La naturaleza tiene una solución a la crisis global del agua: los árboles.
La respuesta está en la naturaleza
22 de Marzo de 2018
La respuesta está en la naturaleza
La naturaleza tiene una solución a la crisis global del agua: los árboles.
¿Qué tienen las personas y los árboles en común?
Son sistemas de vida complejos, diseñados por la naturaleza. Ambos son altamente dependientes del agua para sobrevivir, y cada uno depende en última instancia del otro para un acceso seguro al H2O que necesita.
La tecnología de la naturaleza
Nuestro planeta azul se está quedando sin agua dulce, la fuerza vital que mantiene a todas las personas. Mientras que el 70 por ciento de la Tierra está cubierta de agua, solo el 3 por ciento de eso es agua dulce. Y los humanos consumen agua a un ritmo más rápido que la capacidad de la naturaleza para reponerla.
Nuestro planeta ya tiene ecosistemas especialmente diseñados para sobreponerse a los desafíos medioambientales. La respuesta a la escasez de agua se encuentra en la tecnología de la naturaleza, especialmente en los bosques.
Para ilustrar este escenario, el PNUD se acercó a Planet, la compañía que produce imágenes satelitales de la Tierra, para obtener fotografías que revelan la magnitud del peligro y destacar las soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar este desafío global.
Hacer que llueva
Décadas de mala gestión, contaminación y consumo excesivo han desequilibrado nuestros sistemas de agua. Y el cambio climático está agravando el problema. Al ritmo actual de uso del agua, para 2050, más de la mitad de la población mundial correrá el riesgo de escasez de agua, según Make Every Drop Count, un informe de 2018 de las Naciones Unidas y el Banco Mundial sobre la crisis mundial del agua.
Los bosques son nuestros mejores aliados para asegurar los recursos de agua dulce de los que depende la vida en el planeta. Es sabido que las raíces de los árboles absorben agua del suelo para sobrevivir. Pero lo que se conoce menos es la capacidad de los árboles para hacer llover.
El 40% de las precipitaciones anuales de nuestro planeta provienen de la evapotranspiración, que ocurre cuando los árboles "exhalan" humedad a través de sus hojas. La neblina que esto genera puede verse por los satélites en todo el espacio exterior.
Los bosques tropicales de la Tierra regulan las precipitaciones globales. Cuando una de estas pierde demasiados árboles, los efectos en el clima se pueden sentir a medio mundo de distancia. Según el Banco Mundial, desde la década de 1990 y a nivel global, cada hora se pierde el equivalente a 1.000 estadios de fútbol.
La capacidad de los bosques de hacer llover es la clave del suministro de agua y los patrones de lluvia de nuestro planeta. Proteger el abastecimiento de agua dulce comienza con la defensa de nuestros árboles.
Restaurar el equilibrio
Los socios del PNUD y de la ONU trabajan con los países para preservar los bosques tropicales más grandes del mundo, como la Amazonía, la selva tropical del Congo y los bosques de Papúa Nueva Guinea. Al trabajar con gobiernos y empresas, buscamos la gobernanza de los recursos hídricos (desde la administración y gestión hasta políticas y leyes) como una solución para restablecer el equilibrio. ONU-REDD es un ejemplo de este esfuerzo.
Desde 2008, el PNUD ha formado parte de ONU-REDD, una alianza con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ONU Medio Ambiente. Juntos apoyan a los gobiernos a medida que crean políticas y acciones nacionales para proteger los bosques, combatir la tala ilegal y plantar más árboles.
Ascencio Patiachi es uno de los guardaparques más antiguos de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la zona peruana de la Amazonía, la selva más grande de la Tierra. Hace algunos años, Patiachi se adentró en la selva para encontrar el 'Rostro Harakmbut, un lugar sagrado para su comunidad indígena. Sin embargo, se encontró en el corazón de la reserva con un gran desierto provocado por la minería y la tala.
Lo que Ascencio vio no es un incidente aislado. Los satélites han capturado imágenes del antes y después de las áreas del Amazonas destinadas a la minería que ilustran la escala de la devastación.
La Amazonía está disminuyendo su capacidad de regular las precipitaciones debido a la pérdida de árboles. Si las tasas actuales de deforestación continúan en esta zona, el clima mundial se verá afectado. Las Américas, incluidos México, Texas y el Golfo de México, serían las áreas más afectadas por las condiciones climáticas más frecuentes, como tormentas y olas de calor.
La Amazonía está disminuyendo su capacidad de regular las precipitaciones debido a la pérdida de árboles. Si las tasas actuales de deforestación continúan en esta zona, el clima mundial se verá afectado. Las Américas, incluidos México, Texas y el Golfo de México, serían las áreas más afectadas por las condiciones climáticas más frecuentes, como tormentas y olas de calor.
A través de la iniciativa REDD + Indígena Amazónico (RIA), Ascencio y otros guardabosques como él trabajan para salvar el ecosistema que sostiene la vida en su comunidad y regula el clima en todo el mundo.
Innovación al servicio de los bosques
Para comprender lo que sucede en nuestro entorno, los gobiernos y ecologistas a menudo comienzan por crear un mapa de riesgos. Esto no siempre es fácil.
En el caso de las Maldivas, con 188 islas habitadas repartidas en una extensa área, esto puede ser bastante costoso y tomar mucho tiempo. Mapear de manera realista unas 11 islas, normalmente tomaría casi un año. Frente al peligro inminente a raíz del aumento del nivel del mar, Maldivas no tiene tiempo que perder.
Para acelerar este proceso, el PNUD se asoció con DJI, una empresa china líder en drones. Estos aparatos ofrecen una vista panorámica y ayudaron a científicos y conservacionistas a mapear una isla completa en un solo día.
Con mejores mapas, las comunidades en las Maldivas están trabajando para restaurar sus bosques de manglares, la solución de la naturaleza para reducir la erosión costera y las marejadas. Estos ayudarán a crear precipitaciones e incluso eliminar la sal del agua de mar en un proceso llamado desalinización.
Los humedales, tal como los manglares, turberas, marismas y pantanos, son sistemas de filtración de la Tierra. Esta tecnología natural actúa como una esponja, absorbiendo contaminantes del agua dulce.
En 2012, la Unión Europea y el PNUD iniciaron el proyecto “Clima East” para encontrar soluciones basadas en la comunidad que trabajen con la naturaleza para mitigar el cambio climático, restaurar ecosistemas y desarrollar medios de vida sostenibles. Siete países de Europa oriental se han unido a esta alianza, centrándose en ecosistemas como bosques y humedales.
Naturaleza que provee
Innovaciones como imágenes satelitales y drones utilizados para crear mapas en 3D en las Maldivas son fundamentales para abordar los grandes desafíos ambientales. Pero la clave de la salud planetaria está en la propia tecnología de la naturaleza. Esta proporciona los bosques, nuestros mejores aliados cuando se trata de salvaguardar nuestro suministro de agua dulce. Depende de nosotros preservarlos.
Entonces, ¿qué tienen en común las personas y los árboles? Un destino compartido.
Ambas son formas de vida sofisticadas, diseñadas por la naturaleza y dependientes del agua. Nuestros recursos de agua dulce están bajo amenaza, pero las soluciones están en nuestros bosques y a nuestro alrededor. Al confiar en la inteligencia de la naturaleza, podemos detener la disminución de nuestros recursos hídricos y evitar una gran crisis en los próximos años.