Discurso de la directora regional Michelle Muschett
Conferencia anual CAF/PNUD sobre Gobernanza en América Latina y el Caribe
24 de Septiembre de 2024
“La libertad política es parte de la libertad humana en general, y el ejercicio de los derechos civiles y políticos conforma una fracción crucial de las vidas individuales en tanto que engranaje de la maquinaria social. La participación social y política tiene valor intrínseco para la vida y el bienestar” – Amartya Sen en El Valor de la Democracia.
S.E. Bernardo Arévalo, Presidente de la República de Guatemala
- Sergio Díaz-Granados, Presidente Ejecutivo de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe
- Laura Chinchilla Miranda, Presidenta de la República de Costa Rica 2010-2014.
- Eva Granados Galiano, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional de España
- Kandya Obezo, Viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia
- Hernán Penagos Giraldo, Registrador Nacional del Estado Civil de Colombia
- Christian Asinelli, Vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe
- Marcela Ríos Tobar, Directora regional para América Latina de IDEA Internacional
- Luz Haro, Secretaria Ejecutiva, Red de Mujeres Rurales de América Latina y el Caribe – REDLAC
Queridos y queridas colegas del PNUD,
Equipo de CAF
Amigas y amigos que nos acompañan hoy, desde la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y aquellos que nos siguen virtualmente,
Es un honor para mí darles la bienvenida a esta Segunda Conferencia Anual CAF/ PNUD sobre Gobernanza y Desarrollo en América Latina y el Caribe, que se desarrolla entre dos eventos críticos para el multilateralismo, el desarrollo y la paz en un mundo más interdependiente que nunca: la Cumbre del Futuro, convocada por el secretario general y de la semana de Alto Nivel de la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas.
La iniciativa que hoy nos convoca nace como una clara prioridad de la primera reunión que, en mi calidad de directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe, sostuve con Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, hace ya más de un año. En esa conversación, nos comprometimos a potenciar al máximo la clara complementariedad entre los mandatos de CAF y del PNUD a través una agenda conjunta de trabajo centrada en la interdependencia entre gobernanza y desarrollo en América Latina y el Caribe, que, a través del diálogo, contribuya a identificar y apoyar los mecanismos y las transformaciones institucionales necesarias para acelerar el desarrollo sostenible en la región.
Y es precisamente eso lo que hemos hecho desde la primera Conferencia Anual celebrada hace un año atrás: abrir espacios de diálogo inclusivos, participativos y plurales que hicieran uso del instrumento más preciado que la democracia nos brinda: la libertad. La libertad para discutir sobre nuestras incertidumbres y frustraciones; sobre nuestras expectativas y aspiraciones; sobre nuestras urgencias y prioridades. Para esto, convocamos a más de 100 representantes de diversos sectores - academia, sector privado, organizaciones sociales, partidos políticos, gobiernos centrales y locales y representantes de organismos internacionales - a través de cuatro talleres subregionales que cubrieron todos los países de América Latina y el Caribe donde CAF y PNUD tenemos presencia.
Hoy, compartiremos con ustedes los resultados de esta primera serie de diálogos sobre gobernanza y desarrollo los cuales dan luces sobre cómo avanzar colectivamente en la construcción de soluciones y caminos hacia un futuro más inclusivo, sostenible y resiliente a través de la democracia, no como expresión retórica, sino como una realidad sobre la que se actúa.
Queridos amigos, queridas amigas, para el PNUD, democracia y desarrollo humano son dos caras de una misma moneda que no solo coexisten, sino que se refuerzan mutuamente: a medida que la democracia se fortalece, tiende a facilitar mejores resultados en desarrollo humano como proceso de expansión de libertades. Simultáneamente, a medida que las sociedades alcanzan niveles más altos de desarrollo humano, suelen demandar una gobernanza más democrática que proteja y promueva dichas libertades.
Esta relación entre democracia y desarrollo es particularmente importante en el contexto de América Latina y el Caribe, en el que, a pesar de un aumento desproporcionado en la polarización política durante las dos últimas décadas, acompañado de una caída en la confianza y satisfacción ciudadana en los gobernantes e instituciones ante su limitada capacidad de respuesta, nos destacamos como la tercera región más democrática del mundo y la más democrática entre las regiones en desarrollo. Esto no es menor en un mundo en el que no todas las personas tienen la fortuna de nacer en una democracia. ¿Sabían ustedes que los niños y las niñas que nazcan hoy en 60 países del mundo lo harán en regímenes autoritarios?
El prólogo del Informe sobre el futuro de la democracia en Colombia: Caminos para fortalecer la democracia que tuve el honor de presentar este mes en el marco del Día Internacional de la Democracia hace eco del dicho “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, que, en ocasiones, es lo que nos pasa con la democracia, sobre todo en los países en los que lleva largo tiempo vigente: se da por sentada, se asume que, como siempre ha estado allí, nunca dejará de estarlo. Es solo cuando las personas sienten que las despojan de sus libertades, su bienestar y su dignidad, que se repara en el privilegio de vivir en una democracia – por imperfecta que sea. A veces, desafortunadamente, cuando eso ocurre ya es demasiado tarde. Es por esto que el que el porcentaje de personas en la región que ven la democracia como la forma preferida de gobierno haya descendido de 60% en 2000 a 48% en 2023, y que los niveles de insatisfacción con la democracia en nosotras las mujeres y en las poblaciones de menores ingresos alcancen un 70% y 72% debe ser visto como una señal alerta que debemos atender con urgencia para no confundir el malestar en democracia, con malestar con la democracia.
Conociendo estas tendencias de deterioro democrático, hace un año, durante la primera Conferencia Anual de Gobernanza y Desarrollo en América Latina y el Caribe, les decía que para proyectar los posibles futuros del desarrollo y la democracia en la región, necesitábamos considerar las grandes transformaciones que han impactado a la región en las últimas dos décadas – el avance acelerado de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, el aumento de flujos migratorios, los efectos del cambio climático, el avance del crimen organizado, los esfuerzos a favor de una transición energética verde – por mencionar algunas. Hoy, puedo decirles con mucho entusiasmo que como PNUD – honrado el mandato y la confianza depositada en nosotros por los Estados Miembro de las Naciones Unidas, construyendo sobre nuestra trayectoria de 6 décadas al servicio del desarrollo humano sostenible y la gobernabilidad democrática y apalancándonos nuestra presencia en 26 países que abarcan 42 países y territorios de la región – pasamos del discurso a la acción, habiendo dado inicio al proceso de elaboración de un nuevo informe sobre Democracia y Desarrollo en América Latina y el Caribe, el cual será lanzado en el 2025, de la mano de nuestro próximo informe Regional de Desarrollo Humano. Aprovecho para agradecer a la Secretaria de Cooperación para el Desarrollo, Eva Granados, por el apoyo del Gobierno de España como socio para el desarrollo en ambas iniciativas que confiamos serán contribuciones críticas para el futuro de la región.
Cada voz cuenta. Este es el lema de la campaña global del PNUD lanzada el Día Internacional de la Democracia, lema que honramos y honraremos a lo largo de proceso de elaboración de nuestro informe sobre Democracia y Desarrollo, que inicia con escucharnos para poder reconocernos como región ante los profundos cambios de las últimas décadas y poder esbozar posibles trayectorias que alimenten el debate público para que, a través del diálogo construyamos consensos en torno las acciones que debemos emprender colectivamente para renovar nuestros pactos sociales y ampliar las oportunidades y las opciones que tienen la población para vivir mejor, en dignidad y libertad.
Porque, queridos amigos y queridas amigas, la democracia es una responsabilidad compartida, que demanda de una ciudadanía activa que constantemente aporte a su perfeccionamiento, a mitigar los riesgos que la amenazan y a garantizar su sostenibilidad en el futuro en favor del bien común; la política – la buena política – una herramienta poderosa de transformación social y un importante activo para restaurar la confianza ciudadana y orientar el desarrollo sostenible y el respeto al estado de derecho y a los derechos humanos, lejos de ser una barrera, son una precondición para que la efectividad de nuestras instituciones sea real y duradera para todos y para todas.
Permítanme concluir siendo contundente: el futuro de la democracia está en nuestras manos y se juega en América Latina y el Caribe. Le corresponde a nuestra generación – desde nuestra diversidad y riqueza multicultural - la enorme responsabilidad de decidir por nosotros y por las generaciones que vienen si queremos avanzar el desarrollo de nuestra región a través de la democracia. Tengan la certeza que desde PNUD y CAF estamos aquí para acompañar a la región en este importante camino, apostando a diálogo y a la construcción de una gobernanza eficaz, inclusiva y transparente como medios indispensables para que el desarrollo al que aspiramos sea sostenible, sin dejar a ningún/a latinoamericano/a y caribeño/ atrás.
Muchas gracias.