Agroturismo en fincas agropecuarias de Pinar del Río: alternativa para el financiamiento a la biodiversidad

3 de Octubre de 2024
una vaca pastando en un exuberante campo verde

"Tierra Brava” y “Los Mosegui”, arriba, son dos fincas donde se comienza a establecer el agroturismo como solución financiera para la conservación de la biodiversidad.

Las flores de guanábana, amarillas y del tamaño de una moneda, deberán recogerse en la tarde para extraerles el polen. A la mañana siguiente, bien temprano, las otras que quedaron en la planta serán polinizadas de forma manual; un proceso cuidadoso que permite obtener frutas de hasta siete kilogramos.

Onay Martínez explica estos detalles en una de las paradas del sendero de agroturismo que recorre su finca, “Tierra Brava”, ubicada en el municipio Los Palacios, Pinar del Río.                   

El agroturismo constituye una solución financiera para movilizar recursos para la biodiversidad. La experiencia es parte de otras acciones previstas en el marco del proyecto Finanzas Ambientales, implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Cuba en alianza con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Su implementación y escalado a otras fincas del sector no estatal cubano, da continuidad la iniciativa global BIOFIN del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En esta iniciativa también participan el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), el Banco Central de Cuba (BCC), el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), y otros organismos globales y territoriales, como el gobierno de Pinar del Río. 

Proteger la biodiversidad, también cuestión de finanzas

Mecanismos como estos, se proponen que la conservación de la biodiversidad sea sostenible a largo plazo. Al implementarse desde las personas productoras, favorecen armonizar objetivos ambientales, sociales y económicos, pues se benefician las personas y la naturaleza. 

Las acciones del proyecto permitieron diseñar soluciones financieras ambientales en el sector no estatal cubano, como una propuesta de microfinanzas en adaptación basada en ecosistemas y la solución agroturística en dos sitios pilotos de la provincia de Pinar del Río, implementadas por PNUMA y PNUD respectivamente.

El proyecto Finanzas Ambientales ha desarrollado además un Marco habilitador para el tema en Cuba, un documento para la gestión de las finanzas ambientales como contribución al PNDES 2030 y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El marco habilitador está acompañado por una Hoja de Ruta y un Plan de Acción hasta 203, que facilitarán su implementación gradual y por una plataforma digital como herramienta de gestión que facilitará la toma de decisiones. 

un primer plano de la fruta en una rama
Con sabor a fruta 

El sendero que transitarán los visitantes incluye otros puntos de la finca, como las plantaciones de guayaba, mango, plátano, dos estanques, y una mini-industria. En la ruta, se observan varias especies de aves que anidan en Tierra Brava, gracias al manejo sostenible de tierras que han aplicado. 

Onay acostumbra a no recoger todo el anón, sino dejar algunos en el árbol para que las aves puedan alimentarse, además de no retirar las plantas que les proveen semillas y fibras para construir sus nidos.  

La finca de Onay Martinez ostenta la condición más alta del programa de Manejo Sostenible de Tierras (MST), que garantiza la gestión de los procesos productivos, cumplimentando acciones responsables con el medio natural.

Una de las virtudes del agroturismo radica en combinar el estilo de vida campesino, junto a las prácticas que favorecen tanto a las personas como al ecosistema. 

“La actividad agroturística es una fuente de financiamiento a partir de lo mismo que tenemos, que no habíamos identificado que puede ser un atractivo comercializable”, afirma el Martínez, quien significa además el acompañamiento de PNUD durante todos estos años.  

Tales ingresos se reinvierten luego en nuevas acciones dirigidas a la conservación de la biodiversidad y el suelo, lo cual propicia a su vez alcanzar cosechas de mayor calidad y aporte nutricional.

Iverilys Pérez, profesora de la Universidad de Pinar del Río (UPR), subraya que esta modalidad turística aporta nuevas posibilidades al espacio rural y fomenta la socialización de buenas prácticas de gestión ambiental. “Esta es una manera sostenible de promover el desarrollo a escala local”, resaltó. 

Los beneficios recibidos por Tierra Brava se reflejarían también en un mayor alcance de su compromiso social. Una parte de sus producciones se venden, a un 30 por ciento por debajo del precio habitual, a escuelas, círculos infantiles, un hogar materno y un hogar de ancianos. 

“Tenemos un programa para proveer frutas a niños con enfermedades crónicas no transmisibles. Entonces el agroturismo va a ayudar a incrementar producciones para poder incorporar con más recursos a más niños en este programa”, destaca Onay Martínez. 

Su esposa, Yuleidis Batle, especialista comercial de la finca, lleva el registro de lo que consume cada paciente según su condición de salud, y les informa todas las semanas acerca de las ofertas disponibles. En un triciclo eléctrico aportado por el proyecto Finanzas Ambientales, traslada sus productos agroecológicos frescos a su punto de venta en la localidad cercana, así como a escuelas y otros centros de interés social.

Un pato en un bosque
Destino agroturístico 

La palma cana alberga nidos del gavilán colilargo y el cernícalo, especies amenazadas. Los agricultores del Polígono demostrativo Los Mosegui, en el municipio Viñales, han decidido preservar estos árboles, a pesar de que su posición pueda obstaculizar el laboreo de la tierra. 

En el sendero que atraviesa las tres fincas del polígono se avistan otras aves, como sinsontes, azulejos, ciguapas… hasta contar alrededor de 45 tipos. Las palmas actúan además como barrera rompe-viento, una función crucial ante el impacto de los huracanes, señala el productor Adel Cabrera. 

Asimismo, han introducido la abeja melipona –que es menos selectiva y ayuda a la polinización-, la cosecha de agua de lluvia, y la asociación de cultivos; técnicas que mejoran sus rendimientos y contribuyen a adaptarse al cambio climático. 

Estas dos fincas, “Tierra Brava” y “Los Mosegui”, donde se establece el agroturismo como solución financiera para la conservación de la biodiversidad, constituyen los sitios pilotos donde por primera vez se logran incorporar mecanismos financieros para la movilización de recursos en el sector no estatal, resalta Gloria Gómez, coordinadora nacional de la iniciativa BIOFIN y del proyecto “Finanzas ambientales” en Cuba. 

Las ventajas de esas iniciativas irradian también a las comunidades donde están ubicadas, lo cual subraya a la importancia del desarrollo local. “El territorio ha jugado un papel fundamental, no sólo la delegación del CITMA, también los gobiernos municipales, los representantes del Ministerio de Agricultura, el sistema bancario… Es decisiva la participación de los territorios en todos estos procesos”, enfatiza la directiva. 

Por ejemplo, ambas experiencias han logrado comercializar directamente a la población que, ante la ausencia de intermediarios, adquiere los productos a menor precio. 

En el polígono funciona, además, un círculo de interés que enseña técnicas de siembra e injerto a niños de la escuela rural cercana. “Cuando llegan me convierto en una maestra para ellos, porque hasta me dicen ‘profe’”, cuenta la esposa de Cabrera, Yordania Llanes, quien los recibe cada semana. Ella se encarga de los registros contables del emprendimiento, que podrán informatizarse con el apoyo del proyecto.  

Jorge Freddy Ramírez, profesor de la UPR, explica que la actividad promueve la responsabilidad social y el compromiso de salvaguardar las tradiciones rurales. A su juicio, estas experiencias representan un paso más hacia la meta de convertir a Pinar del Río en un destino agroturístico.

Hacia el final del sendero, Adel Cabrera muestra un montículo de abono orgánico. “Aquí no se bota nada de lo que se trilla, todo se conserva”, indica. 

De cierto modo, el productor se convierte en un portavoz de la adaptación basada en ecosistemas, cuando en las asambleas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) comparte sus aprendizajes e impulsa a otros productores a iniciarse en el manejo sostenible de tierras (MST), proceso que constituye un baluarte para la identificación, realización y escalado de buenas prácticas agropecuarias. 

La finca de “Los Mosegui” se encuentra a unos kilómetros del mar, en una tierra que otros podrían haber dado como vana. Con el impulso de las experiencias agroturísticas, Adel proyecta que puede invertir en aumentar la producción de insumos y abastecer el polo turístico cercano de Viñales, parque nacional y patrimonio cultural de la humanidad, generando soluciones de empleo para la comunidad, que a su vez se convierten en una fuente de recursos para proteger la biodiversidad de la zona.

 


Escrito con la colaboración de Eileen Sosín Martínez.