El PNUD hace un llamado a reformar el sistema financiero global para respaldar a los países vulnerables al cambio climático

Según un nuevo informe de políticas, los retos a los que se enfrentan los pequeños Estados insulares en desarrollo son un claro ejemplo de los problemas más amplios de la actual arquitectura financiera internacional para satisfacer las necesidades de las economías afectadas por las peores consecuencias del cambio climático

27 de Mayo de 2024
Foto: PNUD / Tuvalu

Nueva York – En vísperas de la 4ª Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, que se celebrará en Antigua y Barbuda del 27 al 30 de mayo, un nuevo informe de políticas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) subraya la imperiosa necesidad de invertir masivamente en la adaptación al cambio climático en los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) para romper los costosos ciclos de catástrofes y recuperación. El informe de políticas también hace un llamado a un sistema financiero mundial más equitativo y eficaz para apoyar a las economías vulnerables al clima.

El problema de los ciclos de catástrofes y respuestas, que obligan a los países a ponerse continuamente al día en materia fiscal y financiera para recuperarse de nuevas crisis relacionadas con el cambio climático, es especialmente grave en los PEID debido a su extrema vulnerabilidad a las inundaciones, la elevación del nivel del mar, los huracanes y otras emergencias climáticas. Los PEID se enfrentan a la tarea crítica de romper estos ciclos mediante el aumento de la inversión en la adaptación al cambio climático, que proporciona resiliencia a largo plazo a los efectos del calentamiento global.

Sin embargo, conseguir los fondos necesarios para proyectos como los malecones y la agricultura resiliente al clima es un reto debido a los elevados costos y a las considerables vulnerabilidades de la deuda. Se estima que los PEID necesitan entre 4.700 y 7.300 millones de dólares estadounidenses (USD) anuales para la adaptación, pero muchos tienen que hacer frente a una deuda elevada, lo que complica la financiación de estas medidas esenciales.

“La mayoría de los PEID no están en condiciones de movilizar la financiación inicial que necesitan para adaptarse a la crisis climática y se ven obligados a desviar una parte cada vez mayor de los fondos públicos para la reconstrucción posterior a los desastres. En promedio, las repercusiones económicas anuales a causa de estas catástrofes para los PEID se estiman en el 2 % del producto interno bruto (PIB), una cifra que cuadruplica las pérdidas experimentadas por las naciones más grandes, y algunos países corren el riesgo de perder más del 10 % anual. Los PEID ejemplifican el reto para la arquitectura financiera internacional de responder mejor a las necesidades de los países en desarrollo para abordar la crisis climática y de prestarles más apoyo para ello”, señaló Achim Steiner, Administrador del PNUD.

En su informe de políticas relativo a la arquitectura financiera internacional y la forma de romper el ciclo de catástrofes y respuestas en los PEID, titulado “Breaking through the disaster-response cycle in SIDS: aligning financing to urgent climate action” (Avanzando más allá del ciclo de respuesta a catástrofes en los PEID: alineando la financiación con acciones climáticas urgentes; disponible en inglés), el PNUD presenta algunos de los cambios fundamentales necesarios para abordar estos retos con eficacia. Estos incluyen un mejor acceso a formas eficaces de encarar la deuda que tengan en cuenta el clima para los países necesitados, el despliegue y la mejora de instrumentos financieros innovadores, y el acceso a una financiación asequible de más largo plazo por parte del sector oficial del desarrollo.

El informe de políticas apoya una mayor integración de las consideraciones climáticas en las evaluaciones de sostenibilidad de la deuda y afirma que los instrumentos de deuda innovadores, como los bonos dependientes del Estado, los bonos temáticos y los canjes de deuda por desarrollo, cuando se conciben y aplican adecuadamente, pueden ayudar a los países a mejorar la forma de hacer frente al impacto del cambio climático, proporcionando liquidez en momentos de necesidad y permitiendo inversiones a largo plazo en resiliencia. Además, el informe sostiene que el sector oficial del desarrollo debe aumentar considerablemente su capacidad de préstamo para proporcionar financiación a largo plazo en condiciones asequibles para la transición climática, incluidas las inversiones en adaptación que son más difíciles de financiar mediante capital privado.

“Para los PEID, que son en su mayoría países de ingresos medianos cuya contribución a las emisiones mundiales es mínima, la inversión en adaptación a escala es una cuestión vital. Necesitan mayor acceso a una financiación asequible en condiciones asequibles, mejor apoyo a la liquidez durante las crisis relacionadas con el clima y vías más directas para el alivio de la deuda”, afirmó George Gray Molina, Economista jefe del PNUD y encargado del área de crecimiento inclusivo.

El informe de políticas concluye que invertir en adaptación es muy rentable, con una relación costo-beneficio que varía entre 1:2 y 1:10 según el país y el grado de resiliencia. Además, la inversión en adaptación no solo permitirá ahorrar en los gravosos gastos de recuperación y reducir las compensaciones en materia de desarrollo, sino que también ayudará a mantener bajo el costo de los préstamos, ya que los mercados financieros tienen cada vez más en cuenta la exposición y la preparación de los países respecto del cambio climático.

Accede aquí al informe de políticas en inglés.

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