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Dilema embotellado

Los costos reales de la producción de plásticos

Aproximadamente 117.000 botellas de plástico habrán sido usadas cuando termines de leer esta oración.

A simple vista podría parecer únicamente una estadística. Sin embargo, el número esconde una verdad contundente, pues afecta de manera profunda y directa a tu salud, así como en los costos ambientales, climáticos y sociales en cada etapa de su ciclo de vida. 

Exploremos a fondo por qué este dato aparentemente inofensivo tiene tal impacto.

illustration of an oil rig
ETAPA 1

La respuesta 
yace bajo tierra

El viaje comienza en las profundidades del planeta: más del 99 %(link is external) del plástico proviene de combustibles fósiles. 

A través de métodos como la minería, la perforación o la fracturación hidráulica se extraen el petróleo crudo y el gas natural. 

Entre el 4 % y el 8 %(link is external) de la producción mundial de petróleo se destina a la fabricación de plásticos, una cifra que se espera que aumente al 20 %(link is external) para 2050.

Estas tendencias de crecimiento se contraponen al objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

En este escenario, la justicia ambiental(link is external) es particularmente importante porque las plantas de combustibles fósiles suelen ubicarse en comunidades de bajos ingresos, lo que representa una carga injusta para los residentes, quienes a menudo no tienen los recursos para proteger su bienestar. 

Etapa 2

Una naturaleza 
de doble filo

El siguiente paso es someter la materia prima a una serie de complejas reacciones y procesos químicos que consumen mucha energía y que en última instancia forman la resina de plástico. El resultado: pequeñas bolitas (técnicamente conocidos como “pélet”) de plástico, elemento básico para construir una botella. 

La resina utilizada para la mayoría de las botellas de plástico es polyethylene terephthalate (tereftalato de polietileno), más conocido como “PET”. Las botellas hechas con este material son fácilmente reciclables, pero el desafío radica en mantener su calidad durante el reciclaje, lo que puede llevar a la degradación y acabar eventualmente en desecho. Por su parte, los tapones de botellas están generalmente fabricadas de polyolefins (poliolefinas), material que también tiene excelentes propiedades para el reciclaje. Sin embargo, su reciclabilidad suele ser baja debido a los aditivos, como los colorantes. Optar por no reciclar botellas PET puede llevarlas a un asombroso periodo de degradación en el medio ambiente de unos 450 años; abordaremos esto más tarde. 

A medida que las propiedades de la materia prima se refinan para crear un producto utilizable, paradójicamente tanto la salud humana como la del planeta son expuestas a condiciones de deterioro, resaltando la inherente naturaleza de doble filo al producir estas pequeñas bolitas de plástico.  

Por ejemplo, esta etapa del proceso se realiza en instalaciones que frecuentemente son propiedad(link is external) de subsidiarias de compañías internacionales de petróleo y gas, que requieren una cantidad sustancial de energía(link is external)

Este proceso también es altamente contaminante: cerca del 90 %(link is external) de los gases de efecto invernadero relacionados con los plásticos provienen de la extracción y procesamiento de la materia prima, lo que libera emisiones nocivas al aire(link is external) y puede provocar riesgos para la salud, como trastornos reproductivos y de desarrollo, así como cáncer. 

Recientemente, un grupo de científicos descubrió más de 16.000 sustancias químicas(link is external) asociadas con los plásticos; se cree que al menos una cuarta parte de estas son peligrosas para el bienestar humano y la integridad ecológica. 

illustration of a cargo ship
Etapa 3

Un cargamento con demasiado peso

Las pequeñas bolitas de plástico son enviadas a compañías que se ocupan de manufacturar el producto. 

Los métodos de envío empleados generalmente no son amigables con el medio ambiente, puesto que la gran mayoría dependen de barcos de carga(link is external), lo que, junto a la necesidad frecuente de cubrir largas distancias, pone presión ambiental a través de mayores emisiones de carbono. 

Esta parte del proceso también es delicada porque los micro y nanoplásticos entran en juego. 

La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia 

Los microplásticos son pequeñas partículas que miden entre 5 milímetros y 1 micrómetro; los nanoplásticos son partículas con un tamaño menor a 1 micrómetro. Estos se generan cuando plásticos de un gran tamaño se degradan, o por la pérdida o fragmentación de plásticos minúsculos. Puede ocurrir en las primeras etapas, pero principalmente tiene lugar durante la transportación, donde los derrames, el mal manejo o las fugas son muy posibles. 

¿Dónde terminan estas partículas? 

Simplemente en todas partes(link is external). Se encuentran en el aire, el agua, el suelo y más allá. El océano(link is external) es el más afectado. Y una vez que estas pequeñas partículas entran en contacto con el medio ambiente, no se degradan de forma natural y tampoco pueden eliminarse. Científicos han encontrado partículas de plástico en el estómago(link is external) de los peces, en las placentas(link is external) de mujeres embarazadas e incluso cerca de la cima del Monte Everest y la Antártica(link is external). Otros han estimado que, en promedio, una persona podría comer hasta 5 gramos(link is external) de microplásticos en una semana, que es aproximadamente el peso de una tarjeta de crédito. 

Una botella sin abrir 

Pese a su omnipresencia y los riesgos potenciales, faltan estudios exhaustivos para comprender las consecuencias a largo plazo de la exposición a estas diminutas partículas en la salud humana y el medio ambiente, considerando que, en otras etapas de su ciclo de vida, además, se les ha añadido químicos y aditivos. La falta de información en esta área hace imperiosa la necesidad de realizar más investigaciones y crear medidas regulatorias para mitigar el daño potencial. 

Illustration of an assembly line
Etapa 4

Elaborar en segundos un producto con una vida útil de 450 años

En este punto, las pequeñas bolitas de plástico pasan por una metamorfosis y emergen como botellas PET convencionales. 

Las botellas se elaboran generalmente con técnicas de moldeado o inyección. En este proceso, se añaden las pequeñas bolitas de plástico en una matriz y se someten a altas temperaturas y presión para dar forma al producto en cuestión. Comúnmente, el tiempo de producción de una botella PET va de una fracción de segundo hasta unos pocos segundos. 

A nivel mundial, las empresas tienen la capacidad de producir 20.000 botellas PET(link is external) cada segundo. Esto significa que, desde que empezaste a leer esta historia, ya se han producido y consumido tres millones de botellas(link is external), las cuales, sin un manejo adecuado, permanecerán durante 450 años(link is external) en el planeta. 

Un aspecto crucial del proceso de manufactura es la continua subsidización de los combustibles fósiles(link is external) por parte de muchos países. Esto conduce a menores costos de producción de plásticos, incluyendo las botellas PET y, a su vez, satisface la demanda, perpetuando un ciclo que tiene como consecuencia una mayor dependencia de los combustibles fósiles. 

Illustration of a garbage processing operation
Etapa 5

Distribuir, consumir, desechar

La botella PET está lista para ser llenada, vendida y distribuida. Está a tu alcance. Das un sorbo. Si bebes un litro de agua embotellada, es probable que ingieras alrededor de 240.000(link is external) fragmentos de plástico.

Después de su uso, una botella PET puede ser desechada, quemada al aire libre o gestionada mediante la eliminación de residuos. 

Si el plástico se desecha, contamina paisajes, vías fluviales y ecosistemas, afectando a animales acuáticos y terrestres que a menudo lo confunden con comida, introduciendo este material en la cadena alimentaria. Cuando el plástico es incinerado, genera contaminantes nocivos, incluyendo el metano, que puede tener un impacto más significativo en el cambio climático que el dióxido de carbono en periodos más cortos. E incluso cuando el plástico se maneja de la forma más sostenible posible, se estima que solo el 9 %(link is external) de todos los residuos de plástico acaban siendo reciclados(link is external). Específicamente, solo el 13 %(link is external) de las botellas (que son el plástico de un solo uso más reciclado) están hechas de material PET reciclado.

Illustration of a recycling truck

Invertir para revertir 

Ya sea disminuyendo nuestro consumo de plásticos de un solo uso, apoyando los sistemas de reutilización y recarga, o usando productos elaborados a partir de alternativas más ecológicas, podemos reducir los costos reales de la producción de plásticos. Un informe reciente destacó que el mundo puede reducir la contaminación por plásticos en un 80 %(link is external) para 2040. He aquí algunas formas de lograrlo: 

La próxima sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-4(link is external) por sus siglas en inglés), que tendrá lugar en Ottawa (Canadá) del 23 al 29 de abril, es de vital importancia en este sentido. Establecido por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(link is external), este comité funciona como una plataforma de negociación que tiene el objetivo de lograr un acuerdo global sobre la contaminación por plásticos para finales de 2024.

¿Qué está haciendo el PNUD para abordar la contaminación por plásticos?

EXPLORAR

P.D.: Cuando termines de leer esta historia, aproximadamente cinco millones de botellas de plástico habrán sido utilizadas y probablemente desechadas – pon de tu parte(link is external) para lograr un planeta #SinContaminaciónPorPlásticos.