Una noche de otoño de 2010, Tyler Clementi, de 18 años, salió de su dormitorio en la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, se dirigió al puente George Washington, saltó y perdió la vida. El día anterior su compañero de cuarto había usado una cámara web para espiarlo mientras se encontraba en su habitación con otro hombre, publicó las imágenes en una red social, violando su derecho a la privacidad y animando a otras personas a ver el contenido. En el mismo mes de la muerte de Tyler, otros cuatro adolescentes estadounidenses se suicidaron después de que se burlaran de ellos por ser gay.
De estas tragedias nació el Día del Espíritu (Spirit Day), cuando la estudiante de secundaria Brittany McMillan lo fundó ese mismo año para promover la conciencia, aceptación y amor hacia la juventud LGBTIQ. Esta conmemoración creció a lo largo de los años, y hoy el Sistema de Naciones Unidas en la República Dominicana, junto a personas aliadas de las juventudes LGBTIQ, se solidarizan en la campaña #AltoalAcoso, en la cual artistas, autoridades del gobierno, embajadores, representantes de organismos internacionales, activistas LGBTIQ, feministas, periodistas y jóvenes, entre otras personas, invitan a la sociedad dominicana a poner fin al bullying homofóbico y transfóbico, alzando la voz contra la discriminación y tomando acción para preservar los derechos de las personas LGBTIQ.
El acoso homofóbico y transfóbico es un tipo específico de violencia escolar que se dirige hacia personas por su orientación sexual y/o identidad de género, percibida o real. Este tipo de acoso puede incluir burlas, esparcir rumores, humillación, empujar, insultar, golpear, robar o destruir pertenencias, excluir de grupos, acosar vía internet, agresión sexual e incluso amenazas de muerte.
Estudios regionales, auspiciados por la UNESCO, revelan que los centros educacionales son uno de los espacios sociales más violentos para las juventudes LGBTIQ. Asimismo, en la República Dominicana, una encuesta del Consejo Nacional para el VIH y el SIDA (CONAVIHSIDA), encontró que el 64% de la población de hombres gays y mujeres trans en la provincia de Santiago ha percibido rechazo en la escuela/universidad, y un estudio de la educadora dominicana Rossina Matos, señala los diferentes desafíos del sistema de educación para hacer frente al acoso homofóbico y transfóbico, indicando que “la mayoría carece de apoyo de docentes y personal del centro, y son víctimas de bullying, acoso y aislamiento.”
Este acoso puede llevar a la deserción de estudiantes LGBTIQ y afectan su desempeño académico, lo que se profundiza en el caso de las personas trans. Se evidencia que solo un 28% de personas trans ha completado el nivel de secundaria y un 6% el nivel de educación superior, debido al estigma y discriminación asociados a sus expresiones e identidad de género diversa.
Dicha situación hace imperativo un llamado para enfrentar el desafío de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: Acceso a la Educación, con una visión integral de inclusión, reducción de las desigualdades y especial atención a los problemas que enfrentan las juventudes LGBTIQ. Mientras las y los estudiantes continúen sufriendo como consecuencia de la discriminación o experimenten violencia por motivos de identidad de género y orientación sexual, no será posible cumplir con la Agenda 2030 en su totalidad.
República Dominicana ha presentado avances en este sentido. Una encuesta realizada por el PNUD, UNFPA y el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD), encontró que el 80% de las estudiantes y el 72% de los estudiantes afirmaron que están de acuerdo con respetar a personas con diversas orientaciones sexuales, lo que da la certeza de que las futuras generaciones están construyendo relaciones saludables y respetuosas con las personas LGBTIQ.
Desde Naciones Unidas, estamos apoyando varios esfuerzos para mejorar el bienestar de las personas LGBTIQ en los centros educativos y la sociedad en general. En 2019, el Minerd junto a la UNESCO, publicó la guía para docentes “la atención educativa de niños, niñas y adolescentes en situaciones de violencia en la escuela”, instrumento que comparte, con el profesorado, enfoques, procedimientos, recursos y buenas prácticas que han mostrado resultados positivos en la prevención y corrección-compensación de las secuelas que originan en los educandos las situaciones de violencia en la escuela, incluidas las situaciones que afectan a los jóvenes LGBTIQ.
Asimismo, el PNUD está apoyando esfuerzos para ampliar el conocimiento sobre la situación de derechos humanos de las personas LGBTIQ en el país, con la Encuesta Nacional LGBTI y la elaboración del Informe Ser LGBTI en República Dominicana. Ambas iniciativas levantarán información sobre la situación en el derecho a la educación, que permitirá al Estado formular estrategias que contribuyan a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida sin dejar a nadie atrás.
Las juventudes LGBTIQ necesitan el apoyo de toda la sociedad. A veces, basta con que una persona se pronuncie contra las injusticias para que se produzca un cambio a favor de los derechos humanos de las personas LGBTI. Hoy, en el #SpiritDay, seamos ese aliado o aliada que alza la voz por quienes más nos necesitan.