Redes de sororidad para una recuperación verde post COVID-19

Redes de sororidad para una recuperación verde post COVID-19

Contexto:

Los pueblos indígenas y las comunidades locales protegen aproximadamente al 80% de la biodiversidad mundial (Banco Mundial, 2022). Sin embargo, los saberes ambientales, los sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y la relación consciente con el entorno natural están siendo amenazados dado que están siendo reemplazados por productos generados en economías de escala (INPI, 2017). Esta situación, en conjunto con otras problemáticas de carácter global como el cambio climático, la contaminación, la desertificación y la pérdida de biodiversidad tienen un impacto negativo en los medios de vida y la capacidad de adaptación de los pueblos indígenas ante los efectos negativos  provocados por las condiciones climáticas. En este contexto, las mujeres y las niñas suelen enfrentar mayores dificultades, ya que son ellas las que debido a roles de género establecidos socialmente han estado a cargo de  proporcionar agua, alimentos y combustible a sus familias, utilizando los recursos ambientales ubicados en su entorno (OCDE, 2021). 

Por otro lado, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina y el Caribe, el 86% de las mujeres indígenas y rurales están empleadas en el sector informal, frente a 61% de mujeres no indígenas empleadas en el mismo sector, lo que las posiciona en una situación aún más precaria debido a la falta de acceso a la seguridad social. En México, las desigualdades prevalentes continúan limitando y excluyendo a las mujeres de zonas rurales e indígenas, lo que se traduce en una mayor vulnerabilidad, mayor nivel de pobreza y menor capacidad de resiliencia. El 83.5% de las mujeres hablantes de alguna lengua indígena en las zonas rurales se encuentran actualmente en situación de pobreza y, de este total, 4 de cada 10 viven en pobreza extrema, según estimaciones recientes de pobreza multidimensional (Coneval, 2020).

Además, la pandemia de la COVID-19 resaltó que durante tiempos de crisis, las mujeres son más vulnerables a enfrentar un mayor riesgo de pérdida de empleo e ingresos, así como inseguridad alimentaria y un mayor riesgo de violencia de género, explotación, abuso o acoso. En los últimos años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México ha apoyado a pequeñas organizaciones de mujeres ubicadas en regiones indígenas de la Península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas para acelerar y generar condiciones que permitan una recuperación más igualitaria y sustentable tras la pandemia. 

Estas organizaciones enfrentan obstáculos diversos y diferenciados entre los que destacan la falta de oportunidades para profesionalizarse, ausencia de espacios para compartir sus avances con otros grupos pares y la carencia de políticas públicas apropiadas que promuevan la igualdad de género mediante el acceso al derecho humano a un medio ambiente sano. Además, incluso las organizaciones más consolidadas no han contado con los espacios, recursos y condiciones que les permitan brindar apoyo a aquellas organizaciones menos avanzadas, ni han logrado unirse para proponer mejoras a programas o normas de política pública que actualmente no las benefician. Por otro lado, el desarrollo de las actividades productivas de las mujeres indígenas y rurales requiere de servicios ecosistémicos como suelo de calidad, madera y acceso al agua, entre otros. Sin embargo, el mal manejo de dichos ecosistemas ha provocado su deterioro y, en consecuencia, la reducción de este tipo de servicios.

Objetivo:

Consolidar redes de sororidad ambiental entre mujeres indígenas y rurales en comunidades de Chiapas, Oaxaca y Yucatán mediante el fortalecimiento de  prácticas de producción sostenible y mecanismos de resiliencia financiera que permitan la transición hacia una economía verde con enfoque de género.

Objetivos Específicos:

1. Transitar hacia una economía verde con enfoque de género a partir del fomento de prácticas de producción sostenible y conservación de la biodiversidad

  • Fortalecer las capacidades de las mujeres indígenas y rurales para la  gestión de los recursos naturales asociados a sus actividades de generación de ingresos, con un enfoque sostenible que impulse su autonomía económica y ambiental.

2. Implementar mecanismos de resiliencia financiera adecuados para las necesidades de las mujeres indígenas y rurales

  • Promover mecanismos de ahorro, crédito, pequeños fondos de revolvencia u otras opciones que permitan a las mujeres participantes instalar capacidades financieras para enfrentar los desafíos económicos de sus proyectos productivos, a través de la gestión eficiente de sus recursos financieros. 

3. Consolidar una red de Guardianas de la Biodiversidad, basada en la sororidad 

  • Acompañar el desarrollo y consolidación de una red de guardianas de la biodiversidad conformada por mujeres indígenas y rurales de distintas comunidades en Chiapas, Oaxaca y Yucatán. Estas redes desempeñarán un papel fundamental en la promoción de políticas climáticas sensibles al género y estarán capacitadas para abogar por la integración de enfoques de resiliencia ambiental en los procesos de toma de decisiones.

Actividades:

  1. Construcción  de un diagnóstico participativo con perspectiva de género basado en la comunidad para identificar los aspectos relevantes relacionados con la degradación ambiental dentro de las comunidades, posibles soluciones basadas en la naturaleza, así como en temáticas de producción de alimentos, agrobiodiversidad, salud financiera y actividades de producción local culturalmente asociadas. 
  2. Ciclo de capacitación  en el que  se emplearán materiales culturalmente adaptados sobre resiliencia financiera y conservación de la biodiversidad como vía de transición hacia una economía verde regenerativa y con enfoque de género, en las lenguas originarias de las mujeres participantes
  3. Creación y desarrollo de grupos de ahorro solidarios y/o empresas sociales que serán gestionados directamente por las mujeres indígenas y rurales, para que puedan acceder a recursos económicos con el fin de fortalecer su resiliencia financiera.
  4. Capacitación a todas las redes de sororidad para que las mujeres se reconozcan como “Guardianas de la Biodiversidad” en sus territorios.
  5. Se realizará al menos un “Encuentro de Guardianas de la Biodiversidad” entre las redes de Chiapas, Yucatán y Oaxaca para discutir sus agendas políticas, con el objetivo de construir un proceso común de incidencia para los derechos de las mujeres indígenas y rurales, así como objetivos colectivos ambientales, económicos, sociales o culturales. Estos objetivos serán promovidos, difundidos y negociados con los gobiernos estatales y locales.

Participantes:

  • Chiapas: Tres grupos de mujeres mayas “tzotziles” y “tzeltales” que actualmente se dedican a la cría de aves de doble propósito, producción artesanal y agroforestería. 
  • Oaxaca: Tres grupos de mujeres “ikoot” que actualmente se dedican a la producción y comercialización de “totopos” de maíz, crianza de pollos y a promover acciones para la gobernabilidad del agua. 
  • Península de Yucatán (Yucatán y Campeche): Cuatro grupos de mujeres mayas que actualmente se dedican a preservar y proteger semillas, gallinas y abejas, impulsando y fortaleciendo su producción de miel a través de este proyecto. 

Resultados esperados:

Resultado 1. Las mujeres indígenas y rurales en las redes de sororidad fortalecerán sus capacidades para el manejo de activos agrícolas y forestales con un enfoque en la gestión comunitaria de los recursos naturales , y la conservación de la agrobiodiversidad, que les permita transitar hacia una economía verde con enfoque de género.

  • Se consolidarán 10 redes de sororidad con al menos 100 mujeres indígenas y rurales de todas las regiones participantes.

Resultado 2. Las mujeres indígenas y rurales en las redes de apoyo administrarán grupos de ahorro con mejores capacidades financieras y con actividades generadoras de ingresos que les permitan crear valor ambiental y social, impactando positivamente en su resiliencia financiera.

  • El proyecto promoverá el surgimiento o fortalecimiento de esquemas locales de ahorro y crédito con las organizaciones de mujeres indígenas y rurales que logren incrementar en un 25%  su capacidad de ahorro.

Resultado 3. Las mujeres indígenas y rurales en la red de sororidad se convertirán en protectoras de la biodiversidad local en sus comunidades, construyendo una red de apoyo e intercambio para abogar por políticas climáticas sensibles al género y en sintonía con el fortalecimiento de las comunidades indígenas.

  • Se elaborará un informe sobre la construcción de una agenda común entre las organizaciones de mujeres participantes de las tres zonas, para avanzar en sus objetivos y contribuir al fortalecimiento de la resiliencia ambiental y social.

Acelerar y generar condiciones que permitan una recuperación más igualitaria y sustentable tras la pandemia.