Una canasta básica digital (Parte 1)
Conectando con nuevas capacidades
21 de Junio de 2022
Por Víctor A. Tablas, Jefe de Experimentación del Laboratorio de Aceleración del PNUD El Salvador
¿Qué significa encontrarse en pleno 2022 sin habilidades y herramientas para acceder a servicios ciudadanos digitales? Es vivir en privación de formas de trabajo, comercio, aprendizaje, información y servicios públicos. Es decir, significa quedarse atrás.
Entre las muchas cosas que nos enseñó la pandemia COVID-19, es que el acceso y capacidad de uso de las herramientas digitales son importantes métricas de inclusión o exclusión. La calidad de vida de las personas es determinada por sus capacidades de alcanzar ciertos bienes y acciones. Es vivir no solo libre de restricciones materiales, sino también abarca un enfoque positivo de libertades, en que los individuos no son limitados para alcanzar su máximo potencial. Así lo argumentó el ganador del premio Nobel de Economía, Amartya Sen, al desarrollar la tesis sobre el enfoque de capacidades.
Este es el primero de una serie de blogs que abordan el proceso de reflexión, diseño y aprendizaje de un portafolio de experimentos en el Laboratorio de Aceleración del PNUD en El Salvador, acerca del reto de digitalización inclusiva sobre el Proyecto Digi-Chiquihuites y como parte del segundo ciclo de aprendizaje de nuestro Laboratorio.
La palabra Chiquihuite proviene del Náhuatl Chiquihuitl que significa “Cesto” o “Canasta”. El proyecto ha diseñado y entregado una canasta básica de servicios digitales para uno de los sectores más golpeados por la pandemia: mujeres microempresarias del sector turístico. A partir de la información de línea base, la primera versión de las canastas se diseñó con componentes de acceso, capacidades y habilitadores en la forma de dispositivos móviles, un programa de capacitaciones en habilidades digitales y conectividad móvil a internet, con el objetivo de salvaguardar los medios de vida y mejorar la inclusión financiera de las mujeres.
Las mujeres al centro de Digi-Chiquihuites estaban entusiasmadas de involucrarse en el proyecto, sus intercambios, y capacitaciones. Sin embargo, un buen número de ellas trataría de aprovechar los conocimientos a través de un “ayudante digital” designado por ellas mismas. Por lo general, las y los ayudantes son familiares más jóvenes de las mujeres microempresarias, que también participaron en el programa de formación con el rol de apoyarles a recibir los conocimientos y servirles como guía para facilitar el acceso a servicios y productos digitales para usos personales y del negocio de estas mujeres. Esto llevó a preguntar no solo por la efectividad de las canastas digitales y sus componentes para generar habilidades, conocimientos y confianza sobre servicios digitales en las microempresarias, sino también sobre la posibilidad de que las personas pudieran adquirir los beneficios de la tecnología, aunque no fueran ellas quienes las operaran de forma directa, sino su ayudante.
Además, tres preguntas surgieron si en verdad estas ayudas resultaban importantes para superar la brecha digital ¿de qué formas sería posible suplir la necesidad de estas ayudas digitales a través de figuras ajenas al círculo íntimo de familiares y amigos? ¿podría ser este un potencial servicio público que ayudara al cierre de las brechas digitales, por ejemplo, a través de promotores de servicios digitales o puntos de ayuda fijos, como casetas? Finalmente, el componente a distancia del programa de formación “Conecta con tu Negocio” de Digi-Chiquihuites nos llevó a querer aprender sobre mecanismos virtuales de ayudas sobre servicios financieros digitales, pero de bajo costo y fácil escalabilidad ¿qué tan efectivos serían las ayudas en línea y recursos como los video tutoriales en el proceso de creación de habilidades y confianza?
Las preguntas anteriores dieron forma al protocolo de experimentos que detalla el diseño, métodos, sujetos y procedimiento para probar un total de 15 hipótesis, sobre la efectividad de distintos modelos de ayudas digitales para generar actitudes positivas, conocimientos, habilidades y confianza de las participantes de Digi-Chiquihuites acerca de los servicios digitales.
Al momento de escribir este blog hemos concluido todos los experimentos para someter a prueba las hipótesis. Los métodos utilizados oscilan entre el diseño de prototipos de servicios públicos, los experimentos naturales y ensayos aleatorios controlados, similar a como se evalúan los nuevos tratamientos en ciencias de la salud. En las siguientes partes del blog continuaré relatando brevemente las metodologías empleadas y hallazgos más importantes de los experimentos en torno a este ciclo de aprendizaje.
Entre las muchas cosas que nos enseñó la pandemia por COVID-19, es que el acceso y capacidad de uso de las herramientas digitales son importantes métricas de inclusión o exclusión.Víctor Tablas, Jefe de Experimentación, Laboratorio de Aceleración del PNUD El Salvador