En América Latina y Caribe, las personas intersex tienden a ser víctimas de discriminación, exclusión, tratamientos médicos innecesarios, violencia e invisibilización, aunque gracias a los esfuerzos del movimiento pro-derechos intersex a nivel regional, estas problemáticas se han ido posicionando en la agenda internacional más reciente. Tanto así que en marzo de este año, durante la primera Conferencia Regional de América Latina sobre Personas Intersex, se selló la Declaración de San José de Costa Rica, haciendo un llamado a los Estados a “prohibir de inmediato toda práctica que modifique las características sexuales de una persona sin razones médicas fehacientes y sin el pleno consentimiento informado de esta”. Asimismo, la Conferencia se adhirió de manera unánime a la Declaración del Tercer Foro Internacional Intersex realizado en Malta en 2013.
Es importante recordar que:
1. No existe una corporalidad intersex única. Hay tipificadas más de 40 variaciones intersex, que erróneamente tienden a abordarse como “patologías”, dando paso a las graves violaciones de derechos humanos que enfrentan las personas intersex desde temprana edad, motivadas por la intención de “corregir” sus cuerpos. La discriminación trasciende al ámbito médico, y se encuentra profundamente arraigada en la sociedad, pudiendo incluir el abandono y la estigmatización por parte de la familia.
2. Existe una confusión generalizada sobre la orientación sexual, la identidad de género y las personas intersex. La intersexualidad se relaciona exclusivamente con características biológicas y resulta independiente de la orientación sexual o la identidad de género. Por tanto, una persona intersex puede ser heterosexual, gay, lesbiana, bisexual o asexual. También podrá identificarse como mujer, hombre, género no conforme, y/o no binaria, entre otras identidades de género.
3. Organismos universales y regionales de derechos humanos han documentado violaciones relacionadas con los tratamientos que tienden a recibir desde su nacimiento y a lo largo de toda su vida, como intervenciones médicas sin su consentimiento informado (incluyendo en la infancia), barreras para acceder a sus expedientes médicos o dificultades para que su personalidad jurídica se reconozca legalmente en los registros públicos. Resulta habitual que el personal médico informe a las familias de bebés intersex recién nacidos de que se debe intervenir quirúrgicamente para “adecuar” el cuerpo a lo que médica y socialmente se entiende que “debe ser”. A menudo estas intervenciones se practican en personas en perfecto estado de salud, para satisfacer cuestiones “estéticas” que nada tienen que ver con necesidades médicas. Con frecuencia las familias no reciben toda la información necesaria, o simplemente no comprenden las implicaciones de tales cirugías.
4. A menudo innecesarias y no deseadas, estas prácticas médicas violan los derechos humanos de las personas intersex y dejan una marca imborrable en sus vidas. Según testimonios de diversas personas intersex, la naturaleza de estas intervenciones implica que deban realizarse múltiples cirugías en distintas etapas de sus vidas, lo que deriva en dolores crónicos y problemas de salud.
5. Los procedimientos invasivos que se mencionan han sido condenados y catalogados como prácticas de mutilación genital infantil. El tratamiento de la intersexualidad como “enfermedad” es un problema grave, presente en distintos Estados de América Latina y el Caribe, provocando la discriminación estructural a la que se enfrentan las personas intersex. Conforme se hacen mayores, las personas intersex se ven impedidas de adecuar sus documentos de identidad en caso de que su identidad de género no corresponda con la asignación arbitraria que se le hizo al nacer.
Existe un vacío crónico de información oficial sobre la situación de los derechos e inclusión de las personas intersex en los países del Caribe, lo que repercute directamente en la inexistencia de políticas públicas y/o marcos normativos que les protejan cuando se violan sus derechos. El proyecto “Ser LGBTI en el Caribe”, coordinador por el PNUD y apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), desarrolla en la actualidad una investigación sobre la situación en las que se encuentran las personas intersex de Jamaica, Barbados, República Dominicana y Haití. Con esta iniciativa se busca poder visibilizar y documentar las situaciones que enfrentan las personas intersex en estos países, con miras a identificar vacíos para hacer recomendaciones al Estado sobre cómo realizar un abordaje integral de la temática.