Un ciclo de aprendizaje para ayudar a los servicios del gobierno a dar un paso decisivo hacia el Siglo XXI en la atención que brindan a niñas, adolescentes y mujeres en riesgo de violencia familiar y doméstica
Tecnología para ayudar a las mujeres que se quedaron en casa
6 de Julio de 2020
En este blog, te contamos cómo, desde el Laboratorio de Aceleración del PNUD en México, estamos colaborando con los Centros LUNA del Gobierno de la Ciudad de México (LUNAS) para mejorar sus servicios de atención y prevención de la violencia y la promoción de la autonomía física, económica y política de las mujeres en el contexto de la emergencia sanitaria de la COVID-19.
La pandemia de la COVID-19 coloca a las niñas, adolescentes y mujeres en mayor riesgo de violencia. Las principales repercusiones que tienen las medidas de distanciamiento físico y restricción de movilidad dictadas frente a la pandemia se resumen en este llamado a la acción de ONU Mujeres. Estas van, desde las formas directas como el aumento de violencia doméstica o familiar ocasionada por estar obligadas a pasar más tiempo con sus agresores; hasta los factores que operan por vías indirectas, como el aumento en niveles de estrés, inseguridad económica y alimentaria, o la disminución de ingresos y el desempleo, ya que aumentan las barreras que ellas deben derribar para salir de los círculos de violencia, dejar a sus agresores o activar redes de apoyo.
Datos que confirman la urgencia
Las primeras señales del aumento en la violencia doméstica son contundentes. Céline González Schont, Profesora Asociada y Directora de Evaluación Académica del CIDE hizo un análisis de los datos recabados por la Línea Mujeres de la Ciudad de México. En la gráfica se observa el aumento en llamadas recibidas y catalogadas como violencia de género a partir de la séptima semana del 2020. Si comparamos las llamadas recibidas en marzo de 2020 con el mismo mes de años anteriores se pueden observar incrementos de 303%, con respecto a marzo 2018, y de 191%, con respecto a marzo 2019.
Además de Línea Mujeres, que es una línea de atención telefónica especializada, médica, jurídica nutricional y psicológica, el gobierno de la Ciudad de México y su Secretaría de las Mujeres, cuentan con otros canales de atención. Uno de ellos son las LUNAS, que son espacios físicos diseñados para dar atención presencial a las mujeres y proporcionarles un lugar seguro para aquellas que lo soliciten.
Durante el confinamiento, 16 de las 27 LUNAS se mantienen abiertas en horario regular, ofreciendo un punto de contacto en cada una de las alcaldías de la CDMX. Pero, en el contexto de la pandemia, necesitan reinventar su oferta de servicios para servir a las mujeres que no pueden salir de casa. Por esta razón, decidimos arrancar un nuevo ciclo de aprendizaje que nos permita encontrar formas innovadoras de ampliar la gama de servicios que ofrecen las LUNAS, incluyendo la capacidad de brindar atención remota.
El reto del Laboratorio de Aceleración del PNUD
Nuestra colaboración se da en el marco de un proyecto más amplio, en el que el PNUD y ONU Mujeres trabajan con la Secretaría de las Mujeres de la CDMX para fortalecer las LUNAS durante la emergencia ocasionada por la COVID-19. En específico, para que las capacidades de respuesta institucional sean fortalecidas, también, para crear redes de sororidad y soporte entre las LUNAS y pilotear mecanismos de transferencia de apoyos financieros a mujeres en riesgo.
El proyecto incluye elaborar nuevos protocolos de atención a las mujeres en situación de violencia, para evitar la revictimización y dotar de herramientas al personal de las LUNAS para mejorar la respuesta ante la emergencia sanitaria de la COVID-19. La misión del Laboratorio de Aceleración es responder: ¿Cómo la tecnología puede aprovecharse para que la implementación del nuevo protocolo de atención telefónica y una plataforma virtual, sea más amigable, más fácil de implementar y tengan mayor impacto?
El paso que deben dar los servicios de atención remota para entrar al siglo XXI
El plan consiste en explorar cómo la tecnología ha sido utilizada en otros contextos alrededor el mundo para mejorar la capacidad de brindar atención remota y combatir la violencia de género en distintos frentes. Por ejemplo, Inteligencia Artificial para brindar atención ininterrumpida a mujeres víctimas de violencia en Tailandia, Machine Learning para predecir y prevenir zonas de la ciudad con mayor prevalencia de violencia de género en Chicago y robots para ayudar a cuidar la salud mental de las personas que están a cargo de las líneas.
En los primeros acercamientos que tuvimos para hacer sentido de este reto, organizamos una serie de entrevistas y hablamos con personas que trabajan en las LUNAS y expertas en el tema. Aprendimos que las LUNAS cuentan con un personal altamente comprometido, con mucha experiencia y que experimenta baja rotación laboral. Además, nos confirmaron que, conforme han pasado los días, las LUNAS reciben más y más llamadas de mujeres que buscan atención y solicitan apoyos por haber perdido sus fuentes de ingreso. Esto nos dio pie para saber que estamos tocando un tema relevante y urgente de atender.
Conocimos la tecnología de base con la que se cuenta y lo que para ellas son los principales retos para que las LUNAS sigan cumpliendo su misión en tiempos de pandemia. Aprendimos que cualquier solución basada en tecnología tiene el reto de ser adoptada por ellas como usuarias, por las mujeres que buscan atención y ajustarse al equipamiento tecnológico con el que se cuenta. Aprendimos también que el reto de dar una atención integral a las víctimas no depende solo de las LUNAS. Requiere una impecable coordinación entre las instituciones que conforman la Red de Información de Violencia contra las Mujeres (RIVCM), una red pensada para para dar atención integral a las mujeres de la Ciudad de México.
Ahora, nuestro trabajo consiste en traer a la mesa a personas con experiencia en el desarrollo de soluciones tecnológicas, interfases humano-máquina, diseño centrado en las personas, diseño de experiencia de usuario y enfoque de género para, entre todas, idear prototipos de soluciones que puedan ser desarrolladas de forma ágil. Prototipos que después pondremos a prueba e iteraremos hasta lograr el que mejor funcione a las LUNAS.
En las siguientes entradas te contaremos los resultados de nuestras primeras exploraciones y avances sobre el tipo de soluciones tecnológicas que estaremos desarrollando. ¿Conoces el trabajo que realizan las LUNAS en la CDMX o quieres compartir con nosotros ideas de cómo las nuevas tecnologías se pueden aprovechar para mejorar los servicios de atención y prevención de la violencia y la promoción de la autonomía física, económica y política de las mujeres en el contexto del COVID-19? ¡Escríbenos, queremos escucharte!