El Día Internacional de los Voluntarios es una ocasión para reconocer a las personas que anteponen sus intereses por los de otros. Todos los días, más de mil millones de personas trabajan de forma voluntaria al servicio de sus comunidades.
Fueron de los primeros en responder a la crisis de la COVID-19. Desempeñan un papel fundamental para detener la propagación del virus como personal médico, de enfermería, funcionarios de salud pública y trabajadores comunitarios.
Hasta la fecha, Voluntarios ONU (VNU) ha desplegado a más de 1.100 personas voluntarias en todo el mundo para apoyar la respuesta a la pandemia. Entre ellas, hay quienes llevan sus conocimientos médicos a países como Somalia o Sri Lanka, médicos refugiados que se han unido a la campaña de vacunación en Jordania o un médico jubilado de 72 años que regresó al ruedo en Sudán del Sur (enlaces disponibles en inglés).
Mientras algunas partes del mundo comienzan a recuperarse lentamente de la pandemia, los voluntarios están ayudando a las comunidades a construir un futuro mejor. Están trabajando en Malawi (en inglés) para ayudar a poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. O pensemos en los Voluntarios ONU indígenas que están fomentando la inclusión en Venezuela y Ecuador.
Los voluntarios también están llevando a cabo un trabajo fundamental a medida que el cambio climático se vuelve más apremiante. En las Comoras, han dirigido campañas de reforestación. Y también observemos a Kenya, donde están ayudando a restaurar los arrecifes de coral y los manglares (enlaces disponibles en inglés).
Al conmemorar el 50 aniversario de Voluntarios ONU en 2021, el número de voluntarios es el más alto de todos los tiempos. Este año, más de 10.300 Voluntarios ONU han trabajado en 158 países para alcanzar los Objetivos Mundiales. El programa VNU ha realizado nuevos esfuerzos para reclutar a más personas con discapacidad.
En ocasión del Día Internacional de los Voluntarios, me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a las personas voluntarias por sus extraordinarias contribuciones en áreas clave como la paz, el desarrollo y la asistencia humanitaria.
Ahora más que nunca, los gobiernos y otras partes interesadas deben encontrar nuevas formas de trabajar con los voluntarios. Deben incorporarlos como socios clave y abrirles espacios para que se conviertan en cocreadores de las soluciones de desarrollo que tanto se necesitan.
Los voluntarios seguirán forjando no sólo el futuro de sus propias comunidades. En muchos sentidos, están dando forma al futuro de todo el planeta.
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