Cada 31 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans, una fecha dedicada a promover, celebrar y reconocer la participación de las personas trans. En la República Dominicana, las personas trans son objeto de discriminación y violencia, según un diagnóstico de necesidades de salud de las personas trans realizado en 2015, al 79% de la población trans se le había negado el empleo o fueron despedidas por su identidad de género.
Debido a la importancia de destacar la participación de las personas trans en los espacios laborales, me gustaría contarles cómo fue mi proceso para obtener un trabajo en el Sistema de las Naciones Unidas.
Me enteré de la convocatoria para ser voluntario universitario de Naciones Unidas (VNU) por medio de las redes sociales. En la publicación motivaba a personas trans a aplicar; fue la primera vez que vi un anuncio motivando a las personas trans a aplicar a un puesto de trabajo. A la vez, la convocatoria fue enviada a organizaciones de sociedad civil LGBTI para que informaran a las personas trans de sus comunidades sobre esta oportunidad.
Fue fundamental mi participación en un taller donde explicaron cómo podíamos aplicar en la plataforma de Voluntarios ONU, todo esto con un lenguaje inclusivo y respetando los pronombres de quienes participamos. Aunque en el país todavía no se reconocen los derechos de cambio de nombre por motivos de identidad de género y marcadores de género en los documentos de identidad, este espacio demostró ser un paso importante para sentirme incluido, visibilizado y reconocido.
Usar los pronombres personales correctos es una forma de respetar a las personas trans y crear un entorno inclusivo. Las personas trans se identifican en una escala binaria, ya sea como hombre o mujer, algunas no lo hacen y pueden optar por usar pronombres de género como "elles o elle" en lugar de "él o ellos" o "ella y ellas".
Desde que empecé a trabajar, he tenido mucho apoyo de parte de mis colegas, principalmente para que la oficina conozca mis pronombres, acepten el uso de mi nombre preferido, me traten según mi identidad de género y respeten mi expresión de género. Estas acciones me sirven de aliento a sacar mi máximo potencial porque es una muestra de que todas, todos y todes sienten un compromiso con la inclusión y el respeto a la diversidad.
En un contexto donde un 40% de personas LGBTI que encuestamos en el marco de nuestro informe sobre el impacto de la COVID-19 en personas LGBTI en el país se encontraban desempleadas, poder acceder a esta oferta laboral representó una gran oportunidad para mí. Es mi primer trabajo formal, a pesar de que en diferentes ocasiones había aplicado a otros empleos, pero se me solicitaba adoptar una expresión de genero diferente a la que me identifico.
Estos pasos conforman una buena práctica para que las personas trans se sientan incluidas y motivadas a participar en el espacio laboral. Mantener un reclutamiento inclusivo es una muestra de que en las empresas e instituciones valoran y apoyan a las personas trans, ayudando a que se sientan seguras y respetadas, ofreciéndoles un trato digno en las acciones que impliquen el uso del nombre, llenado de formularios y acciones de trato directo.
Como voluntario para el Sistema de Naciones Unidas, colaboro con el PNUD, donde mi trabajo es realizar capacitaciones para informar y sensibilizar a la población sobre los derechos humanos de las personas LGBTI, con especial enfoque sobre los derechos de las personas trans, a servidores públicos, sector privado y población general, en el marco de la campaña Libres e Iguales, la cual se dedica a la promoción de la igualdad de derechos y el trato equitativo de las personas LGBTI.
Tener un lugar de trabajo con prácticas inclusivas no solo beneficia a las personas trans, también ayuda a mejorar los servicios que se ofrecen, a atraer y retener el talento humano, cambiar la actitud de los trabajadores al eliminar estereotipos, y a tener un ambiente laboral diverso e inclusivo, sin dejar a nadie atrás.