La Educación Técnica y Profesional en la ruta hacia la igualdad de género en Cuba
29 de Mayo de 2023
Fomentar la inclusión de género desde la educación para el acceso al empleo de la juventud en Cuba, es una de las apuestas que ha impulsado el proyecto PROFET, acompañado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba y financiado por la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo; en apoyo al perfeccionamiento de la educación Técnica y Profesional (ETP), promovida por el Ministerio de Educación (MINED). La Estrategia de Género e Inclusión Social de PROFET, iniciativa innovadora para el proyecto y el MINED, ha sido reconocida por este Ministerio por su potencial para ser implementada de forma generalizada en todo el subsistema educativo de la ETP en Cuba.
¿Cómo diseñar una estrategia que además de responder a las necesidades del proyecto tenga impacto en la ETP? ¿Cómo esa estrategia puede aportar a la sensibilización, el compromiso y al impulso de prácticas de género equitativas en la ETP? ¿Qué prácticas innovadoras se pueden potenciar desde esta estrategia?; fueron algunas de las preguntas movilizadoras para el diseño de esta ruta estratégica, en cuya concepción participaron personal directivo, además de funcionarios y funcionarias de la ETP, luego de un diagnóstico de género precedente realizado en una muestra de escuelas politécnicas de todas las provincias del país.
Tras la aprobación de la estrategia para su puesta en práctica, se inició su implementación en centros politécnicos vinculados a PROFET y en otros de la ETP, seleccionados por las direcciones provinciales de educación. Esa etapa ha sido fundamental para evaluar resultados e identificar buenas prácticas, útiles para implementar la experiencia en todos los centros educativos politécnicos en el país.
En el sistema educativo cubano, la ETP se encarga de la formación de la fuerza de trabajo calificada como dinamizadora del desarrollo económico y social del país, atendiendo a las demandas diferenciadas de los territorios.
La estrategia parte de reconocer que el perfeccionamiento continuo de la educación y, en particular de la modalidad de la enseñanza técnica y profesional, implica asumir consciente e intencionadamente el enfoque de género y la profundización de la inclusión educativa. Esto, a su vez, conlleva esfuerzos específicos en pro de la igualdad y la no discriminación por razones de sexo, color de la piel, discapacidad, desventajas sociales o económicas y cualquier otra distinción lesiva a la dignidad humana .
Promover la inclusión desde los sistemas educativos en los que se involucra la formación de jóvenes es particularmente necesario en el contexto cubano, donde aún persisten estereotipos de género arraigados en el imaginario de las personas sobre las ocupaciones u oficios que son más adecuados para mujeres u hombres, según datos de la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (ENIG-2016) . Por ejemplo, esos resultados indican que predomina el criterio de que las mujeres no deben ocuparse de la carpintería, la mecánica o la albañilería, concepciones que pueden limitar el desarrollo pleno de las capacidades de personas y la igualdad de oportunidades de acceso a empleos.
Teniendo en cuenta ese escenario, la estrategia se enfoca en fortalecer la igualdad de género y la inclusión en la formación profesional del estudiantado en centros de estudios politécnicos; así como en el desempeño educativo del profesorado, personal directivo, especialistas, tutores/as y metodológos/as y en el accionar conjunto con las familias. Asimismo, se propone incidir en los ámbitos territorial e intersectorial para generar oportunidades de acceso al empleo equitativas.
En ese tránsito, la estrategia se plantea acompañar a las escuelas politécnicas que implementan el proyecto PROFET en el desarrollo de sus planes de acción de género e inclusión; certificar a aquellos centros educativos de la ETP que destacan por ser potenciadores de la igualdad y la equidad; y levantar aprendizajes para la replicación de la experiencia en todos los centros educativos de la ETP y en otros niveles educativos del MINED.
Uno de los principales impactos de la estrategia del proyecto, evaluada positivamente por el Comité de Género del MINED, radica en que sus principios y líneas estratégicas y de acción han inspirado el actual proceso de diseño de la que será la Estrategia de Género e Inclusión de la Educación Técnica y Profesional. Es una oportunidad para transformar de manera sistémica el hacer institucional y colocar a las personas en el centro del desarrollo. De este modo es posible generar cambios en las instituciones y en las personas, en sus actitudes y comportamientos.
Para esto, la estrategia se enfoca en las prácticas profesionales, los currículos y las formas de gestionar el desarrollo de la institución desde una lógica de investigación-acción, que parte de la práctica para sistematizar aprendizajes y potenciar maneras de hacer más inclusivas. Las transformaciones que se propone generar son de naturaleza sistémica, pues abarcan los valores y el saber hacer de las instituciones en las que se implementará.
Involucra a todas las áreas de los politécnicos y a todos los niveles de la ETP. Desde su concepción se ha planteado rutas de implementación por niveles, por ejemplo: para la dirección de PROFET, los departamentos provinciales de la ETP, la dirección nacional de la ETP, los politécnicos y sus estructuras.
El fortalecimiento de las capacidades es reconocido en la estrategia como un proceso dinamizador del cambio. Por eso potencia el desarrollo de procesos formativos, de sensibilización, capacitación y superación sobre igualdad de género e inclusión.
A su vez, se plantea promover la igualdad de género desde el enfoque de género y derechos en el ingreso a la ETP, por medio de la formación vocacional y la orientación profesional. Así se abren las posibilidades para que mujeres y grupos menos representados en especialidades como la Construcción, la Agricultura y los Servicios Turísticos contemplen esas opciones como alternativas para su formación profesional.
Además, se están creando herramientas y mecanismos que facilitarán la generalización e implementación efectiva de la estrategia. El diseño de esas herramientas se basa en procesos colaborativos al interior de la ETP y con otros sectores como la agricultura, la construcción y los servicios turísticos.
La creación de oportunidades de acceso al empleo de quienes egresan de la ETP desde un enfoque de género es otra de las líneas a seguir. La estrategia busca consolidar alianzas con entidades laborales y las direcciones de Trabajo y Seguridad Social de los territorios para que las mujeres y grupos en situación de discapacidad o desventaja social accedan a empleos con igualdad de oportunidades y sin discriminación.
En la segunda fase de PROFET se comenzará a implementar la certificación de género de las escuelas politécnicas con avances en la igualdad a raíz de la implementación de la estrategia, incentivo que dinamiza la realización de buenas prácticas. Los indicadores de la certificación se construyen de forma participativa. El objetivo es impulsar en las escuelas un proceso de mejora continua en el camino hacia el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en toda su diversidad.
La ruta trazada por la Estrategia de Género e Inclusión Social propone transformaciones hacia una educación más inclusiva, que ofrezca oportunidades para todos y todas de elegir oficios u ocupaciones y de acceder a empleos, rompiendo estereotipos sexistas. Se trata de promover una educación técnica y profesional de calidad en la que todas las personas, independientemente de su género, color de piel o situación de discapacidad o desventaja social, puedan desplegar a plenitud todas sus potencialidades.