranking de Global Index, y se calcula que el 53,8% de mujeres peruanas ha sufrido algún tipo de violencia durante 2023.

Conversamos con Marcela Smutt, coordinadora del Proyecto Infosegura del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en América Latina y El Caribe y una de las ponentes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), sobre la importancia del diseño e implementación de políticas públicas en materia de seguridad ciudadana con un enfoque territorial y de género, para así garantizar el desarrollo integral de todos y todas.

Frente a los altos índices de inseguridad ciudadana en la región, ¿por qué es importante contar con evidencias que permitan fortalecer el diseño e implementación de políticas sobre seguridad ciudadana?

Es sumamente fundamental contar con esta información, porque consideramos que lo que no se conoce, lo que no se cuenta, no se puede entender y tampoco atender. En este sentido, es importante contar con información que nos permita visibilizar la problemática, entender qué es lo que está pasando, cuál es la población afectada, cuántos son, dónde pasa; además, entender cuáles son los factores que lo fomentan, y las dinámicas que transforman y perpetúan determinadas formas de violencia. Así, esta información puede ser empleada en el diseño de políticas públicas sobre seguridad ciudadana.  

Hoy sabemos que el enfoque de políticas públicas, basado en la evidencia, nos ayuda a diseñar estrategias más eficaces y focalizadas, a distribuir los recursos - especialmente en contextos donde nunca son suficientes -, a medir el impacto de las distintas formas de violencia, ver lo que está funcionando y qué no, y entender mejor lo que está pasando. La información nos permite justamente organizar las intervenciones para responder a las diferentes formas de violencia: no es la misma estrategia que voy a utilizar para atender la criminalidad organizada; que, para la violencia contra las mujeres y las niñas, o para la violencia en un centro escolar.

Coméntenos un poco más sobre InfoSegura. ¿Cómo surgió la iniciativa? ¿qué herramientas ofrecen y con qué actores vienen trabajando?

Infosegura empieza a operar, en 2014, en Centroamérica. En ese año, los países de la región, especialmente Guatemala, El Salvador y Honduras, tenían las tasas más altas de homicidio. Prácticamente, duplicaba la media de América Latina y era cuatro o cinco veces más alta que la tasa de homicidios a nivel global.  

Al ser la inseguridad ciudadana un problema que impacta en la vida de las personas y sobre sus derechos humanos, Infosegura surgió como una iniciativa implementada por el PNUD, en alianza con USAID, que buscaba fortalecer las capacidades de los estados para diseñar políticas públicas, a partir de la evidencia. De esta manera, empezamos primero a trabajar con los ministerios de Seguridad, Gobernación, Interior y la Policía de cada país. Luego, trabajamos también con los ministerios de Educación, Salud, institutos de la Mujer, universidades y sociedad civil, porque, desde PNUD, entendemos a la seguridad ciudadana como un problema centrado en las personas. Por lo tanto, buscamos reducir, prevenir y abordar las causas que generan las violencias.

 
 

Además, promovemos el desarrollo de herramientas para el análisis de la información, para ser utilizadas en el diseño e implementación de las políticas públicas. Por ejemplo, hemos desarrollado índices para focalizar y priorizar las áreas geográficas y grupos poblacionales más afectados por la inseguridad ciudadana; índices de priorización de centros escolares; e índices para monitorear la violencia que afecta a las mujeres y niñas, con el objetivo de establecer prioridades territoriales, poblacionales y temáticas.  

¿Qué resultados han alcanzado en estos 10 años de trabajo y cuáles han sido las lecciones aprendidas?

Después de 10 años de un trabajo sostenido, hoy República Dominicana y Centroamérica cuentan con políticas públicas basadas en evidencia. Hemos tenido la oportunidad de apoyar el diseño, desde un enfoque integral, de más de 17 políticas públicas sobre seguridad ciudadana y prevención de la violencia contra las mujeres y niñas. También hemos acompañado el diseño de planes territoriales y marcos legales vinculados a estas problemáticas. Ahora, estos países cuentan con herramientas para recolectar y analizar información, sistemas de alerta temprana e integrados de información que permiten implementar acciones estratégicas y eficientes para responder a las diferentes formas de violencia.

Es también necesario destacar que, debido a la implementación de políticas públicas integrales, basadas en la evidencia, desde el 2015, Centroamérica ha logrado reducir el 50% de las tasas de homicidio y otros tipos de violencia, así como incrementar la confianza en las instituciones de seguridad, según datos del Latinobarómetro.

Si bien la violencia contra poblaciones vulnerables – mujeres, niñas, migrantes, personas LGTBIQ+, entre otras -, las violencias vinculadas con economías legales y la inseguridad ciudadana persisten aún en algunas regiones; estos resultados demuestran que hay posibilidades de transformar esta situación en contextos desafiantes.    

 

 

¿Por qué es importante incorporar el enfoque de género a las políticas públicas relacionadas con la seguridad ciudadana de un país?

Cuando empezamos a trabajar estos temas, lo primero que encontramos fue que se planteaba que la violencia contra las mujeres y niñas era un problema solo de mujeres y que tenían que resolverlo ellas; y no como un asunto que compete a toda la sociedad. Sin embargo, ninguna sociedad será segura, si las mujeres y niñas no se sienten como tales.

En 2014, era un tema invisibilizado: no existían estadísticas sobre las distintas formas de violencia basada en género y la única que había era la que se desagregaba del indicador sexo. Aún hoy en día, hay pocas estadísticas que integran el enfoque interseccional e intercultural. No es la misma violencia que afecta a una mujer en un área urbana, por ejemplo, que, a una en la zona rural, motivo por el que las respuestas no deben ser las mismas.

Frente a ello, desde Infosegura buscamos incorporar la perspectiva de género e interseccional en las políticas públicas de seguridad ciudadana, porque consideramos que son necesarias las acciones específicas para atender las múltiples formas de violencia de las que son víctimas, no solo las mujeres, adolescentes y niñas, sino también otras poblaciones en situación de vulnerabilidad, como las personas LGTBIQ+.  

En esa línea, ¿qué herramientas han desarrollado para contribuir con la prevención y atención de la violencia de género?  

Junto a los sistemas de justicia, institutos de la Mujer, ministerios de Seguridad, la Policía y la sociedad civil hemos venido trabajando en el diseño de diversas herramientas, como índices de focalización territorial y de violencia multidimensional contra mujeres y niñas.  

Con respecto a los índices de focalización territorial, es importante mencionar que la violencia no se manifiesta de la misma manera en las distintas ciudades, regiones y países, por lo que es necesario diseñar y focalizar las estrategias, desde un enfoque territorial. Por eso, estos índices están construidos con una serie de indicadores que corresponden a diferentes tipos de delitos, pero también a diversas vulnerabilidades que podrían estar incidiendo en dinámicas de violencia. Por ejemplo, cuando uno(a) analiza la pobreza multidimensional, los indicadores de exclusión son los que tienen mayor correlación con los hechos de violencia; y lo mismo sucede cuando se analiza la proporción de embarazos adolescentes con indicadores de violencia sexual.

Por otro lado, en cuanto al índice de monitoreo de violencia multidimensional, debemos entender que ellas, a lo largo de sus vidas, son víctimas de múltiples formas de violencia - como violencia física, psicológica, económica, sexual y feminicidios -, que son medidas como parte de la incidencia delictiva. Sin embargo, no son las únicas formas de violencia, por lo que desde Infosegura incorporamos a este índice también indicadores que permitan medir otras vulnerabilidades, como la falta de espacios para la participación política de mujeres, las altas tasas de embarazo adolescente, falta de oportunidades educativas, estigmatizaciones, entre otras.

Aprovechando la tecnología, además, hemos diseñado herramientas de escucha social, las cuales permiten monitorear las redes sociales y los medios de comunicación, donde se reproducen discursos de odio y estigmatizantes contra mujeres y niñas. Asimismo, hemos impulsado la creación de chatbots, que ayudan a identificar si eres víctima de violencia de género, así como sistemas de alerta temprana de estas violencias.

Tras la implementación de Infosegura, ¿cuáles son los cambios que han podido percibir por parte de las instituciones públicas?

Debido a que la inseguridad y la violencia son problemas multidimensionales que requieren del trabajo en conjunto de diversas instituciones, cuando empezamos a trabajar nos dimos cuenta de que había muchísima desconfianza entre ellas, especialmente al momento de compartir información. No obstante, luego hubo un cambio muy grande, porque se logró avanzar en la creación de sistemas integrados de datos en varios países de Centroamérica; en la interoperabilidad de las respuestas hacia múltiples problemáticas; en la incorporación de la perspectiva de género a las políticas públicas en materia de seguridad ciudadana; y existe una mayor confianza por parte de las instituciones públicas, la academia y la sociedad civil de la región para establecer acuerdos y dialogar sobre estos temas.

¿Qué oportunidades encuentra en Perú para la implementación de una iniciativa como Infosegura?

Infosegura, al tener un modelo sólido y flexible, puede ser adaptado a distintas realidades nacionales. En el caso del Perú, la sociedad civil identifica la inseguridad ciudadana como uno de los principales problemas que afectan su vida cotidiana. Por otro lado, veo que las y los representantes de las instituciones nacionales, como la Policía Nacional del Perú y el Ministerio del Interior, también la ven como una prioridad que hay que atender urgentemente.

En ese sentido, es fundamental apuntar a políticas públicas integrales de seguridad ciudadana, que incorporen acciones con un fuerte foco en la prevención, el control del delito, la persecución penal en un Estado de derecho, y en iniciativas de reinserción y rehabilitación que requieren de la participación de varios actores con liderazgos muy claros.