Las mujeres y las niñas ansían el cambio, y es fácil entender el por qué.
Por realizar el mismo trabajo, las mujeres siguen ganando 77 centavos por cada dólar que perciben los hombres.
Al menos 200 millones de mujeres y niñas sobrevivientes se han visto sometidas a la práctica de mutilación genital femenina.
Las mujeres ocupan apenas el 24% de los escaños parlamentarios.
El 35% de las mujeres de todo el mundo han experimentado violencia física o sexual.
Sin duda, todavía nos queda un largo camino por recorrer y debemos innovar a la hora de analizar nuevas formas de trabajo y reflexión.
Las transformaciones innovadoras no deben ser costosas ni ostentosas. Las tecnologías simples, las innovaciones de orden local y las nuevas prácticas que ayudan a cambiar actitudes, normas y prejuicios sociales también pueden marcar una diferencia. Tan solo consideremos la independencia financiera que la banca móvil ha proporcionado a incontables mujeres.
Sin embargo, existe una creciente brecha digital de género y las mujeres tienen escasa representación en el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño.
Las ideas, opiniones y experiencias de las mujeres son esenciales en la concepción y la aplicación de estas innovaciones, de modo que respondan a las necesidades de las mujeres y cumplan la promesa de no dejar a nadie atrás.
Cuando las mujeres quedan al margen de la conversación, se las excluye de la creación de las innovaciones que dan forma a nuestro futuro.
Las Naciones Unidas tiene un papel protagónico que desempeñar, y en el PNUD contamos con una multiplicidad de iniciativas para asistir en esa labor.
El Instrumento de Innovación del PNUD ha invertido en más de 140 ensayos pioneros en 87 países y territorios. Recientemente inauguramos una red de Accelerator Labs en 60 países, con el fin de analizar nuevas alianzas e ideas no convencionales para inspirar el cambio y crear nuevas oportunidades en beneficio de las mujeres y los hombres.
En esta conmemoración del Día Internacional de la Mujer de 2019, aunemos fuerzas y hagamos un llamado a líderes industriales, empresas innovadoras, emprendedores sociales y activistas para ayudar a cerrar la brecha digital de género, para trabajar juntos, intercambiar innovaciones y derribar las barreras que enfrentan las mujeres, con el fin de acelerar el progreso hacia una igualdad de género verdadera y universal.
Reconociendo que la innovación ha desempeñado un papel clave en la promoción de la igualdad de género, insto a la comunidad mundial –y reitero la participación del PNUD– a aprovechar al máximo las tecnologías para mejorar la vida de las mujeres y las niñas escuchándolas, incluyéndolas, ampliando sus opciones e incrementando la inversión en su empoderamiento.