Una nueva manera de trabajar en casos de crisis

Contra todo pronóstico, Somalia está emergiendo como un modelo sobre cómo enfrentar las crisis.

5 de Febrero de 2018

Mohamed Ismail Yasin recorrió 600 km hasta llegar a una represa de arena próxima a Bandarbeyla, en la región limítrofe de Bari en Somalia. Llegó con seis miembros de su familia y el ganado que pudo llevar consigo.

“Llegué del distrito de Mayle”, cuenta Mohamed. “Tuvimos que huir de la sequía en la región. Aquí hubo pastizal para el ganado y hoy lo trajimos a la presa de agua para que pudiera tomar”.

La represa de arena es una de las estructuras de captación de agua construidas por el PNUD en alianza con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. El propósito es reducir los desastres ocasionados por impactos del cambio climático, como sequías e inundaciones.

Es la fuente de agua más cercana para la familia de Mohamed y para otros pastores que luchan por ganarse la vida contra la inclemente sequía. La escasez de lluvia durante tres temporadas consecutivas ocasionó una mala cosecha generalizada y la muerte del ganado, lo que aumentó tasas de hambre, casos de malnutrición, enfermedades y el desplazamiento de poblaciones.

Romper el ciclo

No es la primera vez que los somalíes han sido amenazados por la hambruna. La sequía en 2011 fue la causa de hambruna que se cobró casi 260.000 vidas, la mitad fueron niños.

En 2017, el gobierno somalí declaró la sequía de ese año como una emergencia nacional. Los esfuerzos conjuntos del gobierno y aliados locales e internacionales pronosticaron otro ciclo de hambruna, pero los indicadores indican que los efectos de la continua sequía persistirán en 2018.

En Somalia y otros países vulnerables, los gobiernos y los trabajadores humanitarios han coincidido en que es necesario un nuevo enfoque para romper con el ciclo de crisis.

 

Primer plano del Secretario General António Guterres, en un avión.

"Tenemos una obligación moral de hacerlo mejor y tenemos las herramientas y el conocimiento para cumplir con esa obligación". Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres

Desde prestar asistencia hasta terminar con la necesidad

En la Cumbre Humanitaria Mundial de 2016, los trabajadores humanitarios y organismos para el desarrollo asumieron el reto que impusieron las repetidas crisis en Somalia y otros países vulnerables en el mundo. Se comprometieron a adoptar una nueva forma de trabajar en tiempos de crisis, no solo para cumplir con necesidades humanitarias inmediatas, sino también para reducir dicha asistencia con el tiempo.

Por un lado, al núcleo de este compromiso se hizo el voto de acabar con la división entre la ayuda de emergencia, o respuesta humanitaria, y, por el otro, impulsar los esfuerzos de desarrollo a largo plazo. Ello significa utilizar mejor los recursos y capacidades, y crea alianzas más fuertes para prestar asistencia humanitaria de manera que los países y las comunidades estén mejor preparadas para abordar desafíos futuros.

El ONUD, OCAH y otros aliados ahora están trabajando para poner este plan en acción. “En el contexto de la nueva manera de trabajar de la ONU, hay un entendimiento común sobre el trabajo humanitario y de desarrollo en Somalia, que debe ser un esfuerzo complementario si han de lograrse los resultados colectivos a los que aspiramos”, dijo Steiner en Mogadishu.

Este fue el espíritu de la alianza OCHA-PNUD en Somalia en enero de 2018. En el lanzamiento del Plan de Respuesta Humanitaria para 2018, el director de OCAH, coordinador de Socorro de Emergencia, Mark Lowcock, y el Administrador del PNUD Achim Steiner, destacaron la necesidad de atender las causas que forman la raíz de la crisis.

Un niño y una mujer obtienen agua afuera de un campo de refugiados.

Casi 895.000 personas han sido desplazadas por el conflicto armado desde noviembre de 2016. Foto: Stuart Price/AU-UN IST


“En el contexto de la nueva manera de trabajar de la ONU, hay un entendimiento común sobre el trabajo humanitario y de desarrollo en Somalia, que debe ser un esfuerzo complementario si han de lograrse los resultados colectivos a los que aspiramos” –
El Administrator del PNUD Achim Steiner en Mogadishu.

Poner el principio en práctica

¿Qué quiere decir en práctica? Significa prestar ayuda que salva vidas de manera inmediata, a la vez que se asume el esfuerzo de reducir la fragilidad del país y fortalecer la resiliencia de las personas, es decir, su habilidad de lidiar con la adversidad y poder recuperarse. Ello supone construir represas de arena como en Bandarbeyla, que contribuyó a que Mohamed pudiera mantener vivo a su ganado, un valioso recurso económico que otras personas perdieron.

Asimismo, conlleva invertir en la habilidad de los jóvenes para solucionar problemas actuales y futuros.

Somalia, dada su historia de conflictos y ubicación en el Cuerno de África, ya de por sí una zona vulnerable al clima, se enfrenta a serios y complejos obstáculos para lograr el desarrollo sostenible. Sin embargo, contra todo pronóstico, el país está emergiendo como un modelo sobre cómo enfrentar las crisis.

“Este es un momento importante para el gobierno y los ciudadanos de este país”, dijo el Administrador del PNUD. “Y es un momento fundamental para todos nosotros cuya vocación es apoyar la recuperación y la resiliencia y, en última instancia, el desarrollo sostenible. Somalia, junto con sus aliados, puede abordar los factores de las crisis y de la inseguridad si aprovecha el momento y actúa hoy, y es un privilegio apoyar al país en esta coyuntura actual”.

Una nueva manera de trabajar en casos de crisis

Contra viento y marea, Somalia está emergiendo como un modelo de cómo lidiar con la crisis. Foto: PNUD Somalia