La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 se volvió rápidamente una crisis socioeconómica, la cual ha profundizado problemas sociales ya existentes. En el caso de Ecuador, como en muchos países de la región latinoamericana, las y los trabajadores informales han sido seriamente perjudicados al estar más expuestos al contagio por la naturaleza de su trabajo, al no contar con esquemas de protección social, y al ver su nivel de ingreso reducido a la mitad o por completo (CEPAL, 2020).
Proyecto de Protección Social
Desde inicios de año se venía trabajando desde Naciones Unidas en un proyecto interagencial entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que tiene como objetivo principal expandir la protección social dirigida a jóvenes entre 18 y 29 años, en una situación laboral informal en cuatro ciudades del país: Quito, Guayaquil, Loja y Machala. El proyecto adquirió aún más relevancia en el actual contexto por la pérdida de estabilidad laboral y el limitado acceso a la seguridad social por parte de este grupo, lo que lo hace aún más vulnerable, y, por tanto, de atención prioritaria. El proyecto busca generar nuevos mecanismos de afiliación para los jóvenes, promover la transición entre la informalidad y la formalidad a través de capacitaciones y otros mecanismos, impulsar mejores condiciones de trabajo, con especial énfasis en las mujeres.
El primer reto de este proyecto es entender mejor la gama de escenarios que existen en la informalidad laboral. Hablar de informalidad tiene varios matices, desde el joven vendedor ambulante que trabaja desde la calle, hasta la joven independiente que ofrece servicios profesionales desde su hogar. Para poder diseñar los componentes del proyecto era necesario entender la informalidad laboral en su complejidad y diversidad, levantando información de jóvenes.
El concepto de informalidad
Primero, revisamos cuál es el marco normativo nacional e internacional qué define la informalidad laboral y cómo se mide. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el empleo informal como la ejecución de un trabajo sin acceso a beneficios laborales como licencias de maternidad y paternidad, vacaciones pagadas, indemnizaciones por despido entre otros, de estos beneficios el más importante es la afiliación a la seguridad social, que asegura las pensiones de jubilación principalmente. Ecuador tiene estadísticas nacionales que miden, de acuerdo a la definición del INEC, el empleo en el sector informal, – es decir el empleo en empresas que no tienen un registro único de contribuyente – pero no existen disponibles estadísticas sobre el empleo informal.
Para levantar información de jóvenes en la informalidad laboral, se decidió trabajar con una definición simplificada de la informalidad, es decir que un/a joven informal es una persona que trabaja y que no está afiliado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Se levantó la información a través de una encuesta en línea de 35 preguntas, para conocer las características ocupacionales, la cultura previsional y características del hogar y socioeconómicas de este grupo poblacional. Este ejercicio de levantamiento afrontó un doble reto. Por un lado, levantar información de poblaciones vulnerables es siempre un desafío ya que es difícil identificarlas y contactarlas. Por otro, levantar información en línea con más de 10 preguntas reduce la tasa de respuesta en un 75%. Para sobrellevar este reto se implementaron cuatro estrategias creativas y complementarias de difusión de la encuesta en las cuatro ciudades del proyecto.
Estrategias de comunicación
+ 1. Redes sociales
Teniendo en mente que el grupo de interés es joven y que 9 de cada 10 jóvenes utiliza redes sociales se socializó la encuesta a través de la página institucional de PNUD en Facebook e Instagram. A través de estas dos redes, se enviaron anuncios promocionando la encuesta en la cuenta personal de jóvenes entre 18 y 29 años en las cuatro ciudades de interés. Este ejercicio nos permitió percatarnos que los algoritmos que maneja Facebook e Instagram no son suficientemente precisos para identificar jóvenes en la informalidad. Además, se desplegaron anuncios con diferentes características testeando cuál de ellos capturaba de mejor manera la atención. Se desarrollaron dos tipos de anuncios: imágenes con personas y videos cortos con personajes. Se obtuvo una mayor tasa de interacción con el anuncio y de respuesta en la encuesta cuando se utilizaron videos como material visual. Finalmente, para incentivarlos a completar la encuesta se promocionó el sorteo de un año de capacitación en cursos en línea en áreas de su interés.
+ 2. Apoyo de actores locales
Igualmente, se contó con la colaboración de instituciones gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil que trabajan con jóvenes en la informalidad para difundir la encuesta a partir de sus listas de contacto. Finalmente, para incentivarlos a completar la encuesta se promocionó igualmente un año de capacitación en cursos en línea.
+ 3. Otras plataformas digitales para jóvenes
Se generó una alianza con UNICEF para enviar a través de su chatbox de U-Report en Facebook un mensaje invitándolos a completar la encuesta e incentivándolos a hacerlo al sortear un año de capacitación de cursos en línea.
+ 4. Mensajes de texto a través de Telefónica
Dado que el 80% de jóvenes dispone de un teléfono móvil se generó, junto a Telefónica, una estrategia empleada por primera vez para recoger información de una encuesta tan “extensa” para un proyecto de desarrollo. La estrategia fue enviar mensajes de texto en el rango de edad, ciudades de interés y pertenecientes a un nivel socioeconómico bajo y medio que les invite a visitar la campaña de megas gratuitas de la encuesta en la página web de Telefónica. Una vez en la página web, los jóvenes recibían megas por responder dos preguntas filtro, que nos permitían identificar si tenían un empleo informal, si es que sí lo tenían se les compartía el link con las preguntas de la encuesta para que la completen y se les premiaba con megas.
En conclusión, los elementos claves de este levantamiento de información fueron: i) mezclar varias estrategias de difusión de la encuesta complementarias y ii) manejar un mensaje comunicacional ajustado a la realidad laboral de la juventud y al contexto de pandemia (“¡Desde NNUU estamos pensando en ti! Queremos saber más sobre tu trabajo y cómo te ha afectado el contexto COVID-19.”), acompañado de un incentivo interesante que se encuentre en línea con los objetivos del proyecto (un año de capacitación de cursos en línea). Este levantamiento de información nos ha dejado algunos aprendizajes sobre cómo llegar a un grupo tan heterogéneo y prioritario de población, así como sobre su situación y cómo les ha afectado la pandemia.
¡Síguenos para conocer más sobre los resultados de la encuesta en nuestro siguiente blog! Estamos convencidos de que contar con más y mejor información es clave así que contáctanos a ana.grijalva@undp.org si tu organización tiene experiencia levantando información de este grupo de población prioritario.
Escrito por: Ana María Grijalva
Responsable de Exploración
Laboratorio de Aceleración PNUD