Por Maria Fernanda Cantelli de los Laboratorios de Aceleración

Las juventudes son un pilar fundamental para construir comunidades más justas, pacíficas y libres de violencia. Según UNFPA, en América Latina y el Caribe, las juventudes representan aproximadamente el 25% de la población, lo que equivale a más de 163 millones de personas.

Sin embargo, este grupo enfrenta diversos desafíos, como el acceso limitado a una educación de calidad, la falta de oportunidades de empleo digno, la desigualdad de género y las altas tasas de violencia. Un estudio reciente del BID señala que el crimen y la violencia le cuestan a la región un 3,4% de su PIB anual, desacelerando la innovación y el crecimiento económico.

Cuando las juventudes tienen acceso a herramientas adecuadas y adoptan perspectivas interseccionales, pueden convertirse en agentes de cambio capaces de generar transformaciones profundas en sus comunidades. En ese sentido, invertir en su desarrollo es una estrategia clave para el progreso sostenible de la región.

CO-CREANDO LA PAZ DESDE LAS JUVENTUDES

Con el propósito de contribuir al empoderamiento de las juventudes en la prevención de la violencia y la promoción de la paz, jóvenes líderes de América Latina y el Caribe se reunieron en Lima, Perú. Esta visita forma parte de GenerAcción Paz, un programa que busca capacitar a jóvenes de la región en la prevención de la violencia armada. La iniciativa ha sido desarrollada por el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UNLIREC), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Perú.

Los tres días del encuentro incluyeron talleres interactivos y presentaciones en el formato de Pecha Kucha. Durante un Festival de Proyectos, las y los participantes compartieron sus proyectos a representantes de las agencias de Naciones Unidas, autoridades de Embajadas, y representantes nacionales. Estas iniciativas, co-creadas por jóvenes líderes junto con UNLIREC y el Laboratorio de Aceleración de PNUD Perú, abordaron desafíos clave como la violencia armada y la importancia de la construcción de una cultura de paz en sus comunidades.

Como parte del encuentro, las y los jóvenes visitaron Villa El Salvador, reconocida por la Asamblea General de la ONU en 1987 como Ciudad Mensajera de Paz. En este espacio, participaron en un diálogo conjunto con lideresas y líderes comunitarios, así como autoridades locales, para conocer de cerca las iniciativas de prevención la violencia implementadas en este distrito.

Para Jennifer Chox, lideresa de Guatemala, es clave fomentar la participación activa de una nueva generación de juventudes comprometidas por la paz y la seguridad en la región. “Involucrar a la juventud siembra esperanza dentro de las comunidades. Además ,en este espacio se ha reflejado diversidad, somos jóvenes que tenemos realidades muy diferentes. Siento que complementarnos desde esas mismas diferencias, ha hecho que este proceso sea bastante nutritivo y de mucha sensibilización.”

GenerAcción Paz: LAS JUVENTUDES COMO AGENTES DE CAMBIO

Tras un proceso de postulación, en el que participaron 350 jóvenes de América Latina y el Caribe, diez líderes provenientes de nueve países de la región fueron seleccionados para participar en el programa GenerAcciónPaz. A lo largo de este tiempo, trabajaron en una jornada de aprendizaje alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente el ODS 16, que promueve la paz, la justicia y la construcción de instituciones sólidas. Este programa les brindó conocimientos y herramientas prácticas para desarrollar e implementar iniciativas que contribuyan a un cambio positivo en sus comunidades.

Durante los tres meses de este programa, se llevaron a cabo capacitaciones online con foco en metodologías de co-creación. La etapa de co-creación permitió una visión de las ideas y herramientas para la ejecución de los proyectos, evidenciando los niveles de capacidad, motivación y creatividad que la juventud puede aportar a sus comunidades.