Las Oficinas de Diálogo en Gobiernos Regionales son la primera respuesta del Estado para la atención de los conflictos sociales

Entrevista a Jorge Maguiña, secretario de la Secretaría de Gestión Social y Diálogo de la PCM y Jimmy Amézquita, responsable de la Oficina de Diálogo y Prevención de Conflictos del Gobierno Regional de Apurímac.

17 de Octubre de 2024
Dos personas posando a la cámara

En el Perú se registran más de 200 conflictos sociales al mes según la Defensoría del Pueblo, siendo las regiones de Loreto, Cusco, Ayacucho, Apurímac y Puno las que concentran la mayor cantidad de casos. El 40% de los conflictos sociales en el país pueden ser prevenidos con el trabajo e intervención de los Gobiernos Regionales; sin embargo, en el Perú solo 8 de 24 regiones cuentan con oficina o área especializada en prevención y gestión de conflictos. ¿Cómo se puede promover la creación de estos espacios y fortalecer su trabajo?

Entrevistamos a Jorge Maguiña, secretario de la Secretaría de Gestión Social y Diálogo de la Presidencia del Consejo de Ministros (SGSD-PCM), y a Jimmy Amézquita, responsable de la Oficina de Diálogo del Gobierno Regional de Apurímac, sobre las oportunidades y desafíos de la gestión descentralizada de los conflictos sociales en regiones.

  • ¿Por qué es importante el diálogo en la prevención de conflictos?

    Jorge Maguiña (JM): En el sector público, el diálogo juega un papel crucial no solo en la prevención de conflictos, sino también a lo largo de todas las etapas de estos. Cuando un conflicto se encuentra en una fase crítica o en ascenso, el diálogo se convierte en una herramienta esencial para desescalar la tensión. Este proceso busca crear un espacio y una ruta de comunicación que aborde las causas subyacentes de la conflictividad, que a menudo pueden ser múltiples y complejas. Cada vez, más los conflictos sociales aparecen como ausencia de entrega de bienes y servicios públicos, por lo que conocer sobre prevención y gestión de conflictos sociales se convierten en contenidos transversales para todo funcionario público.

    Jimmy Amézquita (JA): A través del diálogo podemos buscar oportunidades de desarrollo para las regiones. El diálogo facilita la resolución pacífica de disputas y evita que las tensiones se conviertan en enfrentamientos. Cuando las personas perciben que sus voces son escuchadas y valoradas, es mucho más probable que se comprometan activamente y colaboren en la implementación de las soluciones propuestas.

  • Estamos ante un escenario desafiante de conflictividad social en las regiones ¿qué oportunidades ofrecen las Oficinas de Diálogo en los Gobiernos Regionales para la prevención y gestión de conflictos?

    JM: Para la SGSD, la atención oportuna de los conflictos en los gobiernos regionales es central en la prevención de los mismos. La actuación de estos gobiernos aparece casi en todos los tipos de conflictividad; pero principalmente deben promover la paz social en sus territorios. Por esa razón, son la primera respuesta del Estado, junto con las municipalidades para atender o canalizar la demanda social, de acuerdo a sus competencias.

    Desde la SGSD estamos en permanente contacto y coordinación con las oficinas de diálogo en regiones a través de nuestros gestores territoriales. A la fecha existen catorce de estas oficinas en los gobiernos regionales, con diferente nivel institucional y con muchas necesidades de desarrollo de capacidades.

    JA: Desde las oficinas de diálogo queremos encontrar oportunidades de desarrollo y la tranquilidad. Hoy Apurímac ha cambiado, ya no es sólo una región agricultora sino también es una región minera. Esto ha hecho que los conflictos sociales escalen en las 7 provincias, y es por eso que necesitamos fortalecer la Oficina de Diálogo y Prevención de Conflictos del Gobierno Regional. Si esta no se institucionaliza a la larga se pueden generar más protestas y la sociedad va a sentir estos efectos.

  • ¿Cuáles son los principales desafíos de estas oficinas?


    JA: Nuestra oficina se enfrenta a diversas dificultades. Necesitamos fortalecer a un equipo de funcionarios que ejerzan las funciones de esta área, ciertamente el conocimiento de prevención de conflictos es poco fomentado en la región.

    Asimismo, los gobiernos regionales no necesariamente asignan un presupuesto para el funcionamiento de estas oficinas, lo que dificulta la contratación de más personal, el despliegue de acciones y con ello la eficacia de nuestro trabajo. 

    Tampoco se cuenta con un inventario o sistematización de los conflictos sociales. Solo atendemos el conflicto en el momento cuando está latente. Necesitamos hacer un seguimiento a los conflictos para su atención en la etapa temprana.

    Finalmente, la institucionalización de esta oficina es clave para que su trabajo sea sostenible y que no dependa solo de la voluntad de la autoridad de turno.

  • ¿Qué rol cumple la SGSD en la gestión de los conflictos sociales en las regiones?

    JM: Desde la SGSD buscamos ver el conflicto social como una oportunidad que se puede conducir hacia el desarrollo de los territorios. Nuestra presencia es necesaria porque a nivel del Poder Ejecutivo, desde la Presidencia del Consejo de Ministros, articulamos con los sectores nacionales una respuesta oportuna en nuestra calidad de órgano rector. 

    Del mismo modo, la actualización de nuestros protocolos y lineamientos, pero sobre todo la formulación de la Política Nacional Multisectorial de Prevención de Conflictos coadyuvan a establecer un marco claro de actuación en el territorio nacional.

  • ¿Cuál es el aporte de aliados como el PNUD en este proceso?

    JM: El apoyo del PNUD ha resultado fundamental para la SGSD en la articulación con los gobiernos regionales, e incluso para alcanzar a crear nuevas oficinas regionales de conflictos, como en Apurímac. Pero, sobre todo, es bueno resaltar el apoyo del PNUD en el proceso de formulación de la política nacional multisectorial de prevención y gestión de conflictos; y en apostar junto a la SGSD y la Escuela de Administración Pública de SERVIR en la creación de contenidos sobre prevención de conflictos, como un curso transversal a la gestión pública; y porque nos apoya en todos nuestros eventos internos y públicos

    JA: Hace un año en el Gobierno Regional (GORE) de Apurímac no se hablaba de una oficina de prevención de conflictos. Desde la visita de PNUD se ha empezado a hacer la resolución de la creación de esta oficina. Asimismo, venimos fortaleciendo nuestras capacidades técnicas en la gestión de conflictos. 

    Entre el GORE de Apurímac y el PNUD estamos desarrollando una estrategia para institucionalizar esta oficina y lograr la paz social y el desarrollo de la región. Agradecemos al PNUD por acompañarnos en este procedimiento, esperemos lograr institucionalizar la oficina y que tenga el presupuesto y capacidades requeridas para atender a la población apurimeña.